justin's pov
Estaba listo para creer que Claire no estaba muerta. Que podía buscarla sin parar hasta que pudiera volver a ver esa sonrisa perfecta. Cualquiera podría haber puesto el collar y el rastreador en ese cadáver para hacerme creer que esa era mi Claire.
Pero entonces, la prueba de ADN resultó coincidente, y ahora, estoy al límite, a sólo unos momentos de empujarme. Pero aún no puedo unirme a ella.
Hace dos semanas que vi su cuerpo. Dos semanas en las que no he podido dormir, he entrado y salido de una borrachera para luego entrar en otra. Quiero matar a cualquiera que se me cruce.
Me acababan de quitar la única luz en mi vida. ¿Cómo se atreven a quedarse con la suya?
Desde hacía una semana que Alessa se la pasaba llorando sin parar y tratando de consolarme, sólo para que yo le cerrara la puerta en las narices.
Christian también lo intentó, pero nosotros no éramos así, no teníamos que decirnos nada para saber que estábamos el uno para el otro. Por dentro sabía que él estaba sufriendo.
Aparentemente, Salvatore le dijo a toda la familia de la identidad de los cuerpos. Aun así, no acepté las condolencias de nadie. No necesito putas emociones. Las maté hace mucho tiempo y no van a volver.
Hace tres días que la enterré en el cementerio familiar de Salvatore. Él encargó una lápida con el grabado de Claire Miller. Me negaba a aceptar que ella estaba debajo de mis pies.
La puerta del cuarto se abre y agarro una botella de Whisky del minibar. No me molesto en tomar un vaso y bebo directamente de la botella. Me arde la garganta, pero no hace nada por aplastar el peso constrictivo de mi pecho.
—Justin, realmente deberías dormir. —Christian me miro.
—Tomate algo. —Apunté las botellas en el suelo. —¿Tenemos alguna novedad de los idiotas que buscaban a Claire?.
—Salvatore no quiere que sigamos buscando.
—Eran tres autos. Tendré que buscarlos por mi cuenta.
—Tenemos que movernos con información fiable. —Me detuvo. —Ahora no puedes salir.
—Quítate de mi camino.
—Entiendo cómo te sientes. Todo lo que pienso es en cómo no pude evitar que se la llevaran, en que deje que se la llevaran, que por mi culpa la mataron y... y no puedo dormir, ni comer, ni animarme a hacer nada. Ella era como mi hermana.
—No es tu puta gemela Christian, ni siquiera familia cercana. Si tu maldita conexión nos hubiera servido de algo, no me quedaría nada más que sus huesos. Déjame en paz y preocúpate de tu familia.
—Tu eres mi familia. —Encendí un cigarrillo. —Ella es mi familia.
—Lárgate de mí vista antes de que haga algo de lo que me arrepienta.
—He estado contigo toda tu vida y he visto cómo te torturaban y te llevaban al borde de la muerte. Te he visto superar cualquier obstáculo que se interpusiera en tu camino. Has llegado hasta aquí porque lo has conseguido. Si no te recompones y empiezas a actuar ¿Crees que a Claire le gustaría verte tan jodidamente suicida?.
—Cállate, Christian.
—Es la verdad. Debe estar revolcándose en su tumba.
—Dije. Cierra la puta boca.
—Alessa está embarazada.
Levanté la ceja, intentando procesar lo que acababa de decir. La noticia me cayó como un balde de agua fría. Sentí una mezcla de sorpresa y culpa. Alessa, estaba embarazada, y yo ni siquiera había estado presente para apoyar a mi propia familia en un momento tan crucial.
El cigarrillo temblaba entre mis dedos mientras intentaba encontrar las palabras adecuadas. Pero el alcohol nublaba mis pensamientos y no podía articular lo que realmente quería decir. Me sentía como un imbécil, un completo fracaso por no haber estado ahí para mi hermano, por no haber sido el apoyo que necesitaba.
—¿Embarazada? —balbuceé, tratando de asimilar la noticia—. Yo... no lo sabía.
—Acaba de decírmelo hace un par de horas. Has estado tan absorto en tu propia mierda que no te has dado cuenta de lo que sucede a tu alrededor.
—Mierda... —murmuré, sin poder encontrar algo más que decir. Felicidades, hermano. —Sonreí. —¿Cómo te sientes al respecto?
—Joder. —Se pasó la mano por el pelo antes de bajársela por la cara—. O sea... Joder, no lo sé. El momento es terrible, pero eso da igual. Vamos a tener un bebé, y yo quiero que ella sea feliz.
—¿Pero a ti te hace feliz? —Insistí. —Vamos Christian, entre nosotros.
—Estoy contento. —Dije con sinceridad. —Pero todavía no me siento preparado para formar una familia, pero es mi hijo o mi hija. Ya quiero a lo que sea que venga. Pero con un bebé en camino... No podría soportar si le pasa lo mismo que a Claire, no de nuevo. No podría ver que le hicieran algo como eso a Alessa, no.
—Eso no pasara Christian. —Lo tome de las mejillas. —No seas estúpido, esto no tiene nada que ver con lo que le paso a Claire, no volverá a pasar.
—¿Sabes cuantas veces he soñado con eso?. —Susurró. —Tu no tuviste que verlo, tuviste suerte de desmayarte, estuvo en mis manos. —Lo abracé. Di palmadas en su espalda y tomo aire.
—Lo entiendo, Christian. —El asintió.
—No hemos hablado demasiado desde que me lo contó...
—Christian.
—No puedo decírselo. —Sacudió su cabeza. —Cuando me lo dijo, recordé a Claire.
—No te preocupes por eso. —Levante la mano para hacerlo callar. —¿Quieres que hable con ella?. —El asintió. —Le explicare todo, pero luego tendrás que ir con ella.
—Gracias.
—Vaya, voy a ser tío. —Se recostó contra el sofá y entrelazó los dedos detrás de la cabeza—. Qué locura. Nunca pensé que fuera a ser tío.
—Siempre pensé que tu serias el primero en ser padre. Por favor, no seas uno de esos tíos irritantes que me desobedecen en cuanto me doy la vuelta.
—Oh, sabes que es justo lo que va a suceder. Seamos sinceros. —El sonrió. —Tengo que recompensarte de alguna forma por todo lo que te hice.
—Solo hiciste cosas buenas por mí. —Hizo una mueca. —No sé en donde estaría si no hubiese sido por todo lo que hiciste por mí.
—Que ñoño eres. —Me abrazo.
—Es como si se lo hubiera contado a mi padre. —Di palmadas en su espalda. —Gracias. Te quiero, Justin. —Retrocedí cuando el afecto se prolongó algo de más. Christian y yo no hacíamos aquellas cosas.
—Yo también te quiero, hermano.