《35》

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La risa de su hija sonaba por toda la mansión haciendo sonreír a todos.

–Donde está bebé –tapaba su cara con sus manos y después fingía sorpresa al momento de quitarlas.

Estaba cómodamente jugando con la pequeña jiyoon cuando una de sus empleadas llegó y su aroma hizo llorar a la pequeña niña.

Con el ceño fruncido, Yeji se levantó y sacudió sus ropas y se giró hacia la pequeña Omega que tenía la cabeza gacha.

–Que he dicho de molestarme mientras estoy con mi hija o esposa

– Que si lo hacíamos nos echaría

–¿entonces?

–Una mujer la espera – suspiro – dice que se trata de la madre biológica de la señorita jiyoon.

Yeji sintió que sus piernas temblaron y su corazón se detuvo... La madre biológica de su bebé. Oh, no, si esa mujer pensaba tan siquiera arrebatarle a su pequeña, la destruiría sin siquiera darle una pisca de piedad como la que ella no tuvo al abandonar a una pequeña bebé cuando tenía horas de haber nacido.

–Pásala al despacho– la mujer asintió– en un momento voy.

Con una sonrisa metió la última cucharada del gran helado a su boca, la cual estaba toda manchada de chocolate y helado

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Con una sonrisa metió la última cucharada del gran helado a su boca, la cual estaba toda manchada de chocolate y helado.

–Sannie–llamo obteniendo la atención del alfa –quiero gomitas picosas con chocolate.

San, quien estaba comiendo, casi se atraganta con su helado al escuchar la petición.

–¿Gomitas picosas con chocolate?– Wooyoung asintió –¿no te da asco? –pregunto al mismo tiempo que una mueca de asco se formaba en su rostro

–No... Bebé pide sus gomitas con chocolate.

Con un suspiro San se levantó y fue al mostrador donde pidió las gomitas picosas con chocolate y las empleadas se le quedaron viendo con una mueca de desagrado y confusión, pero en fin de cuentas lo que el cliente pida.

Ya estando ahí aprovecho para pagar la cuenta y cuando le entregaron las gomitas se dirigió a la mesa donde había dejado a Wooyoung anteriormente paro solo encontró una mesa vacía.

Estuvo a punto de volverse loco, pero miro por el cristal a Wooyoung afuera esperando a lado del auto.

Con pasos apresados salió de la heladería/dulcería y se acercó a un Wooyoung malhumorado.

– Que tanto hablabas con esas zorras.

–Amor,solo pedí las gomitas y pedí la cuenta– suspiro, su esposo últimamente eres demasiado celoso y tenía unos cambio de humor y antojos que lo volvían loco.

Wooyoung sonrió y lo abrazo al torso– ya lo se Sannie solo quería ver que decías –acarició la mejilla del pelinegro con cariño–¿Alfa, ya nos vamos? ,mi padre no para de llamarme.

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