Parte 49

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ANDREA

Un día cuando llego de trabajar me encuentro a Chiara con Alessia en el salón y otra mujer las acompaña. Está de espaldas así que dejo mi maletín y me acerco. Chiara está asustada y Alessia la pone detrás de ella para protegerla. No sé que esta pasando ni quien la ha dejado entrar pero es un fallo de seguridad imperdonable.

- ¿Qué pasa aquí? – Alzo la voz y la chica está de espadas se da la vuelta empuñando un arma. Mierda, es Diletta. La zorra a la que me follaba haciéndola pasar por mi amor.  Inmediatamente saco la mía de la espalda y la apunto a ella. Vuelva a dirigir la pistola contra Chiara.

- Vine a buscarte, hace tiempo que no me llamas y necesitaba verte – dice la chica con lágrimas en los ojos. Joder, quiero matarla ahora mismo. Pero se que Chiara no soporta las armas ni la violencia.

- ¿Qué ha pasado? – intento hablar con mi prometida pero sigue escondida detrás de Alessia que la protege con su brazo.

- Señor, esta señorita se ha presentado aquí buscándolo. Le dije que usted no estaba y que no tenia autorización para estar. Insistió y Chiara tuvo que frenarla de entrar. Ella dijo que usted la amaba y que la iba a matar por parecerse tanto, que por culpa de Chiara usted la ha apartado de su lado – me hierve la sangre, quiero pegarle un tiro ahí mismo.

- Es verdad, tú me amabas y yo a ti. Esa niñata es mi copia barata. No sé que hace en este casa – grita

Me acerco a ella como un tigre acechando a su presa. Despacio, sin dejar de mirar sus movimientos.

- Cariño, mírame – lo hace . Tengo que alejar su atención de Chiara – tienes razón. Ella no es nadie, tú me gustas más. Ella fue mas fácil de traer, pensé que no querrías estar aquí conmigo pero tu me satisfaces más.

Sigo acercándome, cuando estoy pegado a ella le susurro.

- Contigo disfruto como con nadie. Baja el arma y la echaremos juntos de aquí. Tu serás mi mujer – La puta loca se lo cree y baja el arma. De un puñetazo la tiro al suelo. La apunto y Chiara grita que no lo haga. La miro, está temblando y pega las manos en sus oídos mientras no puede controlar las lágrimas que le caen.

- Por favor Andrea, te lo suplico. No la mates. Está enferma, está obsesionada. Sólo necesita ayuda. – Me mira tan intensamente que no puedo decirle que no. Llegan mis hombres y la sacan. La van a matar ellos pero Chiara no lo sabrá nunca.

- Ven aquí, cariño – Se deja abrazar por mí y solloza fuerte durante mucho rato. Sólo me mantengo a su lado.

- Pensé que me iba a matar – me cuerpo se tensa de inmediato. La idea de no tenerla cada día conmigo me asfixia.

- Perdóname cariño, no te he protegido. Te he fallado – le digo besándole la frente. – Mis hombres no han hecho bien su trabajo y pagarán por ello.

- Sólo quiero acostarme Andrea, ¿puedes ayudarme? - no se mantiene en pie, todo su cuerpo tiembla.

- Le llevaré un taza de sopa, seguro que le sentará bien.

- Gracias Alessia – Le respondo mientras cojo en brazos a Chiara subiendo las escaleras. Esa mujer se desvive por ella. Se ha puesto delante de ella protegiéndola. Y yo pagando las nóminas a estos inútiles cuando Alessia se vale y se sobra para defender a mi mujer. La desvisto despacio y la meto en la cama. Me siento en el borde y la observo. Toma sus pastillas para poder dormir. Se las mandó el médico hace unos días porque tenía problemas para descansar. Le doy agua que acepta para tragarlas.

- Siento lo que ha pasado, cariño. Es una antigüa... no sé ni lo que era, la verdad.

- Dijo que la hacías llamarse como yo. - Me tenso de inmediato. La voy a torturar por bocazas. Como se atreve.

- Está loca, no creas nada. Cuando te vi en mi fiesta me enamoré a primera vista. Era una chica con la que quedaba de vez en cuando pero jamás te he engañado con ella. Simplemente no ha superado que me he enamorado de ti y no quise seguir viéndola.

No dice nada, espero que me crea. Para mi ella no tiene igual, sólo quiero tenerla a mi lado. Ninguna se le puede comparar.

Después de tomarse la sopa se recuesta y se queda dormida al instante. Acaricio y beso su cabeza. Cuánto la amo y cuánto la necesito.


Dos días antes de la boda llega mi madre. Sé que le gustará la mujer que he escogido para formar una familia. Mi madre quiere nietos, muchos para que no pueda romperse el lazo familiar y ser poderosos. Sé que con una Moretti gano mucho más que con cualquier otro apellido pero es que encima esa mujer me enamora con sus ojos, su belleza, su cuerpo... Es tan perfecta que cuando duerme no dejo de mirarla.

- Chiara, esta es mi madre Eleonora. Mamá ella es Chiara Moretti, hija de Filippo.

- Un placer señora

- Cariño, te vas a casar con mi hijo, puedes llamarme mamá. Conozco a tu familia, siempre hemos trabajado juntos. Esta unión nos hará invencibles y vuestros hijos más  – la abraza. Se que para Chiara es duro llamarla mamá después de perder a la suya pero va ser de mi familia por lo que tendrá que hacerlo. Le tomo del mentón y le sonrío para que ella también lo haga. Nos vamos a casar así que tiene que estar contenta

Parece que hacen buenas migas. Mi madre le cuenta un montón de anécdotas de mi hermana y mías. Se van a llevar bien, seguro.

POR TODAS ESAS RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora