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La mañana llegó, la luz que se colaba por las persianas de aquella habitación, era totalmente abrumador para la rubia que recién despertaba.
Aún podia sentir el mareo sobre sí. Con pesadez talló sus ojos en busca de hacer que dolieran menos. Al aclaras su vista, notó que algo no andaba bien. No conocía el lugar, comenzó a preguntarse donde estaba y que estaba haciendo allí. Miró sus piernas y notó su erección matutina, algo bastante normal y saludable, pero eso no fue lo que le sorprendió, si no que se hallaba... Desnuda y no sabía porque.
La confusión y el desconcierto se apoderaron de Lisa al darse cuenta de que estaba desnuda y en un lugar desconocido. Su mente comenzó a trabajar a toda velocidad, intentando recordar los eventos de la noche anterior. Pero su memoria era borrosa, y solo podía recordar fragmentos de la noche.
Se sentó en la cama, intentando aclarar su mente y recordar algo, cualquier cosa, que le explicara por qué estaba allí y cómo había llegado. Pero su cabeza estaba vacía, y solo podía sentir el mareo y la confusión.
Miró a su alrededor, intentando encontrar alguna pista que le ayudara a recordar. Pero la habitación era desconocida, y no había nada que le resultara familiar. La sensación de pánico comenzó a apoderarse de ella, y se preguntó si había hecho algo de lo que debía arrepentirse.
De repente, recordó un rostro, el rostro de Nayeon. Y entonces, fragmentos de la noche comenzaron a regresar a su memoria. La cena, la ida al club, los shots, la risa... y luego, la oscuridad. Pero todavía había muchas preguntas sin respuestas. ¿Qué había pasado después? ¿Por qué estaba desnuda? ¿Y dónde estaba Nayeon?
Lisa se levantó de la cama, su desnudez a la vista, y comenzó a buscar su ropa esparcida por el suelo. Mientras busca su ropa, los recuerdos de la noche anterior comenzaron a regresar a su mente. Recordó a Nayeon sobre ella, saltando con euforia, y el placer del encuentro.
Cerró los ojos, frustrada, al darse cuenta de que las cosas habían ido más allá de lo planeado. Había pensado solo cenar con Nayeon y regresar a casa, pero todo se había salido de control.
Pero también había algo más, algo que no podía ignorar. Un sentimiento de placer y satisfacción que aún persistía en su cuerpo. Lisa suspiró, sabiendo que debía enfrentar las consecuencias de su comportamiento y hablar con Nayeon sobre lo que había pasado.
Nayeon entró en la habitación con una sonrisa, llevando una charola con un delicioso desayuno. Al ver a Lisa de pie aún desnuda, se mordió el labio, recordando los momentos intensos de la noche anterior. Lisa, sintiéndose expuesta, se apresuró a subir sus boxers por sus piernas, intentando ocultar su desnudez. Luego, se colocó el sostén, sintiéndose un poco más cubierta y menos exhibida.
Nayeon se acercó a ella, con la charola en mano, y se detuvo un momento, disfrutando de la vista de Lisa, aún con una mezcla de sueño y vulnerabilidad. La mirada de Nayeon se deslizó por el cuerpo de Lisa, recordando los momentos de pasión y conexión que habían compartido.
Lisa, sintiéndose observada, se ruborizó ligeramente y desvió la mirada, intentando ocultar su turbación. Nayeon sonrió, sabiendo que aún había una conexión entre ellas, una conexión que iba más allá de la física. Se acercó más, poniendo la charola en la mesita de noche. Se acercó a la rubia abrazándola por el cuello y la besó con pasión. Lisa se sintió inmediatamente sorprendida por el acercamiento, no era la misma persona de la noche pasada que estaba vulnerable por el alcohol, sin embargo, no se apartó, continuó el beso entregándose al momento, está era su oportunidad de comenzar una relación con Nayeon que la llevaría a obtener la herencia, y no la iba a desperdiciar.
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La propuesta.
RomanceLa familia Brüschweiler siempre priorizó el trabajo y la empresa. Sin embargo, Lisa seguía sus propios planes. Después de la muerte de su padre, decide tomar medidas drásticas para asegurar su posición, incluyendo casarse con una prometida que ni co...