Cuatro años después
Agachado junto a Landon, nuestro pequeño de cinco años, murmuro:
—Respira hondo, luego lo sueltas lentamente antes de apretar el gatillo.
Landon asiente y luego alinea el cañón con su vista. Observo cómo inhala y exhala, y luego su dedo meñique aprieta el gatillo. Cuando la bola de pintura salpica sobre la espalda de Christian y él suelta una maldición, agarro a Landon y corro para ponerme a cubierto.
—Pequeñas mierdas —grita Christian detrás de nosotros. La risa de Landon explota a través de la casa, y me tiene cubriendo su boca mientras trato de no reírme.
—Shh, tenemos que estar en silencio.
—¡Espera a que Aurora crezca Justin! ¡Cuando supere jugar con princesas te vamos a destrozar!.
—A ver si puedes detener a mi pequeño ejército.
—¡Somos cinco contra tres!. —Grita Landon divertido.
—Quizás las gemelas puedan ayudarte, pero una máquina de popo no cuenta como soldado. —murmura Christian mientras intenta pasar a Landon.
De repente, Christian se lanza hacia adelante y él lo levanta, lo arroja sobre su hombro y lo hace gritar, mientras suelta una enorme carcajada.
—Eso es trampa, tió Chris.
Landon apunta con la pistola a él trasero de Christian y aprieta el gatillo, y luego estoy luchando por respirar mientras la risa estalla en mí. Christian lo deja en el suelo y cae de rodillas mientras se agarra el trasero.
—Justin Drew Bieber. —Claire se cruzó de brazos.
—¡Ah! ¡Te dijo Drew!. —Landon gritó mientras corría adentro de casa.
—Amor, te levantaste temprano hoy. —Me acerqué a ella y la besé suavemente.
—No podía seguir durmiendo. Tu hijo no deja de moverse. —Era el tercer embarazo, se veía más radiante que nunca.
—Nunca podría cansarme de verte embarazada. —Di un mordisco en su cuello. —No sabes lo cachondo que me pones.
—Drew, son apenas las diez de la mañana. Alessa me llamo, me dijo que ustedes dos salieron de casa de Luca con una granada para explotar un auto.
—No sé de qué hablas. —Christian sonrió. —Además, ¿Crees que lanzaríamos una granada con un niño de cuatro años a nuestro lado?. —Christian luchaba con sostener a mi hijo, mientras el se movía como un gusano en sus brazos.
—Si lo harían.
—No íbamos a lanzar una granada amor, solo queríamos que la sostuviera para tomarle una fotografía.
—¿Enserio Justin? ¿Una granada?.
—Muéstrale la foto. —Christian sonrio. Landon soltó una enorme carcajada cuando quedo cabeza abajo en sus brazos.
—Mira este nuevo fondo de pantalla y dime que no es la cosita más hermosa del planeta. —Ella arrugó su nariz. Era una foto bastante buena, mi pequeño sosteniendo una granada sin una pizca de miedo, con una sonrisa hermosa. —La cambiamos por la pistola de bolitas de pintura después de que tome la foto.
—Él pequeño cabrón me dio justo en el trasero. —Christian susurró. Claire le dio un golpe en el brazo y luego soltó una risita. —Es cierto, tengo un enorme moretón en mi nalga. —Movió su pantalón.
—No le muestres tu trasero a mi esposa.
—Auch, eso te va a doler. —Claire susurró. —Bueno, eso les pasa por entregarle un arma a un niño de cuatro años.
—Cuatro y medio. —Él entró a casa y rodee su cintura con mis brazos.
—¿Te enfadaste conmigo?.
—Nunca. —Me beso. Deslizo sus brazos por mi cuello y bese su mejilla.
—¿Qué quieres?.
—¿Podrías ir al pueblo a comprar esas deliciosas galletas?.
—¿Podemos disparar con la ametralladora?. —Sonreí. —Amara esa mierda.
—No. —Me soltó mientras entraba a casa.
—Amor.
—Hey Justin, ¿No tienes de esas galletas que compramos en el pueblo?. —Christian nos miró mientras buscaba en los armarios. —Te las comiste todas Claire.
—Ustedes dos, no dejan de aterrarme. —Por alguna razón la extraña conexión entre esos dos, involucraba la comida, ahora no era demasiado. Pero con las gemelas, se habían pasado planeando cosas que comer.
—¡Landon! ¡Cabroncito, ven aquí! ¡Zio Christian te llevara a comprar galletas!.
—¡Si!. —El corrió a los brazos de Christian.
—Volvemos en media hora, me llevaré a las gemelas con Alessa. —Nos guiñó un ojo. —Para que ustedes puedan hacer bebés.
—Ella tiene un bebé en su panzita travieso. —Landon sonrio.
—Cierto, olvidaba eso. Pronto tendrás un hermanito con quien jugar.
—Seré como tú y mi papá.
—Por supuesto. —Comenzó a caminar lejos de nosotros. —Tu tendrás que cuidar de él como tu papá cuido de mi cuando era niño. —Sonreí al escuchar a mi hermano.
—¿Nos vamos a duchar?. —Ella hizo una mueca coqueta y luego asintió.
Una vez a solas, subimos juntos las escaleras hacia nuestra habitación, un santuario de paz en medio del bullicio del día. Me asegure de cerrar la puerta antes de seguir a Claire a la ducha.
Ella abre los grifos, y luego nos desvestimos, mis ojos aun bebiendo de la vista de su cuerpo desnudo.
—Ven aquí —gruño mientras la pongo bajo el rociador.
—¿Cerraste la puerta? —pregunta mientras envuelve sus brazos alrededor de mi cuello.
—Sí. —Bajo la cabeza y reclamo la boca de mi esposa.
—¿Recuerdas cuando estaba borracho y te dije que nos casaríamos y tendríamos muchos hijos?.
—¿Hablas de la vez en la que tuve que entrar a tu casa por la ventana?. —Asentí sonriendo. —Fue la primera vez que te embriagaste conmigo, no pensé que lo recordaras.
—Recuerdo cada momento contigo. —Ella sonrio. —En ese momento, lo que dije no tenia mucho sentido, por que no imaginaba que sería tan genial como esto.
Han pasado ocho años y todavía no me harto de ella. Otros cien años no serían suficientes, no con Claire y su espíritu ardiente manteniendo el fuego vivo en mi corazón.
**
¡Llego el final! Muchas gracias a todas por llegar hasta acá
Escribí esta historia hace como tres años y no me creerían lo enamorada que estoy de ella, tengo planeado hacer algunos pov's de Christian o de los hijos, pero no confirmo nada de eso.
Quizás en un poco de tiempo vuelva a subir otra historia, pero ninguna se va a igualar a Baby <3
Gracias, gracias <3