Parte 51

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MARCO

- Estás muy guapo - Dice Vittoria ajustando mi corbata mientras me da un beso en los labios. Ella también se ha arreglado y no se le va mal. Pero mi deseo por ella es nulo. Yo solo tengo ojos para la novia. Ella es mi objetivo.

Tengo todo el plan, lo hemos repasado millones de veces, cuando llegamos, cuando comience la boda, vías de escape,.. todo. Se la cantidad de invitados que hay, el número de personas de seguridad, camareros, cocineros, la orquesta, el fotógrafo. Los tenemos a todos controlados. No puede haber un puto fallo. Estoy nervioso pero necesito calmarme para que nada interfiera.

La boda es en la villa de Andrea. El cabrón, ni para casarse la quiere sacar de su fortaleza. Pero voy a ser el puto caballo de troya. El camino hacia allí lo hacemos en silencio, bueno ella habla y yo callo. Desde que le prometí que nos casaríamos y que tendríamos una familia hace como de mujer perfecta. Me prepara el almuerzo, la cena. Cocina mis platos preferidos. Todo lo que digo le parece bien, siempre tiene una sonrisa en la casa y lo peor es que quiere sexo todas las noches. Desde hace días que la evito y le digo que estoy cansado. No quiero follármela. No me gusta, no me pone. Quiero a mi novia de una puta vez y cuidarla como se merece. Como le prometí.

Nos sentamos con los Moretti, aún no saben que están sin nada. Que la casa ya no es suya, ni la empresa, ni las cuentas ni nada. Es el regalo de bodas de su hija. Estoy deseando dárselo en cuanto Chiara esté fuera de peligro.

Quise que Alessia no fuera a la boda. Debería haber cogido un vuelo a Roma pero me dijo que no la iba a dejar sola en este momento. Lo entiendo pero también quiero protegerla a ella, sacarla de ahí.

Todos los invitados van llegando. Conozco a casi todo el mundo. En Nápoles los Moretti son muy respetados y hacen relaciones con mucha gente. También llegan familias de toda Italia.

Andrea se encamina al altar con su madre y yo quiero destriparle y matarle. Cada noche pensando en ella queriendo ir y sacarla como sea de la casa. Tratándose de mí y de mi impulsividad ha sido un puto milagro que no lo haya hecho.

La música suena y todos los invitados se levantan y voltean hacia atrás. No quiero mirarla, no puedo sentir, tengo que concentrarme. Mantengo mi vista en Andrea, canalizo todo mi odio hacia él. Pasa por mi lado y juraría que nuestros bazos se roza. No sé si ha sido intencionado o casualidad pero todo mi cuerpo ha sentido una descarga. Su aroma me embriaga y sólo puedo cerrar los ojos para sentirla de nuevo, como si nunca se hubiera ido de mi lado. Se encamina hacia el altar acompañada por su padre. Jamás hubiera ido con él al altar. Seguro que nadie le ha dado opción. Andrea le retira el velo dándole un beso en la mejilla. Abraza a Filippo y este se sienta con el resto de los Moretti. Me desconcentro y la miro. Esta preciosa, ella con cualquier cosa lo está. Su hermoso rostro se ve triste, preocupada. Quiero que todo suceda ya. Sigo concentrado en mis pensamientos mientras la sigo mirando cuando me fijo en su cuello. Tan largo y delegado y veo el collar que yo le regalé. Mi mujer, guerrera hasta en el altar. Me hincho de orgullo con su declaración de intenciones. Supongo que nadie sabe que se lo regalé yo porque sería mi sentencia de muerte, o la de los dos.

El cura empieza la ceremonia. Dicen sus votos. Habla Giulia, y Vittoria. El cura sigue diciendo idioteces que no me interesan y llega el momento del sí quiero. Todo esta preparado.

- Andrea ¿quieres a Chiara como tu esposa, prometes amarla y respetarla todos los días de tu vida?

- Sí quiero – la madre de Andrea llora y yo quiero dispararle en la frente.

- Chiara, ¿quieres a Andrea como tu esposo, prometes amarlo y respetarlo todos los días de tu vida? -baja la cabeza, suspira. Tarda en responder, mi corazón palpita con fuerza y me preparo por lo que pueda pasar. La sacaré de ahí aunque ella cambie los planes. 

POR TODAS ESAS RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora