Capítulo #21

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El cansancio de estar sentada tanto tiempo era agotador, sin embargo, su cansancio mental era más grande, ambos le producían un malestar de gran peso.

Sobrepensaba el cambio de temperamento de Lisa. Habían pasado la noche amándose desenfrenadamente. Despertaron juntas, la sensación de su piel desnuda junto a la suya; se volvía más un anhelo que un momento ameno. La noche había sido testigo del deseo desenfrenado que habían compartido, sus labios y sus manos la tocaron, y se dejó tocar; explorando ese acto que solía llamar "hacer el amor".

Al despertar fue igual, no podía saciar la necesidad, el deseo que estar juntas en un acto más allá de lo sexual. Así que mientras se duchaban; volvió a fundirse con su amada en una sola, sintiendo como el agua y la necesidad la ahogaban de placer. Lo que comenzó como la mañana perfecta, se fue a la borda; todo cambio de un momento a otro.

Lisa se volvió otra, su mirada se escondía en el desayuno, su cuerpo rígido y facciones pensativas, atraían para Jennie un sin fin de preguntas de que habría pasado para llegar a ese situación. Sus respuestas cortas la dejaban con más dudas, y esa despedida tan rápido; causó en Jennie una tristeza que apenas podía soportar.

El avión continuó su descenso gradual, y el piloto anunció —Prepárense para el aterrizaje. Por favor, asegúrense de que su cinturón de seguridad esté abrochado y sus electrónicos estén en modo avión. Jennie miró su reloj; habían pasado ocho horas y veinte minutos desde la salida. El cansancio comenzaba a hacer mella en su cuerpo. El avión tocó suavemente la pista del Aeropuerto de Milán-Malpensa, y el piloto anunció: —Bienvenidos a Milán. La temperatura actual es de 22 grados Celsius.

Los pasajeros comenzaron a levantarse, algunos con prisa, otros con calma. La modelo se levantó y recogió su bolso del compartimiento superior.

Mientras esperaba a que la fila avanzara, observó a los pasajeros que se apresuraban a salir. Algunos sacaban sus teléfonos para hacer llamadas, otros buscaban sus maletas en el compartimiento superior.

Un hombre mayor se impacientó y comenzó a empujar para adelantarse. Una mujer con un bebé en brazos se quejó del desorden. El personal de cabina intervino, pidiendo calma y orden.

Finalmente, la fila comenzó a moverse. La coreana siguió a Alisson hacia la salida. Al salir del avión, Jennie fue recibida por el aire fresco de Milán. El proceso de desembarque llevó unos veinte minutos. Ambas mujeres se dirigieron hacia la zona de recogida de equipaje.

—Vamos a recoger tus maletas. — Comentó Alisson adelantándose.  Jennie asintió, aún perdida en sus pensamientos sobre Lisa. Ambas se dirigieron hacia la zona de recogida de equipaje, rodeadas por el bullicio del aeropuerto. Los altavoces anunciaban llegadas y salidas, mientras los pasajeros corrían para alcanzar sus conexiones.

En la zona de recogida de equipaje, Jennie vio la cinta transportadora girando lentamente, con maletas y bolsas de todo tipo rodando sobre ella. Alisson se acercó a la barandilla y comenzó a buscar sus cosas.

—¿Ves tus maletas? —preguntó Alisson.

Jennie asintió y señaló hacia la cinta —Allí están.

La asistente ayudó a la modelo a recoger las maletas y luego se dirigieron hacia la salida del aeropuerto. Pasaron por la aduana y el control de pasaportes, donde Jennie mostró su pasaporte y respondió a las preguntas del oficial de inmigración.

Un equipo de seguridad esperaban por Jennie antes de avanzar. Los guardaespaldas que Alisson solicitó estaban allí. Fueron recibidas por la prensa que fotografiaba a la modelo con ímpetu; eran los primeros en enterarse cuando un famoso viajaba.

Los flashes de las cámaras iluminaron el área mientras los periodistas gritaban preguntas a Jennie. —Señorita Jennie, ¿qué la trae a Milán?

—¿Es cierto que va a participar en la Semana de la Moda?

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