Parte 23

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CHIARA

Unos días después me estoy terminando de duchar. Llamo a Marco con poco margen para que no tenga tiempo para pensar mucho. Está en su casa haciendo tiempo para venir a mi habitación a dormir.

- Pequeña, ¿pasa algo?.

- Bueno, es que me ha llamado Giulia... y han quedado todas a dormir en casa de Beatrice. - Me quedo unos segundos en silencio escuchando la respiración de Marco. - Una fiesta de pijamas y me encantaría ir....- Sé que duda, quiere que disfrute de mi vida pero tiene miedo de que me pase algo - Estaré con todas en la casa, Marco. No puede pasarme nada.

Los segundos se me hacen eternos y cuando creo que o no me va a contestar o me va a decir que no, de pronto se aclara la voz.

- Está bien, os llevaré. ¿A qué hora tienes que estar? - Doy saltitos de alegría como una idiota. Menos mal  que no me ve nadie.

- En media hora. Gracias, Marco.

- En quince minutos en el jardín.

De camino hacia casa de nuestra amiga, Marco y yo vamos en silencio. Giulia, en cambio no para de hablar de los chicos que está conociendo esta semana. 

- Aún no ha terminado la semana, Marco. Quizá quieras estar en mi lista de esta noche - A veces no sé si lo dice de broma para enfadarle o porque realmente le gusta.

- Lo siento Giulia, pero es que tu estás en mi lista de las tías a las que nunca me follaría. - Sino fuera mi prima me alegraría la respuesta, pero no es agradable escuchar algo así. Carraspeo e intento cambiar de tema, pero sé que a Giulia le ha molestado por el silencio incómodo que se queda en el coche.

- Te has pasado - Le digo cuando mi prima se baja  y va hacia la entrada de la casa sin despedirse.

- No la soporto - responde aburrido apoyado en el reposacabezas.

- Marco, es mi prima. Es buena y lo sabes... - Me quedo mirándole con el ceño fruncido.

- Dios, está bien, pero sólo porque la quieres  - se baja del coche y se acerca a ella que me espera en la puerta.

- Giulia, lo siento. No debí contestarte así. Estás en mi lista de tías majas pero nada más, ¿de acuerdo? - A mi prima se le ilumina la cara y se abalanza sobre él.

- Si sé que en el fondo te pongo. Es sólo cuestión de tiempo que lo reconozcas.

En qué hora he dicho nada. Marco me mira con cara de querer matarla, o de matarme a mí. Así que antes de que se decida a asesinar a cualquiera de las dos tiro de mi prima hacia la puerta y llamo insistentemente al timbre. 

- Gracias por traernos, cariño. Mañana podemos desayunar juntos - le grita Giulia.

 Madre mía que cruz. Marco se va refunfuñando al coche, arranca y  se va a toda velocidad.

En dos días lo tengo comiendo de mi mano. Intento no reírme pero es que mi prima otra cosa no, pero optimista es un rato. 

La fiesta de pijamas no es exactamente igual como con mis amigas de Seattle. Con las otras habíamos palomitas, veíamos una película, nos poníamos cremas en la cara,... En cambio, las de aquí simplemente juegan a beber mientras hacen preguntas. Subidas de tono... Vamos, "al yo nunca he...". En algunas tengo que mentir porque ya no soy virgen y mi  prima sigue pensando que sí. La pregunta de con quién sería inevitable. Sólo tengo dos nombres con los que me puedas relacionar. Uno, Marco y dos, Lucca. El primero no quiero que se me relacione por razones obvias y el segundo me dan ganas de vomitar sólo con pensar en su nombre.

POR TODAS ESAS RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora