Alastor x Tn

Cap. 41 El destino del universo

Omnisciente POV

>>El cielo a tres semanas del descenso de Miguel<<

Ese día, la reunión que tanto esperaba aquél ángel de cabello azabache estaría programada para tomarse no en la sala del todo poderoso creador de todo, si no en la simple sala de reuniones en la que tantas veces se habían tomado el tiempo para decidir el futuro de un universo entero. En la larga mesa estaban dispuestas demasiadas sillas que francamente el ángel de la muerte desconocía si se usarían al final todas o no. Sólo estaban presentes en ese momento él, Sera y Lute, la segunda al mando de los ángeles exterminadores, desconocía si serían llamados otros arcángeles o más importante aún algunos otros que en verdad Azrael no quería ver.

--Es un poco confuso todo esto... ¿No es así?... –dijo Azrael dirigiéndose exclusivamente a Sera, ahora si bien eran parte del mismo círculo angelical no le gustaba para nada hablar con los ángeles exterminadores.

--No sé por qué ésta reunión no fue antes, definitivamente lo que sucedió es un parte aguas; el infierno jamás se había levantado. Sabía que esa chica nada bueno traería, debías haberla dejado donde estaba desde un principio –Con sus palabras y gestos dejaba notar que lo culpaba directamente de la gravedad del asunto así como la desaprobación que mostraba ante el cambio, la inestabilidad y el nerviosismo que sentía.

Lute notaba la forma en la que se le estaba haciendo a un lado de esa conversación pero no le molestaba de la misma forma en la que le dolía aún la enorme pérdida que había sufrido. Aún sentía ese nudo en la garganta, apretaba sus labios tratando de mantenerse inmutable mirando el pálido material del que estaba hecha la mesa frente a ella, respiraba profundo tratando de no mirar de reojo el final de su brazo, donde ahora se mostraba una prótesis dorada. Se sentía abolida, derrotada.

El tono de la iluminación en la habitación subió cuando por fin apareció el señor de todo, su rostro cubierto por una luz tan potente que era imposible verlo directamente sin sentir un dolor en los ojos aun siendo un ángel; lo más probable es que un simple ser humano no podría mantenerse de pie ante una presencia tan intensa como la suya.

--Mi señor –empezó a hablar Azrael poniéndose de pie tratando de adelantarse a los comentarios que pudiera tener Sera, estaba seguro de que buscaría menospreciar su lucha de mantener a la hija de Lucifer en el cielo; en segunda estancia estaba convencido que lo hacía por el bien del cielo y por lo tanto de todo lo bueno pero en el fondo era su empecinamiento en quedarse con ella, en ser su dueño. Su ego dependía de eso o al menos así lo sentía en lo más profundo de su corazón de ángel.

--Silencio Azrael –dijo en respuesta inmediata el creador haciéndolo callar y obligándolo a sentarse con el simple peso de su atronadora voz firme y ecuánime, así es como siguió hablando –ustedes son mis más leales y amados ángeles –tras decir esto la mesa se llenó del resto de ángeles y serafines del consejo.

Azrael abrió sus ojos negros mirando a todos los ángeles que ahí se habían apersonado, sus compañeros arcángeles que restaban lo miraban con desaprobación, se quedó simplemente escuchando y suspiró ante la confirmación de que no tendría oportunidad de defender en ese momento su punto.

--Cuándo les di sus potestades ante mi creación más amada: los seres humanos, les pedí que los vieran con el mismo amor que yo los veía, tanto ellos como ustedes se han regido siempre a través del libre albedrío. Siempre he esperado que sean sabios, amen y decidan correctamente. Las decisiones que han ido tomando escribieron ésta historia en la que hoy tenemos que sufrir el descenso de otro de mis arcángeles por juicio del consejo y de Adam el primer hombre, por su muerte a manos de un demonio menor.

El rostro reluciente del creador parecía contener dentro de sí un universo, no podría distinguirse un par de ojos en su rostro sin lastimarse la vista de forma irreversible, razón por la cual los ángeles, arcángeles y serafines le miraban al pecho y jamás a la cara. Lute pareció saltar en su lugar cuando el creador dio a entender que Adam estaría vivo, su alma estaría en el infierno como la de Miguel que había descendido al infierno.