Parte 43

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MARCO

Estoy tan nervioso que no he comido nada desde ayer. Voy a reunirme con Chiara en una hora. Me escribió para hablar. La he citado en el mismo hotel que con Alessandro, es muy discreto. Tiene que salir bien. Tengo todo lo que quiero decirle en la mente, necesito mantenerme frío para que los nervios no hagan que no sepa explicarme bien.

La sala es enorme, oigo el ruido de sus tacones antes de abrir la puerta. Me levanto de inmediato, me muevo nervioso. Toco la cabeza para calmarme.

Dios, cuando la veo entrar me dan ganas de arrodillarme. Su belleza me ciega. Trago saliva. Todo mi cuerpo se tambalea. Verla es ver un puto oasis en el desierto. Me muero porque me abrace, me bese, necesito que todo vuelva a ser como antes.

- Estás preciosa – se ruboriza de inmediato. Me acerco a ella. Sus manos tiemblan. Se las cojo y se las beso para calmarla. No las retira – Siéntate. ¿Quieres tomar algo? Puedo pedir un colacao si quieres – Esboza una tímida sonrisa.

- No Marco, he venido para hablar. No tengo mucho tiempo. Estoy faltando al colegio.

- Está bien. A ver... – vuelvo a frotarme la cabeza. Me estoy agobiando así que trato de respirar y serenarme – Vale, vamos por partes, Vittoria. No tengo absolutamente nada con ella ni lo voy a tener. El día de la discoteca te puedo asegurar que no había quedado con ella en nada. Ya te expliqué lo que pasó pero entiendo que no confíes en mí así que aquí tienes una prueba.

Saco una grabadora y le doy al play . Las voces hacen eco en la sala. Somos vittoria y yo cuando fui a su casa después de la discoteca.

- Cariño, que alegría verte de nuevo. Sabría que vendrías. Pasa.

- No, no tardaré. ¿Por qué cojones has dicho en la discoteca que habíamos quedado para ir a tu casa? Es mentira.

- ¿Y? no me gusta que flirtees con ella. Sabes que te quiero para mí. Y es la novia de mi hermano. No voy a permitir que los separes.

- Por eso Andrea me ha vetado en el colegio, porque no me quiere cerca de ella.

- Claro cariño, Andrea es posesivo como yo. Nadie toca lo que es nuestro. Tu no puedes tocar a Chiara y ella no te puede tocar a ti. Me seguiré inventando cualquier cosa con tal de tenerte y mi hermano igual.

- Eres una zorra. Te prometo que acabaré contigo.

Quito la grabadora.

- No es cierto, Andrea no haría eso. El no juega sucio. Ya lo has oído. Es la opinión de Vittoria.- Vale, no es la respuesta que esperaba pero al menos ya sabe que Vittoria se lo inventó.

- ¿Por qué crees que Luigi lleva ahora a Giulia a clase? No me dejan hacerlo a mí . pregúntale a ella.

Le escribe un mensaje de inmediato. Por suerte Giulia lleva el móvil siempre encima y no se corta en escribir en medio de clase. El móvil le vibra.

- No me lo puedo creer- dice cuando lee la respuesta.

- Creo que el tema Vittoria queda aclarado – ella no responde solo mira su móvil sin creer la confirmación de su prima.

- Sobre Fiorella – cierra sus ojos. Sé que le duele - Chiara mírame, lo necesito. Te voy a contar la parte más dolorosa de mi vida. Necesito que me escuches hasta el final sin interrumpir porque esto jamás se lo he contado a nadie, ni si quiera a Alessia y te puedo asegurar que me duele y me avergüenza a partes iguales.

Ella no responde, sólo me mira con preocupación. Me conoce para saber que es algo importante. Entrelaza constantemente sus dedos.

- Cuando tenia doce años Filippo y Simone se fueron de viaje a una reunión. Tu madre y Alessia habían salido a comprar al mercado. A tu madre siempre le gustó acompañar a Alessia, le gustaba el mercado. Elegir las frutas, las verduras,... me quedé solo con Fiorella. En aquel entonces, vivía en la casa grande. En la que es ahora la habitación de invitados. Fiorella entró en mi habitación y... bueno me sedujo. Dijo que tenía que hacerlo porque tenía que pagar por todo lo que me había dado la familia. Perdí mi virginidad con ella – ella no dice nada. Sólo me mira con tristeza y deja salir las lágrimas sin disimular – durante muchos años sentía que tenía que hacerlo. Ella me repetía una y otra vez que debía mucho dinero y que sino lo hacía me tenía que ir de la casa y cómo no tenía apellido sería un don nadie y acabaría en la calle. Nadie pagaría mis estudios ni me darían un buen trabajo. Cuando fui algo mas mayor me defendía de sus abusos pero me amenazaba con decírselo a Simone y Filippo. Les diría que yo la violé y me echarían de la casa o q me matarían. A veces desee q lo hicieran te lo juro. Después, me acostumbré a follarla cuando ella quería, sin más. Como un trabajo cualquiera.

POR TODAS ESAS RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora