Capítulo #40

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Jennie se sentaba en el sofá, mirando el reloj por enésima vez. Habían pasado semanas desde la última vez que Lisa había pasado la noche en el departamento. Y cuando lo hacía, estaba tan cansada que solo quería dormir.

Jennie suspiró, sintiendo una mezcla de tristeza y frustración. Había entendido que el trabajo de Lisa era demandante, pero no había esperado que su relación sufriera tanto.

Se levantó del sofá y comenzó a caminar por la habitación, intentando desahogarse. Había retomado su trabajo como modelo, pero no era lo mismo. La falta de conexión con Lisa la había dejado con un vacío emocional.

De repente, sonó el teléfono. Era Lisa.

Hola, bebé — dijo Lisa, con una voz cansada. — Lo siento, no he podido llamarte antes. El trabajo ha sido un infierno. Estaré de regreso pronto, lo prometo.

— ¿Cuánto más vas a prometer? — preguntó Jennie con cierta molestia y decepción.

Lo siento, bebé.

— Lisa. Ni sí quiera tienes tiempo para nuestra vida sexual. ¿No puedes ver que tu trabajo te está exigiendo más de lo puedes dar?

Lisa guardó silencio del otro lado de la línea. —  Hago lo mejor que puedo. Podemos tener sexo cuando llegue.

Jennie suspiró, sintiendo una mezcla de alivio y frustración. — No es solo el sexo, Lisa — dijo Jennie. — Es la conexión, la intimidad, el tiempo que pasamos juntas. Todo ha desaparecido en los últimas semanas.

— Lo sé, bebé — respondió Lisa. — Tengo demasiado que hacer. Encontraré una manera de estar contigo.

— ¿Y cómo piensas hacerlo? — preguntó Jennie, escéptica.

Estoy en Tokio... Sí tomó un vuelo ahora, podría estar mañana a las 4:00 am.

— ¿Has dormido, sí quiera? ¿Comes bien?

Lisa guardó silencio sin responder. Lo único que se podía oír en la línea era la respiración tranquila de la rubia.

Jennie se sintió preocupada por el silencio de Lisa.

— Lisa, ¿estás bien? — preguntó Jennie, su voz llena de preocupación. — ¿Has dormido? ¿Comes? ¿Te estás cuidando?

Lisa suspiró al otro lado de la línea.

No mucho, bebé — respondió Lisa, su voz débil. — Apenas y dormí en el avión. Cuando llegué a la reunión, sólo bebí un café y galletas.

Jennie se sintió alarmada por la respuesta de Lisa.

— Lisa, eso no es suficiente — dijo Jennie, su voz llena de preocupación. — Necesitas dormir y comer bien para mantener tu salud. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que no comes una comida completa?

Lisa se rió débilmente.

No lo sé, bebé — respondió Lisa. — Pero no importa. Estoy bien.

Jennie se sintió frustrada.

— Sí importa, Lisa — insistió Jennie. — Tu salud es lo más importante. ¿Por qué no te tomas un descanso y comes algo antes de venir aquí?

Tengo algo que decirte. — Lisa cambio de tema. — Prométeme que no te vas a enojar.

Jennie se sintió intrigada y un poco preocupada por el cambio de tema de Lisa.

— Está bien, Lisa — dijo Jennie, intentando mantener la calma. — Prometo no enojarme. ¿Qué es lo que quieres decirme?

Hablo en serio, Jennie. — Lisa usó el nombre de la modelo que solo usaba en situaciones serias. — Promete que no te vas a enojar.

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