Parte 5

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MARCO

La reunión con los Barbieri ha sido un éxito. Hemos conseguido el contrato para fusionar una de nuestras empresas con la suya y eso nos reportará millones de euros. Después de la reunión se lo he agradecido a Vittoria como corresponde. Es una fiera en la cama y además insaciable. Cuando se va cambio las sábanas y me ducho. Me llama Fiorella y me dice que sus hijos han llegado a casa pero que Chiara se ha quedado en la playa según le ha dicho a Giulia. No quiere decirle con quien. Asique cojo el coche y voy a toda hostia a por ella. Esta niña no puede estar sola por Nápoles. Ya hablaré con sus primos mañana.


Después de un rato buscándola por la playa la veo forcejeando con el imbécil de Lucca. Su padre nos debe mucho dinero y estamos a punto de quitarle la empresa por ello. ¡Lo que le faltaba a Leandro!, tener a un hijo como él.Quiero romperle la cara nada más los veo. No la va a tocar y punto. Cuando lo voy a hacer, Chiara le suelta un puñetazo que me deja con la boca abierta. No se de dónde ha sacado ese valor y esa fuerza, pero me deja alucinado. ¡Joder con la niña! 


El problema viene cuando me doy cuenta que está tan borracha que no puede ni caminar. Pienso las opciones. Si la llevo a casa, su padre y los de seguridad se darán cuenta. Si la llevo a la mía, solo con pisar el jardín, las cámaras y los de seguridad la verán. Además, no podría explicar que durmiera en mi casa. Asique la llevo a mi piso del centro. Me va a buscar la ruina. La saco del coche en brazos. Cuando llegamos a la habitación la tumbo en la cama. No pienso desnudarla, no voy a hacerlo. Me fijo que lleva el bikini aún puesto. A lo mejor puedo quitarle el vestido y que se quede en bañador. Joder no puedes tocarla. Es menor de edad y la hija de Filippo - me digo a mi mismo. Pese a todo me acerco a ella y la incorporo un poco para poderla quitar el vestido. Se ha quedado dormida nada más subir al coche. Recuerdo que me ha dicho que soy guapo y que mis músculos están duros. Sonrío al recordarlo.

Intento no mirarla cuando se lo quito, pero soy débil y miro. Joder que si miro. Tiene un cuerpo espectacular. A sus diecisiete años tiene muy buenos pechos pese a estar delgada. Su piel es tan suave que me dan ganas de acariciarla entera. Respiro profundo. Es como tu hermana pequeña gilipollas. - Me repito constantemente. La tumbo de nuevo y retiro mi vista de ella. Me voy al sofá a intentar dormir. Le mando un mensaje a Fiorella y le digo que ya está solucionado. No le digo más porque no voy a mentirla y decirle que está en su cama. Si descubre que no está yo habré mentido. Asique con suerte no preguntará nada y dará por hecho que está en su habitación.A la mañana siguiente mientras preparo el desayuno oigo un golpe.


- ¿Quién ha puesto esto aquí? – Abro la puerta del cuarto y la veo en el suelo enredada con la lámpara de la mesita de noche.

- ¿Pero que con quien te has peleado, niña? - Me entra la risa cuando me mira con cara de cabreo. 

Está hecha un desastre, pero aun así es preciosa. El pelo le cae por la cara completamente revuelto, su cara refleja una resaca descomunal y creo que hasta tiene ganas de vomitar. Después de darse una ducha y de desayunar, la siento en el sofá para hablar con ella. Cojo una silla y me siento enfrente dejando poco espacio entre los dos. Necesito que entienda bien lo que le voy a decir.

- No puedes decirle a nadie que has estado aquí. Nadie sabe de la existencia de este piso. ¿Lo entiendes?

- ¿Porqué no lo sabe nadie? - Endurezco la mirada

- Por seguridad para mí.  Nunca, en la vida, pase lo que pase puedes hablarle a nadie de este piso, ¿de acuerdo? – Ella asiente. - Te dejaré cerca de casa y dirás que has ido a dar un paseo por la mañana porque querías pensar. Borraré los videos de las cámaras, pero no vuelvas a hacer otra gilipollez como la de ayer. Tu padre no tiene mucha paciencia y como te pille haciendo cosas así, te mantendrá encerrada en tu habitación hasta que cumplas los treinta. ¿De acuerdo? 

POR TODAS ESAS RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora