Parte 18

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Hoy subo dos capítulos. No quiero dejaros a medias. Tomad aire que vienen cargados de intensidad... Tenemos que ir atando cabos señores y señoras


MARCO

Se me están acumulando tantos problemas que no sé ni por donde empezar. Nada más llegar me reuní con Filippo y Simone. Se sorprendieron de que hubiera venido sin avisar pese a que me dijeron que no lo hiciera. Después de mi conversación con Alessia tenía claro de que algo me ocultaban. Lo que no sé es ni el qué ni el porqué. Les dije que prefería ocuparme yo porque mis hombres no estaban resolviendo nada y en parte era verdad. Veía por como se miraban que algo les incomodaba. 

- Hemos pensado que te ocupes de la seguridad de Chiara cuando salga, sé que no es tu puesto hacer de escolta ni de niñera. Pero creemos que eres el único capaz de mantenerla a salvo. Podrás llevar el equipo y los coches que necesites. – Asiento sin dudar. Desde luego no quiero que le pase nada y así podremos pasar más tiempo juntos.

- Voy a ir a ver a Lucca y a Leandro. ¿En que nave están? – Se miran y se mueven incómodos en las sillas.

- No te preocupes por eso, nuestros hombres están siguiendo unas pistas. – Se levantan mientras me acompañan a la salida – Te mantendremos informados. Ocúpate de mi hija que hora es lo más importante. 

Me quedo en el pasillo pensando qué hacer. Algo está pasando. Filippo pese a ser el tío más frío del mundo y un hijo de puta, es como un padre para mí. Siento que soy un desagradecido por desconfiar de él y encima tirarme a su hija pero él tampoco está siendo sincero conmigo...

Tengo que ir a la nave para hablar con Lucca y Leandro. Pero antes tengo que acabar lo que sea que tengo con Vittoria. Ni puedo ni quiero acostarme con ella ahora que estoy con Chiara. Jamás le haría eso. Nunca había tenido pareja pero no puedo imaginarme acostándome con otra que no sea ella. Cuando no la tengo cerca ya la echo de menos. Los días en la cabaña con ella han sido increíbles. Pese a ser muy joven me da todo lo que necesito y más. Es un soplo de aire fresco lejos de todo lo que vivo a diario. Sangre, muertes, gritos, engaños,... Estoy tan cansado de todo eso, jamás hubiera deseado para mí algo así. Sólo quiero un trabajo tranquilo, que me dé de comer y una mujer a mi lado. No pido más. Con Chiara en la cabaña pensé que podría ser. Imaginé nuestra vida allí, sin preocupaciones, sin tanto odio ni dolor. Sólo ella y yo desayunando juntos y bañándonos en el lago. Consigue calmarme, imaginarme que una vida así es posible. Adoro su dulzura y su inocencia porque eso me hace soñar con que todo es posible. Una vida mejor para los dos.


La cito en mi piso del centro. Llega antes de la hora acordada, eso significa que está impaciente. Cuando llega intenta besarme en los labios pero le pongo la mejilla. La invito a pasar al salón. Se quita la gabardina y descubro que solo lleva ropa interior. ¡Joder!, ésto va a ser complicado. Viene con artillería pesada. 

- ¿Te gusta lo que ves, amore mío? – El conjunto es espectacular, negro de encaje y encima la cabrona tiene unas curvas que siempre me han vuelto loco. Como no digo nada sigue – Si no te gusta puedo quitármelo – Cuando veo que se va a desabrochar el sujetador la detengo.

- Siéntate tenemos que hablar Vittoria – Me obedece – No podemos seguir viéndonos. No puedo darte un hijo y no quiero seguir teniendo sexo contigo.

Ella ni se inmuta con mis palabras. Con una mano acaricia mi cuello y va bajando hacia el brazo.

- ¿Y eso por qué, cariño? – Ahora es ella la que se acaricia los muslos

- Hay otra mujer 

- ¿Y desde cuando eso ha sido un impedimento?. - Comienza a tocarse a través de su ropa interior. Jadea

POR TODAS ESAS RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora