CHIARA
No sé como afrontar todo lo que está pasando alrededor de Marco. Solo tengo diecisiete años y no tengo la madurez suficiente para aconsejarle. Además estoy segura que aunque tuviera más edad tampoco sabría que aconsejarla tratándose de la mafia. Sólo puedo estar a su lado, darle la paz que dice que le doy cuando estoy con él. Si eso es lo que necesita lo haré. En el resto de cosas sólo puedo dejar que haga lo que considera adecuado. Confío en él y sé qué hará lo mejor.
Cada vez odio más a mi padre por lo que le ha hecho sufrir. Le ha convertido en un asesino y el mismo se cree un monstruo. Mata porque no sabe como gestionar sus emociones, sólo lo hace disparando o pegando como ha hecho con Lucca. Cree q es la única forma de afrontar las cosas. Además de que sigue siendo su trabajo. No puedo pedirle que lo cambie. Primero, porque mi padre lo mataría si deja el negocio, pero es que además el cree que no sabe hacer otra cosa. A parte que no puedo pedirle que deje todo lo que es, eso debe decidirlo él y yo siempre le apoyaré en sus decisiones. Estoy segura de que encontraremos la manera.
Al rato de haberme subido de cenar, entra Marco en mi habitación. Por su cara sé que necesita que le abrace así que me subo encima de él y le rodeo con mis piernas la cintura. Se sienta en la cama y escondo mi cara en su cuello. Oigo como respira mi olor y siento como se relaja. Los dos nos hacemos bien, mucho bien.
- Tu padre no quiere que hables con Giulia de lo que te pasó. Ella ún no sabe nada, le hemos dicho que fue un secuestrador que sólo quería dinero. Necesito que nos sigas la mentira
- No te preocupes – le digo sin salir de mi sitio preferido, su cuello.
- He llamado a Roma – me separo de inmediato y le miro directamente a los ojos. – Era Alessandro Vaniccelli. Uno de los hijos de Fabio. Tendrá un par de años menos que yo. Según dicen es el que está llevando ya todo lo de la familia porque Fabio murió y su hermano ya está mayor.
- ¿Qué te ha dicho? – le digo notando mi tensión al hablar. No sé quién es esa gente pero sólo he oído palabras de odio cada vez que se menciona su apellido.
- Se reunirá conmigo en unas semanas. Pero no me ha dicho nada
- ¿No pensarás ir, verdad?
- Claro que iré, Chiara. Tengo que saber qué pasa- Pero ¿y si es una trampa? Odia a los Moretti y eres uno de ellos.
- No soy un More...- No le dejo seguir
-Sabes que lo eres y aunque no tengas el apellido trabajas para ellos, eres su mano derecha.
- No se sus intenciones, pero te juro que su voz era tranquila, amistosa incluso – mi cuerpo comienza a temblar. El simple hecho de pensar que puede ser una trampa y que le pase algo hace que me vuelva loca
- ¿Irás acompañado?
- No puedo confiar en nadie
- Iré contigo – suelta una carcajada y yo le miro enfadada. – sé que no soy nada Marco, pero no puedo dejarte ir solo. Te mataran.
- No me pasara nada, y no vuelvas a decir que no eres nada. Eres todo ¿de acuerdo? – le abrazo aún temblando. Se da cuenta y coge mis manos y las besa. Me hace meterme en la cama y se queda en ropa interior. Se coloca detrás de mi y me abraza. Inmediatamente mi cuerpo se relaja.
- Tengo una sorpresa – me giro para mirarle levantando una ceja. Sus sorpresas pueden ser muy buenas o muy malas – ¿tienes planes para dentro de dos fines de semana? – niego con la cabeza - ¿Me acompañarías a Milán? Tengo una reunión que no puedo posponer y tu padre quiere que vengas conmigo para estar pendiente de ti.
ESTÁS LEYENDO
POR TODAS ESAS RAZONES
RomanceChiara acaba de perder a su madre y tiene que volver a Italia con un padre al que apenas conoce. Marco, es la mano derecha de éste. Frío, cruel y letal. Los problemas empiezan a surgir cuando Marco comienza a mirar a Chiara de una forma distinta a...