justin's pov
—Patricia Mallette. —Estire mis brazos. Ella hizo una mueca seria y luego corrió hacia mis brazos, di un beso en su mejilla y la levanté. —¿Cómo estás mamá?.
—Estás mucho más bronceado desde la última vez que te vi. —Acaricio mi mejilla y di un beso en su frente. —Te ves diferente.
—Estoy diferente. —Tome su maleta.
—¿Has estado comiendo bien? Estás más delgado. —Sonreí. —¿No te dan comida suficiente? Alguien como tu necesita comer mucho.
—Hace un mes podría haberte dicho que no estaba comiendo bien, pero ahora estoy de maravilla.
—¿Qué paso?.
—Luego tendré tiempo de explicarte todo. —Rodeo mi cintura con su brazo. —Espero que te hayas despedido de todo el mundo en Stratford, porque no planeo dejar que vuelvas a casa, te quedaras conmigo. —Di otro beso en su frente. —¿Vamos?.
—Vamos. —Tomé su maleta y comenzamos a caminar. —El clima aquí es increíble.
—Te dije que no querrías irte, aun no conoces mi casa.
—Debo admitir que cuando llegaron esos hombres a mi casa, tuve mucho miedo. —Sonreí. —¿No podrías al menos haberme advertido que querías que viniera?.
—Quería que fuera una sorpresa.
—Si, pero aparecieron tres hombres enormes que me dijeron que preparara una maleta porque nos íbamos en diez minutos. —Solté una suave risita. —Pensé que estabas muerto.
—Lo siento. Era tu iniciación. —Negó divertida. Nos acercamos al auto y ella abrió su boca. —¿Qué?.
—¿Eso es un?...
—Un Lamborghini. —Sonreí. —Todos en Italia tienen uno de estos bebés.
—Dios, tu padre estaría muy celoso. —Abrí la puerta de su lado. —Gracias.
La ayudé a subir con una sonrisa y luego guardé su bolso en el maletero, antes de dirigirme al volante. Encendí el motor y el rugido del coche llenó el aire mientras comenzábamos a conducir por las pintorescas calles italianas.
—Tengo algo que decirte. —Ella me miro. —Claire no sabe que estás aquí. Es una sorpresa.
—¿Enserio?. —Asentí. —¿Cómo está?. —Miré hacia el frente y levanté mis hombros.
—Llamo a su madre hace un par de días, ella necesitaba a su madre y no fue para nada lindo. —Suspiré. —No estuvo bien en los últimos meses, pasaron muchas cosas.
—No he hablado con Marie desde que ustedes se fueron. —Dijo con un tono de nostalgia.
—Es por eso por lo que te traje aquí. —La mire. —Claire te necesita, mucho.
—Cuando la vea voy a abrazarla y no soltarla. —Dijo con determinación. Sonreí ante su respuesta, sabiendo cuánto significaría su apoyo para Claire.
—¿Puedes ver esa casa con los viñedos?. —Ella asintió. —Es la casa de Salvatore, mi padre. —Asintió. —Por el momento vivimos con él, pero estamos tratando de comprar esas casas que están cerca. —Detuve el auto. —¿Puedes ver esas dos de abajo?.
—Si.
—Quiero quedarme con la casa de la derecha, tiene una piscina con un jacuzzi perfecto. —Sonreí. —Christian y Alessa, vivirán junto a nosotros. No puedo alejarme de él y él no puede alejarse de mí.
—Recuerdo a Christian. —Asintió. —Dijiste que él era tu hermano.
—Así es. —Sonreí. —Él se casó con Alessa la hija de Salvatore, hace como diez meses. Se supone que su bebé nacerá en los próximos días. —Encendí el auto y seguí conduciendo hacia la casa. —Luca es también es mi hermano, pero él es hijo de Salvatore.