justin's pov
Deje a Claire recostada en nuestra cama, con el bebé acurrucado a su lado. Sus ojos se cierran lentamente mientras la tranquilidad se instala en su rostro. Me inclino y le doy un beso suave, susurrando:
—Amor, tengo que resolver unos asuntos, pero Christian estará aquí para cuidarte.
Ella asiente, sus labios se curvan en una débil sonrisa antes de caer en un sueño profundo. Miré a Christian, quien está de pie en la puerta, vigilante y protector.
—Cuídalos bien. —le digo. Dando una palmada en su hombro.
—Siempre. —responde, con una determinación que me reconforta.
Salgo de la habitación, sintiendo el peso de lo que debo hacer. Conduzco por unos minutos, mi mente llena de pensamientos oscuros y resueltos. Llego a la bodega. Aparco el coche y camino con pasos firmes hacia el sótano, donde me esperan Luca y Salvatore.
El sótano es frío y oscuro, iluminado solo por una tenue luz que cuelga del techo. El aire huele a humedad y a algo más siniestro.
Al bajar las escaleras, mi mirada se fija en la figura encadenada en el centro de la habitación. Alex, está atado a una silla, su rostro demacrado y sus ojos están llenos de miedo y desafío.
Luca, con su figura imponente, está de pie a un lado, observando con una mirada severa. Salvatore, está al otro lado, su presencia imponente y su expresión inescrutable.
—Finalmente llegaste, Justin —dice Salvatore con voz grave.
—Estaba cuidando a mi mujer y a mi hijo. —Respondo, sin apartar la mirada de Alex. —Dos kilos y medio. Es idéntico a mí.
—Felicidades, hijo. —Salvatore me miro sonriendo. Me acerco a Alex, cada paso cargado de ira contenida y determinación. Este hombre, que compartió mi infancia, es ahora el culpable de todo el sufrimiento de Claire. Siento la necesidad de justicia ardiendo en mi interior.
—Hola, hijo de puta. —El soltó un gruñido. —¿Me extrañaste?.
Alex levanta la cabeza lentamente, su mirada desafiante, pero veo el miedo detrás de sus ojos.
—¿Por qué? —pregunto, mi voz apenas un susurro, pero llena de veneno.
—Esa zorra siempre fue mía, Justin. Nada personal. —murmura, tratando de sonar seguro.
—Debemos decidir su destino. ¿Qué propones, Justin?. —Mi mente está llena de imágenes de Claire sufriendo, de los momentos de terror y desesperación. Siento la ira burbujear, pero también la responsabilidad de ser justo.
—¿En cuánto llegara el doctor?.
—Veinte minutos.
—¿Veinte?. —Fruncí el ceño. —¿Crees que pueda aguantar veinte?.
—Hijo de puta, ¡Eres mi hermano!.
—Como mi hermano, deberías haber recordado que Salvatore me enseño muy bien a hacer pagar a los que se metían con nosotros. Debiste aprender a correr más rápido, cabrón. —Enterré el cuchillo en su muslo.
—Me la follaría de nuevo si tuviera la oportunidad.
Saqué el cuchillo de su pantorrilla con un fuerte giro mientras me inclinaba sobre él y le metí el puño en la garganta para silenciarlo. Cayó hacia adelante balbuceando.
—Justin, soy tu familia.
—Eres un maldito violador. Tú no eres mi familia.
—Por favor, Justin. Por favor. —Golpeé mi puño contra su boca. Cayó hacia atrás, gritando con voz ronca. Acunó su boca sangrando, gimiendo y llorando.