La propuesta.

Capítulo #10

Kai caminó por el departamento, sintiendo el eco de sus pasos en las paredes vacías. Había pensado que la separación con Jennie sería un alivio, un fin a las discusiones y las tensiones que habían consumido su relación. Pero ahora, rodeado de la opulencia y el lujo que siempre había considerado su refugio, se sentía perdido y solo.

El departamento, que una vez había sido un símbolo de su éxito y estatus, ahora parecía enorme y vacío sin Jennie. Los muebles de diseño, las obras de arte y las vistas impresionantes de la ciudad no podían llenar el vacío que sentía en su corazón.

Kai se detuvo frente a la ventana, mirando hacia afuera sin ver nada. Había subestimado el impacto que Jennie había tenido en su vida. Su presencia había sido como una chispa que iluminaba su mundo, y sin ella, todo parecía gris y sin vida.

Se preguntó si había cometido un error al dejarla ir. ¿Había sido demasiado orgulloso y terco? ¿Había ignorado los sentimientos de Jennie y sus propios deseos?

La duda y el arrepentimiento comenzaron a consumirlo, y Kai se sintió atrapado en un laberinto de emociones que no sabía cómo navegar, suspiró, sumergiéndose en sus pensamientos. Su aventura con Kristal era lo único que le quedaba en este momento. Haber estado con Jennie y Kristal al mismo tiempo había sido una experiencia exquisita, emocionante y llena de pasión. Él había sentido que estaba viviendo al límite, experimentando una libertad y un placer que nunca había conocido antes.

Pensó en las noches que había compartido con ambas, en la forma en que sus cuerpos se habían entrelazado, en la pasión y el deseo que habían compartido. Había sido una experiencia intensa, llena de momentos inolvidables.

Kai deseaba que esa aventura nunca hubiera arruinado su relación. Quería seguir sintiendo esa emoción, esa adrenalina que corría por sus venas cuando estaba con ellas. Pero sabía que eso era imposible. Jennie se había ido, y Kristal... bueno, Kristal era un misterio, una mujer que había aparecido en su vida y había encendido una llama que aún no se había apagado.

Kristal era una mujer abierta y sin prejuicios, que vivía su sexualidad de manera libre y sin restricciones. No le importaba tener relaciones sexuales con hombres que estaban en una relación o incluso casados, siempre y cuando fuera consensuado y placentero para ambas partes. Para ella, el sexo era una forma de explorar y experimentar, sin ataduras ni expectativas. No creía en las etiquetas ni en las normas sociales que dictaban cómo debía ser una relación. Su filosofía era vivir el momento y disfrutar de la conexión física y emocional con sus parejas.

En el caso de Kai, Kristal sabía que él estaba con Jennie cuando se conocieron, pero eso no la detuvo. Se sintió atraída por él y disfrutó de la pasión y la intensidad que compartieron. No se consideraba una "home wreckers" (destrozahogares), simplemente era una mujer que seguía sus deseos y no juzgaba a los demás por sus elecciones.

Kristal era un espíritu libre, que no se dejaba limitar por las convenciones sociales. Su libertad y apertura eran parte de lo que la hacían tan atractiva y emocionante para Kai, quien se sentía cautivado por su energía y su pasión.

Kai había caído profundamente en los encantos de Kristal, y su atracción por ella era irresistible. A pesar de que Jennie, su novia en ese momento, lo esperaba en su departamento, él no podía resistir la tentación de estar con Kristal.

No le importaba que Jennie confiara en él, que lo esperara con ilusión, mientras él se encontraba con Kristal en secreto. La emoción y la pasión que sentía con Kristal eran más fuertes que cualquier sentido de culpa o lealtad hacia Jennie.

Kristal era su debilidad, su punto débil. Y él supo que estaba jugando con fuego, que había puesto en riesgo su relación con Jennie. Pero no pudo parar, no pudo resistir la atracción que sentía por Kristal.