Doble cita y el Impostor
Punto de vista de Briellene V. LawsonHabían pasado varios días desde la última vez que vi a Taddeo. Desde entonces, me había sumergido en la rutina de la galería. A pesar de que todo lo demás parecía desmoronarse, al menos las pinturas se seguían vendiendo. Aún así, no podía evitar sentirme un fracaso. No tenía el valor para entrar al estudio. Después de contarle a Lou todo lo que había sucedido con Harrison, me era imposible enfrentarme a los cuadros a medio terminar, a los bocetos que había dejado a medias. El bloqueo artístico me tenía atrapada, incapaz de avanzar.
Lucas y yo habíamos pasado más tiempo juntos, casi como si intentara forzar mi mente a desconectarse de Taddeo, pero algo en mi corazón no respondía. A pesar de lo mucho que intentaba, Lucas no lograba llenar el vacío que había dejado Harrison. Lo peor era que ni siquiera podía explicarle a Lucas lo que sentía, porque ni yo misma lo entendía. Mi cabeza estaba dividida en dos mundos, uno donde intentaba avanzar, y otro donde me quedaba atrapada en recuerdos.
Lou e Iván también habían estado más pendientes de mí, siempre incluyéndome en sus planes, como si supieran que necesitaba distracción. A veces aceptaba, pero otras me excusaba, no queriendo ser una carga para ellos. Aunque Iván nunca mencionaba a Harrison, sentía su presencia como un espectro invisible que seguía acechando mis pensamientos. ¿Sabía Iván algo? ¿O Lou le había pedido que no dijera nada para no hacerme sentir incómoda? No lo sabía, pero agradecía el silencio.
En esos días de silencio, mi vida había comenzado a sentirse más normal, con una rutina que me brindaba paz y, al mismo tiempo, me desconcertaba. Nada alteraba mi sistema nervioso, lo cual me hacía cuestionarme si realmente prefería esa calma o si en el fondo extrañaba el caos que había traído Harrison.
Estaba terminando de cerrar la galería cuando recibí un mensaje de Lucas:
"Paso por ti después de que cierres la galería, vamos a cenar."
Respondí con una sonrisa:
"Vamos, tengo hambre."
Mientras guardaba mi celular y organizaba el inventario, pensé en lo predecible que se había vuelto todo, como si hubiera alcanzado un punto de estabilidad que me parecía casi irreal. A veces me preguntaba si esa tranquilidad era lo que realmente quería, si esta nueva rutina era lo que me había faltado o si simplemente estaba esperando el próximo terremoto.
Ya estaba cerrando cuando Lou apareció en la puerta.
—¿Tienes planes? —me preguntó, con esa energía característica que siempre parecía iluminar el ambiente—. ¿O quieres cenar con Iván y conmigo?
Le sonreí mientras guardaba mis cosas.
—Lucas va a pasar por mí, pero... podríamos salir los cuatro, ¿no?
Lou me miró emocionada, como si le hubiera leído la mente.
—¡Me encanta la idea! Voy a buscar mis cosas.
Mientras la esperaba, una sensación de normalidad me envolvía. Estaba lista para seguir adelante, o al menos eso me decía a mí misma. Pero en el fondo, sabía que el peso de todo lo no resuelto con Harrison seguía ahí, aguardando el momento para volver a salir a la superficie. Salí de la galería junto a Lou, encontrando a Lucas e Iván charlando tranquilamente. Al vernos, sonrieron.
—Se nos ocurrió algo —dije, dándole un beso rápido en la mejilla a Lucas.
—Salir a cenar los cuatro —añadió Lou, abrazando a Iván con una sonrisa cómplice.
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Sombras del Emporio Harrison
Romance-Esto no es algo que suela hacer -murmuré, mis palabras frías y cortantes. -Yo tampoco -respondió, nerviosa. Su piel se sentía cálida contra la mía, y la tensión en el aire me erizó la piel. De repente, no era el hombre controlado que siempre había...