Capítulo #13

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Advertencia: Incluye contenido +21

Jennie despertó sintiendo un intenso dolor de cabeza, como si su cráneo estuviera a punto de explotar. Su boca estaba seca y pastosa, su lengua parecía pesada y difícil de mover. Intentó sentarse, pero una oleada de náuseas la obligó a tumbarse de nuevo con deseos de vomitar.

Todo parecía borroso, su cuerpo se sentía pesado y débil, como si hubiera sido golpeado por un camión. Tenía dificultades para recordar lo que había pasado la noche anterior, y sus recuerdos eran fragmentados y confusos.

A medida que intentaba recordar la noche anterior, algunas imágenes comenzaron a aflorar en su mente, pero todo parecía borroso y confuso. Podía recordar las risas y las bromas con sus amigas modelos en la fiesta, pero los detalles se desvanecían rápidamente. De repente, un recuerdo vago surgió en su mente, ella y Lisa besándose en los baños. Pero no estaba segura si era real o solo un sueño.

La imagen era borrosa y no podía recordar cómo había llegado allí o qué había pasado después. Se sentía confundida y su mente estaba llena de preguntas. ¿Había besado realmente a Lisa? ¿O era solo una fantasía inducida por el alcohol? La modelo intentaba desesperadamente recordar, pero su mente parecía una niebla impenetrable.

Besarse con Lisa se había convertido en algo habitual en las últimas semanas. Se habían besado en varias ocasiones, de manera casual y otras con pasión de por medio.  Sin embargo, el beso en el baño la hacía sentirse confundida. No recordaba bien cómo había sucedido ni qué había pasado después. Era como si su mente hubiera creado un muro para bloquear ese recuerdo específico.

Jennie cerró los ojos, intentando calmarse y dejar de lado el esfuerzo de recordar. La habitación seguía girando ligeramente, pero trató de enfocarse en su respiración para calmarse. No podía seguir pensando, era bastante confuso, bastante frustrante. Decidió que no pensaría más, permitió dejar ir el recuerdo del beso en el baño en lo más profundo de su mente sin querer enfrentarlo más en momento. En su lugar, se concentró en la sensación de la cama debajo de ella.

Jennie abrió los ojos, aún sintiendo la habitación girar ligeramente. Parpadeó varias veces intentando enfocar su visión. Su mirada barrió la habitación intentando identificar dónde estaba. La decoración elegante y sofisticada le resultaba familiar. De repente, todo cobró sentido. Reconoció de inmediato la habitación del hotel, estaba en París.

Recordó que había participado en la pasarela de Pierre Dupont la noche anterior. La memoria de la emocionante experiencia comenzó a regresar, pero aún sentía una niebla en su mente. Intentó sentarse de nuevo, pero la marejada la obligó a apoyarse en las almohadas.

Miró a su alrededor, buscando a Lisa, y la encontró dormida en un pequeño sillón con solo un cojín para apoyar su cabeza, y una manta que reposaba en el suelo. La culpa la abrazó y sintió pena de verla en esa posición tan incómoda. Le había insistido tanto en que se quedara con ella, tenía la ilusión de compartir su primera noche juntas durmiendo en la misma cama. A pesar de que Lisa se había mostrado reacia a la idea, terminó aceptando por su insistencia.

De repente, una oleada de náuseas la invadió. Jennie se las ingenió para levantarse rápido, intentando llegar al baño antes de que fuera demasiado tarde. Corrió hacia la puerta del baño con la mano en la boca, intentando contener el vómito. Logró cerrar la puerta detrás de ella justo a tiempo, antes de que el vómito la invadiera con fuerza. Se agarró al lavabo, intentando mantener el equilibrio mientras su cuerpo se sacudía con espasmos de náuseas.

El esfuerzo de vomitar era agónico, Jennie sentía que se ahogaba con cada arcada. Su cuerpo se sacudía violentamente, como si tratara de expulsar algo que no quería dejar ir. La presión en su pecho era intensa, y su garganta ardía con cada espasmo.

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