Capítulo XVI

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No me busques
Punto de Vista de Briellene V. Lawson

Había pasado una semana desde la inauguración del proyecto en el edificio Harrison. No había vuelto a verlo desde entonces. En algún momento, después de aquel beso en mi estudio, asumí que nuestras vidas seguirían por caminos separados, y así había sido. Los días se habían deslizado con sorprendente calma. Sin la sombra de Harrison rondando mi mente, todo parecía más claro, más sencillo.

Esta mañana no era distinta a las anteriores. Me había sentado frente al lienzo en blanco, dispuesta a crear algo nuevo, pero mi mente parecía más interesada en divagar que en pintar. Lourdes, como siempre, estaba revisando correos y haciendo llamadas en el pequeño escritorio de la esquina. Todo en mi vida seguía un ritmo casi predecible, hasta que la escuché carraspear.

—Brie, tienes que ver esto —su tono, casi excitado, rompió el silencio. Levanté la vista para encontrarla con los ojos fijos en la pantalla de su laptop—. Te han invitado a exponer en París.

Mi corazón dio un vuelco. París. El sueño de todo artista. Me puse de pie, cruzando el estudio en dos pasos, sintiendo cómo la emoción brotaba sin mi permiso.

—¿París? ¿Estás segura? —pregunté, apenas creyendo lo que oía.

Lourdes asintió, una sonrisa que apenas contenía su emoción asomándose en su rostro.

—Es una galería de mucho prestigio. Han mencionado que quieren que expongas una de tus nuevas colecciones. Es una gran oportunidad, Brie. No puedes decir que no.

No necesitaba que me lo dijera dos veces. París. Era una oferta demasiado buena como para rechazarla. Mi mente ya estaba a mil por hora, imaginando qué obras podría llevar, cómo sería el evento, quiénes estarían allí. No obstante, algo en el fondo me hacía sentir un leve escalofrío. Algo que no entendía del todo.

—¿Quién es el patrocinador? —pregunté, sin levantar la vista del correo que Lourdes me mostraba.

—Bueno... aquí no lo dice específicamente. Pero menciona que es una colaboración entre varias figuras importantes del mundo del arte. Ya investigaremos más si te interesa.

—Claro que me interesa —contesté rápidamente, aunque ese escalofrío insistente seguía rondando. Me recordé que era solo el nerviosismo habitual ante algo tan grande.

Pero entonces, Lourdes dijo algo que me hizo detenerme en seco.

—Ah, y mencionaron que uno de los patrocinadores principales del evento es un empresario estadounidense que ha estado invirtiendo en galerías y arte contemporáneo en los últimos años... Taddeo Harrison, dice aqui.

Sentí cómo el aire se detenía en mi pecho. Mi mente corrió a ese momento en mi estudio, el beso que nos habíamos dado, y la promesa silenciosa de que no volveríamos a vernos. De pronto, París no se sentía tan buena idea... ni tan seguro

Brie tragó saliva con fuerza, sintiendo cómo la rabia crecía en su pecho. La invitación a París debería haberla emocionado, pero lo único que sentía era una punzada de enojo. ¿Por qué en lugar de alegría sentía esa frustración amarga? Tomó su bolso con un gesto brusco, decidida a aclarar las cosas.

—¿A dónde vas? —preguntó Lou desde la mesa, alzando una ceja al notar su actitud.

—A hablar con el patrocinador —respondí, en un tono cargado de burla y sarcasmo.

El tumulto de pensamientos en mi mente no me dejaba tranquila. ¿Quién se cree que es? pensé, mordiéndome el labio inferior mientras caminaba rápido hacia la puerta. ¿Me está invitando a este evento por lástima? ¿Piensa que mi patética vida necesita de él y de sus eventos para seguir adelante?

Sombras del Emporio HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora