Parte 35

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MARCO


Después tener sexo la llevo al colegio y de camino a la oficina llamo a Antonio. Quedo con él por la tarde. Necesito una opinión ajena a esto. También quiero hablar con Alessia, pero tendrá que esperar porque en la oficina me esperan. No quiero ir, pero debería ir recopilando toda la información para hundirles cuando llegue el momento. Tengo acceso a todas sus cuentas y como su abogado se absolutamente todo sobre sus paraísos fiscales, sus propiedades, negocios. Absolutamente todo. Y además tengo autorización para hacer y deshacer todo como se me antoje.

- Joder Marco, estoy flipando – me dice Antonio cuando nos encontramos. Hemos dejado los móviles en el coche y damos un paseo por un bosque cercano. – No creo que sea de gran ayuda pero a lo mejor te quieres quedar en casa hasta que decidas que hacer. Supongo que ver a los Moretti todo el día no debe ser plato de buen gusto. Chiara está invitada por supuesto.

- Gracias, creo que me quedaré cerca de ellos para controlarlos y así que no sospechen. Sólo necesitaba hablar, parece que decirlo en voz alta me ayuda.

- Creo que había algo que podrías renunciar a la guardia y custodia de tus padres. Como divorciarte de ellos. Eres abogado, seguro que puedes averiguarlo. Así ella se podría independizar antes.

- Ya lo he mirado, pero hasta que se la conceden tarda mucho y no es tan fácil que te la den. Mientras tanto ella tendría que seguir conviviendo con ellos porque no hay motivo ni denuncia donde vean que su vida corre peligro. Vamos que si lo consiguiéramos ella ya cumpliría los dieciocho años y mientras tanto no la tratarían demasiado bien.

- Que vas a hacer con los Moretti.

- Quiero matarlos Antonio, sobre todo a Filippo.

- Sabes que no te lo perdonará nunca. No quiere muertes a su alrededor.

- Lo sé... - No dejo de pensar en ello. Tengo la sensación que haga lo que haga la voy a perder.

- Cuéntaselo todo Marco. Siempre has confiado en ella y siempre te ha hablado sensatamente. Es muy madura para su edad.

- Pero no creo que vaya a tolerar que me mude a Roma a ser el cabeza de la familia mafiosa más grande de toda Italia. Además que ella no podría quedarse en Italia porque Filippo la encontraría. Si se quedara conmigo habría guerra, si es que no he matado a su familia antes.

Ninguna solución me vale. Siento que estoy en un callejón sin salida. 


Llego a la villa tarde. Antes de subir a la habitación de Chiara tengo que pasar por mi casa para guardar algunos documentos que he sacado de la oficina. Mañana lo llevaré todo a mi piso. Allí estarán más seguros. Al poco de llegar llaman a la puerta del jardín. Retiro la cortina y es Fiorella. Joder no me los quería encontrar hoy. No sé como voy a reaccionar. Abro la puerta corredera. Besa mis labios y me aparto dejándola pasar. No quiero que nadie la vea aquí a estas horas y tengo que hablar con ella para zanjar lo que teníamos y eso no lo podemos hacer en el jardín

- ¿Qué pasa, cariño? Hace tiempo que no me buscas – Toca mis pectorales intentando subirme la camiseta.

- Tenemos que hablar Fiorella... - Se sienta en el sofá. Cruza sus piernas de forma exagerada para hacerme ver que debajo del vestido no lleva nada. Me siento a su lado y miro al frente. No puedo mirarle a la cara con todo lo que sé, con todo lo que sé que sabe. Ella me folló siendo un niño de doce años. No le perdono que me usara después de quitarme mi identidad, mi familia, mi poder.

Suena mi móvil, supongo que será Chiara pero lo ignoro. Es tarde y estará preocupada. Estoy deseando dormir con ella.

- Tengo que acabar con esto, hay otra mujer y no puedo seguir con lo nuestro. – me acaricia la pierna.

POR TODAS ESAS RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora