Capítulo XXXVI

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Noche de Inseguridades
Punto de Vista de Briellene V. Lawson

Salí del edificio de Harrison con una sonrisa que no podía disimular. Todo en mí vibraba con una energía nueva. Mis pasos eran ligeros, casi como si flotara, y las mariposas en mi estómago no dejaban de revolotear. Toda la tarde había sido mágica, como si el tiempo se hubiera detenido solo para nosotros. Entre reuniones y conversaciones, cada vez que nadie nos miraba, él aprovechaba para robarme un beso, un toque suave pero cargado de significado. Sentía su mirada en mí todo el tiempo, y la intensidad de esos ojos oscuros me hacía perder la noción de dónde terminaba el trabajo y comenzaba lo nuestro.

La idea de que habíamos iniciado una relación me ponía los pelos de punta. ¿Esto es real? Pensé en cómo me había mirado, en lo que había dicho... "Solo tú." Su voz seguía repitiéndose en mi cabeza, como un eco que no me dejaba en paz.

Al llegar a mi apartamento, no pude evitar escribirle a Lou:

"Hoy fue un buen día, mañana te contaré todo."

No sabía por dónde empezar a explicarle lo que había pasado, pero no tenía prisa. Quería dejarme llevar por la sensación de felicidad, por la dulzura del momento. Pero, mientras sonreía y me acomodaba en el sofá, mi celular vibró con un mensaje inesperado.

Lucas.

"Discúlpame, Brie. Me comporté como un idiota. No debí actuar como lo hice."

Me quedé inmóvil un segundo. ¿Por qué ahora? Justo cuando todo parecía encajar, cuando estaba empezando algo nuevo. Mis dedos dudaron sobre la pantalla. Mi mente corría por mil caminos, recordando cada pelea, cada error, pero también... cada momento bueno. Había una parte de mí que aún no entendía cómo dejarlo ir por completo, a pesar de todo lo que había pasado entre nosotros.

Decidí no responder. No ahora. No quería más drama en mi vida, no cuando ya tenía suficiente con Harrison. Pero el mensaje de Lucas se quedó ahí, brillando en la pantalla como un recordatorio de que no todo en mi vida estaba resuelto. Intenté dejarlo de lado, pero la duda empezó a instalarse en mi mente. ¿Estaba haciendo lo correcto con Harrison? ¿Era demasiado pronto?

Me puse de pie y me dirigí a la ventana, mirando las luces de la ciudad que titilaban en la distancia. El recuerdo de Lucas, su disculpa, sus errores... Y luego Harrison. El contraste entre los dos hombres en mi vida era abrumador. Con Lucas todo había sido complicado desde el principio, pero Harrison... ¿Por qué todo se sentía tan intenso, tan rápido?

La emoción del día empezaba a desvanecerse, y en su lugar, un torrente de inseguridades surgió. ¿Realmente habíamos comenzado algo? Harrison no era un hombre fácil de leer, y aunque sus palabras de hoy parecían claras, había algo en mí que no podía dejar de preguntarse si todo esto era demasiado, si todo se estaba moviendo demasiado rápido.

Caminé por el apartamento, tratando de ordenar mis pensamientos, pero solo logré enredarme más. Todo en mí quería creer que Harrison y yo teníamos algo especial, pero no podía negar la voz en mi interior que susurraba: "¿Y si te está utilizando? ¿Y si solo eres otra mujer más en su vida?"

Me dirigí a la cama, suspirando. Lucas me había herido, sí, pero ¿Harrison realmente era tan diferente? En los últimos días, todo había pasado tan rápido que no había tenido tiempo de procesar lo que sentía realmente. Me había dejado llevar por la atracción, por el deseo, pero ahora... ahora no podía ignorar la pequeña grieta que se abría en mi corazón.

¿Y si estaba cometiendo un error?

Cuando finalmente me acosté en la cama, el eco de la emoción del día se había desvanecido, dejando espacio para algo más incómodo, algo que había estado acechando desde que salí del edificio de Harrison: la duda.

Sombras del Emporio HarrisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora