La pulsera de cuero..

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Estaba en la escuela superior cuando un chico bastante introvertido comenzó a buscar conversación conmigo. Con el tiempo, nos hicimos amigos. Después me presentó a un grupo de jóvenes de mi misma edad, y también hice amistad con ellos. En los recreos nos reuníamos para hablar sobre temas sobrenaturales y, como cualquier grupo de adolescentes, eventualmente comenzaron a hablar de sus experiencias sexuales. Cuando me preguntaron a mí, les dije que todavía era virgen y que ni siquiera tenía novio. Hubo un silencio incómodo. Se miraron entre sí y cambiaron de tema.

Al día siguiente, uno de ellos me regaló una pulsera de cuero que él mismo había hecho. Me la puso en la muñeca y me dijo: *"Prométeme que no te la quitarás"*. Como me gustaba la pulsera, le respondí: *"No te preocupes, no me la quitaré. Gracias, me encantó tu regalo"*.

Era octubre, y en el área comenzaron a desaparecer jóvenes. Mi mamá, muy preocupada, me dijo: *"No salgas de la escuela, mantente adentro"*. Yo le hacía caso, y aunque me invitaban a salir, siempre me negaba.

Un día, a la escuela llegó un chico muy guapo que no era del lugar. Se bajó de un vehículo y fue directamente hacia donde yo estaba sentada. Desde donde me sentaba, podía ver la salida de la escuela. El chico me miró y me dijo: *"¿Quién te dio esa pulsera? Quítatela ahora mismo"*. Le pregunté por qué, si era un regalo. Estiró su mano y, con seriedad, me repitió: *"Dámela. Fuiste escogida, pero sé quién eres y, aunque no lo creas, te aprecio"*. Me asusté y le pregunté: *"¿Escogida para qué?"*. Él me miró y dijo: *"Eres virgen, fuiste escogida para sacrificarte en el próximo ritual"*. Con el corazón latiendo rápidamente, le entregué la pulsera, y él se fue. Nunca lo volví a ver.

Cuando mi mamá me fue a buscar a la escuela, le conté lo sucedido. Muy asustada, fue a hablar con el policía que rondaba el área. Él le dijo: *"Tenemos conocimiento de lo que está pasando. Ya se han llevado a varias jóvenes de los alrededores de las escuelas en los pueblos cercanos"*. Me preguntó cómo era el joven, y le di la descripción. Mi mamá no me envió a la escuela esa semana.

Ahora les cuento por qué creo en la historia anterior.

En un municipio costero, en una playa bastante alejada (tan alejada que nadie se quedaba allí por lo peligroso que era), una mañana, durante una ronda preventiva, la guardia de la naturaleza encontró una plazoleta de cemento cubierta de sangre. Había símbolos dibujados con ella y, para sorpresa de mi mamá y mía, en las noticias, la policía informó que lo único que habían encontrado en el área fueron varias pulseras hechas de cuero. Cuando el camarógrafo las mostró en la pantalla, se me congeló el corazón: eran iguales a la que yo tenía.

El grupo con el que solía andar me preguntó por la pulsera. Les dije que la había perdido. Uno de ellos sacó otra para darme otra, en eso llega un amigo ( a mi amigo le había contado todo y le pedí de favor que insinuara que había tenido sexo con el) y _me dice Wao ayer estuviste super para ser tu primera vez podemos volver a hacerlo y yo le dije que si.
Todos se miraron y el que me iba a dar la pulsera me dijo, mejor no te la doy porque la vas a volver a botar. Luego de eso me fui alejando de ellos y no volví a hablarles.

La Maldición..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora