La Maldición..

Hospital y Cumpleaños..

Cuando cumplí 15 años, lo celebramos en el hospital de la familia. Sí, suena loco, pero así fue. Es como una tradición antigua o, no sé, quizás mi familia está un poco loca.

El hospital está prácticamente abandonado, pero afuera hay un hermoso campo verde, perfecto para hacer un picnic familiar. Eso es lo que hacíamos siempre, pero después solíamos ir a festejar a la casa, como de costumbre. Según mi padre, Josef, fue una regla que mi abuelo impuso antes de morir.

"¿Pero qué estupidez, no?" pensé.

En un momento me alejé de la celebración. El hospital me daba algo de miedo; ese enorme edificio con la pintura desgastada, ventanas rotas, grafitis y paredes agrietadas y sucias era simplemente inquietante. Miré alrededor y decidí tomar algunas fotos del paisaje... y, por supuesto, algunas de mí.

Después de un rato, comencé a revisar las fotos para elegir la mejor y subirla a Instagram. Pero lo que encontré me dejó helado: en una de las fotos aparecían tres siluetas detrás de mí, como si se estuvieran acercando.

Regresé rápidamente a la fiesta y no volví a tomar fotos del lugar. Pero cuando estábamos a punto de irnos, eché un último vistazo al edificio. En una ventana del segundo piso, vi un rostro. No sé de qué o de quién, pero me estaba mirando fijamente, como si nos estuviera espiando.

Según mi padre, era el rostro de mi abuelo, que aún ronda el viejo hospital... ese hospital que pronto será demolido.