Parte 6

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CHIARA

Filippo me ha pegado una bofetada porque no le quiero decir lo que pasó. No quiero contarle lo de Lucca porque sería capaz de ponerme vigilancia y no pienso decirles nada sobre lo que pasó con Marco. Ya se ha arriesgado mucho dejándome dormir en su piso. No quisiera tener que explicarle que no podía volver a casa tan borracha y encima tendría que decirles donde había dormido. Conozco poco a Filippo pero sé que el simple hecho de decirle que he dormido en la casa desconocida de Marco haría que se volviera loco. Además, no pienso traicionarle. Me está ayudando con todo ésto y no se merece que le delate. Aguanto la bronca de mi tía y el bofetón de mi padre. Por suerte, aparece Marco y los apacigua. Alessia me avisa para comer. Cuando llega al comedor me doy cuenta que solo hay dos platos en la mesa.

 -  ¿Quiénes comeremos?- Tu padre y tú. Sólo los fines de semana comen todos aquí. Entre semana cada uno lo hace en su casa. Sin embargo, tu padre le ha pedido a Marco que coma aquí todos los días pero hoy tenía que ir a la ciudad a hacer unos recados. - Me da la sensación que Alessia se da cuenta de que no quiero comer sola con mi padre. Me coge del mentón y me sonríe con delicadeza. 

– Poco a poco Chiara, todo se hará más fácil.

La comida con Filippo es incómoda. Más que eso, estoy enfadada con él. Nunca nadie me había pegado. No sé que derecho se cree que tiene sobre mí, pero mi odio hacia él no ha hecho más que aumentar exponencialmente al igual que con mi tía. No, me gusta como me mira. Sé que no le caigo bien y no trata de disimularlo. 

 - No quiero que vuelvas a salir sin tus primos. Lo tienes totalmente prohibido. Si quieres salir tendrás que hacerlo con algún miembro de la familia o con alguien de seguridad y volverás con él. ¿Lo has entendido? - Dejo el cubierto.

- ¿Por qué? ¿Por qué no puedo salir con quien yo quiera o sola? – Sé que se siente desafiado pero me da igual. No tiene ningún derecho a decidir si salgo o no de casa sola o acompañada. 

- Porque soy tu padre y de momento yo decido lo que tienes que hacer. No me desafíes, Chiara. 


 Mi cuerpo se estremece al escucharlo. Este hombre me da mucho miedo. Giulia dirá que su familia no es de la mafia pero a mí me recuerda tanto a las películas que he visto que me cuesta creer que sea una familia normal.

- He terminado de comer, ¿puedo irme a mi habitación? – Asiente sin ni siquiera girarse hacia mí. Me levanto rápido y subo corriendo las escaleras. Después de dormir un rato me pongo el bikini y voy a la piscina a nadar. Como no es mala hora me voy a la de fuera. 

- ¡Tenemos noticias! – Me dice mi prima cuando saco la cabeza del agua. – Mañana mis padres y el tuyo se van de viaje. Así que vamos a hacer una fiesta en la piscina. 

- ¿Saben que la vamos a hacer?

- Claro, Salvatore les ha pedido permiso. A él nunca le niegan nada

- Dudo que mi padre me deje estar.

- Bueno... no todo podía ser bueno. Le ha dicho a Marco que se quede aquí para vigilarnos. Vamos nos ha incluido a los tres pero estoy segura que lo dice por tí, porque nunca nos han puesto niñera.

- Joder, no me va a dejar hacer nada.

- Tranquila, tengo algunas amigas que estarán encantadas de distraerle – Se ríe, yo esbozo una sonrisa pero desaparece enseguida. No me hace gracia pensar en cómo le van a distraer. No hace falta ser muy lista para imaginarlo. No sé por qué el enfado invade mi cuerpo. Me regaño por ello.

- El Rey de Roma por la puerta asoma. – Levanto la vista y veo a Marco venir hacia nosotras. Seguro que viene a jactarse de que no me va a dejar beber ni divertirme. Giulia me guiña un ojo y se va antes de que Marco le pueda decir nada.

- ¿Dónde va con tanta prisa? – pero antes de que pueda contestar me dice – Ven, tengo una sorpresa para tí. 

Tira de mi mano y me lleva a la entrada. Cuando llego no puedo creer lo que estoy viendo. Hay una scooter nueva con un lazo gigante. Es azul preciosa y tiene dos cascos del mismo color.

- Así podrás moverte por la ciudad. Te hemos apuntado a una academia online para que te saques el carnet. Es muy fácil, no tendrás problema. Hay dos cascos. Eso significa que tienes que ir siempre con alguien de esta casa ¿de acuerdo?

 No le contesto, sólo miro la moto con los ojos lo más abiertos que puedo.

– Chiara, te estoy hablando. ¿Has entendido porqué hay dos cascos? Recuerda lo que te ha dicho tu padre. No puedes salir sola o con alguien que no sea de esta casa. ¿Me estás escuchando? –. Sin pensarlo le abrazo, se pone tenso y no me lo devuelve así que me separo y bajo la cabeza. Mis mejillas están rojas por lo que acabo de hacer.

- Lo siento, no debería... Muchas gracias Marco, es perfecta. Te lo agradezco. – Se me saltan las lágrimas. Desde lo de mi madre tengo las emociones a flor de piel y es el único junto con Giulia que parece quererme en esta casa. Sube su mano a mis mejillas y me quita las lágrimas. Un escalofrío recorre mi cuerpo con el sólo roce de sus dedos.

- No hagas ninguna tontería Chiara. Me ha costado convencer a tu padre de comprarla así que te pido que tengas cabeza ¿de acuerdo? - Le miro directamente a los ojos. Él no aparta la mirada. No sé quien es, no le conozco apenas. No sé si es un sicario, el recadero de mi padre o quien, pero este chico me está gustando demasiado. 

- Sí, de todas maneras ya me he enterado de que vas a ser mi niñero estos días... Así que aunque quisiera no me dejarías hacer nada malo ¿no? – Le provoco un poco. Marco es bastante inexpresivo y no tengo claro si ni siquiera le caigo bien o sólo se acerca a mí por expreso deseo de Filippo. Recuerdo las palabras de Giulia diciendo que a las de nuestra edad ni nos mira. 

- Efectivamente, asique no me hagas trabajar demasiado. - Me da las llaves de la moto y se va para dentro.


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Es un hecho, el padre cada vez me cae peor.  ¿Qué os parece el regalo de Marco a Chiara? ummm...

POR TODAS ESAS RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora