Parte 41

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MARCO

Llamo a Antonio desde una línea segura. Pese a eso hablo en clave.

- Las gaviotas se acercan, es hora de esconderse para que no salpiquen. – Cuelgo el teléfono. El sabe que no podemos tener comunicación ni nos podremos ver hasta que todo pase.

Es una tortura seguir trabajando para los Moretti sabiendo quien soy y lo que me hicieron. Pero tengo que aguantar por ella, tengo que hablar primero. Quiero que me escuche y que sepa que todo ha sido un error. Necesito que venga conmigo a Roma o al menos que sepa toda la verdad y que decida que hacer. 

Tengo que ver a Fiorella casi a diario y mis ganas de matarla  aumentan por días. Ella es la culpable de que Chiara se haya ido y me haya dejado. Quiero matarla lento, con mucho sufrimiento. A todos. 

Alessia sabe todo lo que pasó con Chiara, lo de los documentos lo de los Vaniccelli. Todo. Sabe que la sacaré de ahí en cuanto todo pase. Un día viene a verme a la oficina. Trae una caja.

- ¿Qué es?

- Estuve el sábado en casa de Chiara y me pidió que le llevara los videos de su madre. También he metido los que tenéis juntos incluido el del cumpleaños.

- Déjalo, no quiere ni verme

- Tengo que decirte algo. Está con Andrea – mi corazón se dispara, los músculos se tensan y la respiración se me corta.

- ¿Cuando?

- Después de lo de la discoteca.

- Voy a matar a Vittoria. - Joder, voy a hacer arder Nápoles con todos ellos dentro de esta jodida ciudad.

- Hablé con ella Marco. No le quiere, siente cosas por él porque la cuida y, a ver seamos realistas, el chico feo no es. Pero no le quiere, me lo dijo. Sigue enamorada de ti. Sólo tiene que escucharte. Cuando le confieses y demuestres todo te creerá.

- No quiere verme, Alessia.

- Pues habrá que hacerlo posible. Este es su número nuevo – Deja un papel encima de la mesa con su teléfono. Vuelvo a tener alguna esperanza.

- Espera no te vayas – cojo las fotos que nos hicieron cuando nos siguieron y las meto en un sobre. Cojo la que más me gusta, nos estamos besando en la torre del reloj de Praga. Le doy la vuelta y escribo:

Dormir contigo todas las noches, besarte todas las mañanas y hacerte sonreír todos los días. Déjame cumplir mi promesa. Te quiero, Pequeña.

- Pararé todo un mes. Si en un mes he conseguido que me escuche iremos a por los Moretti.

- ¿Y ella?

- Jamás la tocaría, Alessia

- Eso pensaba.

Cojo un vuelo y voy a Roma. A Filippo le digo que tengo que ir a Milán a supervisar una de nuestras empresas que no va bien.

Me recoge uno de sus hombres, no nos pueden ver juntos. Aún no. Llego a su casa. Desde luego les va bien, por algo son los mas grandes de Italia.

Enseguida sale Alessandro y me abraza. Me enseña su casa. Es un auténtico palacio. Hay una finca enorme donde viven todos en deferentes casas. Como la de Filippo pero a lo bestia.

- Te presento a mi mujer Sofia, mi hija Ginevra y la bebé, Alice. – Sofia es una mujer preciosa, rubia de ojos azules al igual que su hija mayor. La pequeña tendrá menos de un año y es morena con los ojos de su padre.

POR TODAS ESAS RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora