Capítulo #27

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Jennie se recostó en el asiento trasero de la lujosa suburban, sumida en sus pensamientos. La conversación que había tenido resonaba en su mente, como un eco que no cesaba. Las palabras de Tzuyu habían sido un veneno que corría por sus venas, haciendo que dudara de su relación con Lisa.

La mirada intensa de Tzuyu, su voz llena de ironía y desafío, aún permanecían grabadas en su memoria. "Lisa no se compromete con nadie a menos que haya algo en juego", había dicho Tzuyu. ¿Era cierto? ¿Lisa solo estaba con ella porque necesitaba de ella?

Jennie se sentía confundida y vulnerable. La seguridad que había sentido en su relación con Lisa comenzaba a resquebrajarse. La duda se infiltraba en su mente como un ladrón en la noche, robando su paz y su confianza.

El chofer y el guardaespaldas se mantenían en silencio en el área de enfrente del auto, ajenos a la tormenta emocional que se desataba en el corazón de Jennie. Alisson, sentada en el asiento del pasajero delantero, estaba absorta en la agenda de Jennie, sin notar el cambio en su estado de ánimo.

La suburban avanzaba por la carretera, llevando a Jennie hacia su destino, pero su mente estaba atrapada en un laberinto de dudas y temores. ¿Qué era lo que Lisa realmente sentía por ella? ¿Era amor verdadero o solo una ilusión?

Alisson se giró hacia Jennie, rompiendo el silencio que había permeado el interior del auto. — Jennie, después de la gala en Londres, no tienes más compromisos programados — dijo Alisson, revisando la agenda en su teléfono. — ¿Quieres que me ponga en contacto con alguien para agendar nuevas actividades o prefieres un espacio para descansar un poco? — preguntó mirando a Jennie con una expresión de curiosidad.

Jennie se sacudió de sus pensamientos, volviendo a la realidad. Miró a Alisson, intentando enfocarse en la pregunta. — Hmm, no sé — respondió Jennie, su voz un tanto indecisa. — La verdad es que estoy un poco agotada — admitió Jennie, rascándose la frente. — Pero también no quiero perder el ritmo de trabajo.

Alisson asintió comprensivamente.
— Entiendo. ¿Por qué no dejamos las cosas como están por ahora? Puedo revisar las opciones y enviarte algunas propuestas para que tú decidas qué hacer después de la gala.

Jennie asintió agradecida. — Gracias, Alisson. Eso suena perfecto.

Mientras Alisson volvía a enfocarse en la agenda, Jennie no pudo evitar que su mente regresara a la conversación con Tzuyu. La duda y la inseguridad seguían acechando en su corazón, como una sombra que no podía sacudirse.

La gala en Londres, que antes había sido algo que esperaba con ansias, ahora se sentía como una carga adicional. ¿Cómo podría disfrutar de la noche con Lisa si tenía tantas dudas en su mente?

Alisson se giró hacia Jennie, sonriendo ligeramente. — Por cierto, hablé con Lisa mientras tú estabas en la entrevista con Vogue.

— ¿Qué pasó? — preguntó Jennie, curiosa.

—  Me dijo que te veía en el aeropuerto — respondió Alisson. — Preparó sus cosas temprano y estará allí para cuando lleguemos.

Jennie asintió, agradecida. — Gracias, Alisson. Eres un ángel.

Alisson sonrió. — De nada, Jennie. Por cierto, recuerda que las maletas que dejaste en tu departamento siguen allí sin desempacar.

Jennie frunció el ceño, recordando. — Ah, sí. Me olvidé de ellas.

— Si quieres, podemos llevarlas contigo para que no tengas que lidiar con organizar las cosas de nuevo — sugirió Alisson.

Jennie consideró la oferta por un momento. — Sí, sería genial. Gracias, Alisson.

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