claire's pov
—¿Quieres hablar de ello?. —Abroche el cinturón y mire por la ventana. Él se quedó callado por un par de segundos antes de encender el auto y comenzar a conducir —Claire.
—No sé por qué me siento así. —Susurré. —Se supone que iban a ser unas vacaciones perfectas, pero... —Lo miré. —Se que Justin nunca me engañaría pero que ella este aquí, me hace creer que quiere algo de nosotros.
—Lo sé. Puedo sentirlo en los huesos.
—¿Crees que deberíamos volver? Me refiero a Justin y yo. —Negó. —Ustedes pueden quedarse aquí, nosotros volveremos con Salvatore.
—Quería pasar mi luna de miel con ustedes.
—No quiero arruinar su momento.
—Entonces deberían quedarse hasta que sea momento de volver a casa, no puedes romperme el corazón Claire.
—No lo haré. —Mire por la ventana. —¿Qué vamos a comprar?.
—Te llevare a un lugar especial antes de comer hamburguesas.
—¿Por qué no me sorprende eso?. —Lo mire divertida.
Christian me miró con una sonrisa cómplice. Unos minutos después me llevó a una pequeña tienda de macaroons. Sabía que estos dulces eran mi debilidad y, después de un día difícil, necesitaba algo que me levantara el ánimo.
La tienda era un lugar encantador, lleno de colores y aromas que me hicieron olvidar momentáneamente mis preocupaciones. Escogimos una caja de macaroons de sabores variados y salimos con una mezcla de emoción y dulzura.
Después, cumplimos con nuestro plan inicial: compramos hamburguesas en un puesto cercano y nos dirigimos de vuelta a casa en el auto. La ciudad pasaba a nuestro alrededor como un fondo pintoresco, pero una inquietud comenzó a crecer en el ambiente.
—Mierda.
—¿Qué pasa?.
—Ese auto nos está siguiendo. —Miro por el retrovisor. Sentí un nudo en el estómago y miré hacia atrás. En efecto, un coche oscuro mantenía una distancia constante detrás de nosotros. —No quiero que nos siga hasta casa intentare despistarlo.
—Está bien. —Intente girarme, pero el me detuvo.
—No, no quiero que se den cuenta de que lo sabemos.
—¿Quieres que llame a Justin?.
—No todavía no. Quizás lo pierda en unos kilómetros más.
Intentó despistarlos, girando bruscamente a la derecha por una calle estrecha y luego tomando un desvío inesperado hacia un camino menos transitado.
Durante unos instantes, pensé que habíamos logrado escapar. Pero de repente, aparecieron dos autos más, acelerando con mayor velocidad y cerrándonos el paso.
—Mi teléfono, llama a Justin.
Desbloquee el teléfono, antes de poder llamar a Justin, el auto se sacude violentamente hacia adelante. Me arrepentía de no haber estado con cinturón, porque la fuerza me hace golpearme con la guantera. Un grito de sorpresa se escapa cuando el auto comienza a girar.
El brazo de Christian me rodeo antes de que pudiera salir por el parabrisas. Caigo entre el asiento y el suelo.
—Mierda, mierda...¿Estas bien?. —Asentí. —Arriba, ¡Rápido Claire!. —Me levante. —Cinturón.
Nos chocan de nuevo antes de que pueda abrochar el cinturón y el auto se mueve de un lado a otro mientras Christian intenta mantener el control.
Mi pecho bombea con adrenalina y pánico, y el miedo ha comenzado a formarse en la boca de mi estómago. Mis manos temblorosas abrochan el cinturón a tiempo y buscan el contacto de Justin y solo lo llamo.
—¡Hijos de puta! ¡Hijos de puta!. —Dos disparos estallan en uno de los espejos. —Mierda... —¿Hola, Justin? ¿Estás ahí?.
—Sí, sí, estoy aquí Christian. —Dijo extremadamente calmado. —¿Estás bien? ¿Dónde están?.
—Estamos en el auto, pero nos están siguiendo. Hay tres autos detrás de nosotros, están tratando de sacarnos de la carretera. —Otro disparo hizo que una de las ventanas estallara.
—¿Puedes ver algo que te dé una pista? ¿Algún signo distintivo en los autos?.
—No hay matriculas, no hay nada. —Susurré.
—No, nada. Son autos oscuros, no puedo ver las placas ni nada.
Busque en la guantera el arma y la cargue rápidamente. Baje la ventana de mi lado y cuando uno de los autos se acercaba dispare hacia una de sus ventanas.
—Intenta mantener la calma, intentaré rastrear tu ubicación. Solo...Solo
mantente a salvo. —Justo en ese momento uno de ellos asomo su cabeza y dispare.
—¡Woooohooo! ¡Eso es Claire! —Christian dio palmadas en mi espalda. Recargué el arma y seguí disparando. —Justin no vas a creerlo le acaba de dar a un cabrón en el centro de la cabeza. Estoy lejos de ustedes, tienes que cuidar de Alessa.
—Vamos en camino. —Se necesita un golpe más antes de que el salga a toda velocidad por el costado de la carretera y se meta en una zanja. Mi mundo da vueltas cuando el parachoques del auto golpea la zanja en un ángulo antes de que el auto se vuelque, volteándose sobre sí mismo dos veces antes de aterrizar con fuerza en el techo.
El impacto es ensordecedor cuando las ventanas explotan. Fragmentos de vidrio estallan contra mí desde todas las direcciones, cortando mi piel. Cuando todo se calma, me doy cuenta de que Christian está gritando.
Respiro profundamente, el sonido casi animal cuando el pánico se apodera de mí. Estoy boca abajo, todavía atada a mi asiento. El cinturón de seguridad se me clava dolorosamente en el pecho, contrayendo aún más mis ya tensos pulmones.
—¿Christian?. —Susurré. Su rostro estaba cubierto de sangre, probablemente por la bolsa de aire que acababa de golpear su rostro. —Christian.
Desabroche mi cinturón. Caí de golpe al suelo, un hilo de sangre cae desde su cuerpo, puedo ver que es su pierna que esta atravesada con alguna parte del auto.
—Despierta Christian por favor. —Susurre. Desabroche mi cinturón y lo ate sobre la herida.
—Los golpeaste demasiado fuerte —dice una voz desde algún lugar fuera de mi auto. —Mierda, asegúrate de que no se esté muriendo, maldito idiota, el jefe se va a molestar. —Christian suelta un gruñido, esta aturdido, comienza a quejarse y luego abre su boca. La cubrí y grito contra mi mano.
—Shhh..Shh..No grites Christian...No digas nada...Shh..
Mire por la ventana. Podía ver sus pies acercándose. Metí mis dedos dentro de su herida, sabía que, si seguía consciente, intentaría defenderse y terminarían matándolo.
—Perdóname, perdóname, Christian. —Intento gritar y araño mis muñecas. Hasta que de pronto se desmayó de nuevo, los pasos comenzaron a acercarse. Tome su mano y solloce. —¿Christian? ¿Christian?.
Aparece una cabeza en mi ventana. Me encuentro con la mirada de un hombre de piel más oscura y ojos negros sin fondo
—Ella está viva. —anuncia, con una sonrisa de alivio curvándose a un lado de sus labios.
—Sáquenla —Exige una voz que responde con brusquedad.
—Christian. —Susurre. El tipo miro a Christian y luego sonrió.
—No te preocupes hermosa, cuando lo encuentren será demasiado tarde, ese idiota está muerto. —El hombre me agarra del brazo y saca mi cuerpo por la ventana, arrastrando mi cuerpo a través del vidrio y el metal afilado.
—Ese imbécil está muerto.
—¡No! ¡No! ¡No!. —Tome aire. —No está muerto, ¡Christian!. —Intente levantarme. La adrenalina aumentaba en mi cuerpo cada vez más, le di un empujón, pero antes de correr sentí un jalón en mi cabello y un golpe directo en mi cabeza.
Y llegó la oscuridad.