Terminamos"Harrison lo llamó, pidiéndole que lo encontrara de inmediato, dijo que sonaba muy alterado."
Mi mente repasaba lo que había dicho Lou, una y otra vez, como si las palabras cambiaran. Me quedé congelada por un momento, sintiendo cómo mi estómago se encogía. ¿Harrison estaba alterado? No podía imaginarlo fuera de control. Siempre había sido tan... imperturbable. Excepto por esa última noche juntos en mi cama. Excepto por el hecho de que se había escapado, y yo lo había ignorado desde entonces.
El corazón me dio un vuelco. Mi mente intentaba procesar lo que acababa de leer. ¿Qué le había pasado? Había estado tratando de evitarlo por días, y ahora él estaba, según Lou, al borde de un colapso. Y sin embargo, mi primer instinto no fue correr hacia él, sino cuestionar si esto era otra de sus formas de manipularme. De hacerme sentir culpable. ¿Por qué ahora?
Tomé aire, tratando de calmarme. Había pasado días sin responder sus llamadas, pero ver a Harrison en la recepción con esa mirada en sus ojos, y ahora esto... algo no cuadraba. Entonces, la imagen de su rostro al ver a Lucas y a mí juntos me golpeó como una verdad que había estado evitando. Harrison no estaba simplemente alterado por mis días de silencio. Estaba celoso.
El pensamiento me sorprendió tanto que casi me reí, pero la incomodidad en mi pecho se intensificó. Si realmente estaba así por haberme visto con Lucas... ¿qué significaba eso para nosotros? ¿Qué iba a hacer yo con esto? ¿Y por qué, después de todo lo que había pasado, su reacción seguía importándome tanto?
"Lo sé. Gracias por decírmelo. Voy a hablar con él." Fueron las últimas palabras que le dije a Lou antes de colgar la llamada. Se sintieron como una promesa vacía. Porque no estaba segura de si quería hablar con él, ni mucho menos enfrentar lo que este encuentro podría desatar.
Me aparté de la puerta y me dirigí a la ventana, buscando un poco de aire mientras las luces de la ciudad parpadeaban en la distancia. Pero mi mente no estaba allí. Estaba en la recepción de hace unos minutos, en su mirada, en su reacción cuando me vio con Lucas. ¿Es esto por Lucas? ¿Podía ser tan simple y a la vez tan complicado? No tenía sentido que Harrison, el mismo hombre que huyó de mi cama en medio de la noche, estuviera ahora perdiendo el control porque me vio con otro. Pero algo en sus ojos me decía que sí, que esta vez era diferente. Que él, el hombre que nunca se mostraba vulnerable, estaba quebrado.
Suspiré, frustrada conmigo misma por preocuparme tanto. Mi teléfono volvió a vibrar en la mesa. Esta vez, no fue Lou. El nombre que parpadeaba en la pantalla hizo que mi estómago se revolviera: Harrison.
Durante un segundo, consideré ignorarlo de nuevo. Después de todo, ¿no había hecho eso durante días? Pero algo en mí ya no podía seguir huyendo. Sabía que tenía que enfrentar esto, que fuera lo que fuera lo que estaba pasando, no se iba a resolver si seguía escondiéndome detrás de excusas.
Con manos temblorosas, deslicé el dedo sobre la pantalla para contestar.
—Al fin—su voz atravesó el silencio del apartamento, áspera y cargada de frustración. —Llevo días llamándote, Brie. Días. ¿Por qué no me has contestado hasta ahora?
El reproche en su tono me hizo apretar la mandíbula. Claro, ahora él era el que exigía respuestas. Sentí una mezcla de enojo y tristeza, pero me obligué a mantener la calma. —No quería hablar contigo, Harrison. No quiero aún.
—¿Qué?—Su sorpresa era palpable, como si no pudiera entender qué razón tenía para ignorarlo. —¿Por qué?
El nudo en mi garganta se hizo más apretado, pero no iba a ceder. —Porque la manera en que dejaste las cosas no tiene sentido.— Me levanté del sofá y comencé a caminar por el apartamento, el eco de mis pasos acompañando mis palabras. —Después de todo lo que pasó entre nosotros... simplemente desapareciste.
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Sombras del Emporio Harrison
Romance-Esto no es algo que suela hacer -murmuré, mis palabras frías y cortantes. -Yo tampoco -respondió, nerviosa. Su piel se sentía cálida contra la mía, y la tensión en el aire me erizó la piel. De repente, no era el hombre controlado que siempre había...