Parte 30

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CHIARA

Unos días más tarde vuelvo a tener una cita con Andrea. Ha querido que sea en viernes. Supongo que ahora no tengo excusa para irme pronto. Me ha estado llamando todos los días y mandando mensajes. Los mensajes no se los he contestado y las llamadas las cojo para que me diga que día y a qué hora quedamos. Cuando no me lo dice, sino que llama para ver qué tal mi día le digo que estoy ocupada y que no puedo hablar. En mi contrato sólo pone que tengo que tener una cita semanal y eso es lo que hago.

Mientras me arreglo, Marco entra en mi habitación. Me ve mirando los vestidos que tengo tirados en la cama.

- ¿Crees que si voy en pijama cancelará la cita y podré venir aquí contigo? – sonríe y me abraza por detrás mientras me da un beso en el hombro. Siento un escalofrío que me hace estremecerme. 

- Aún en pijama estás preciosa – Se acerca a la cama y coge uno morado. – Este te queda bien. – Se lo quito de las manos y lo meto en el armario provocando que suelte una carcajada.

- Elige otro que me queda bien – Así va eligiendo uno a uno quedándome con el que piensa que me sienta peor.

- Pues ya tenemos ganador. – digo haciendo una mueca. Me lo pongo y me hago un moño de cualquier manera. Ni siquiera me he maquillado.

- Aun así estás perfecta.

- ¿Tu qué quieres, hundirme? – me besa en la frente.

- Llegarás tarde, ve. Avísame cuando vuelvas y vendré. – Asiento y salgo por la puerta después de darle un beso suave en los labios. 

Cuando bajo ya me está esperado en el salón mientras habla con mis tíos y Filippo.

- Estás preciosa – dice besando mi mano. Mierda, estoy por subir corriendo y ponerme de verdad el pijama.

- Andrea... - salgo por la puerta rodeándole y me meto en el coche. 

- Hoy iremos a mi casa, quiero enseñártela. Estoy segura de que te gustará – Levanto una ceja y miro por la ventanilla.

- Ya la vi el día de la fiesta.

- Bueno, viste el salón y el jardín. Quiero enseñarte todo – Que bien, que ganas...

Nos mantenemos un buen rato en silencio. Me gustaría que se cansara de mí y dejara de pedirme citas así que no le voy a poner las cosas fáciles. Parece que me lee los pensamientos, me mira

- Chiara ¿Qué te pasa hoy? ¿Estás enfadada? – resoplo

- Mira Andrea, de verdad que me siento halagada pero es que no quiero nada contigo, no me interesas, no me atraes... - Bueno, esto último no es del todo verdad, porque atraer me atrae, a mí y a todas las mujeres de Italia entera. Otra cosa, es que quiera algo con él.

- Princesa, para eso son las citas. Para que me conozcas y te puedas interesar por mí. Sólo llevas una cita conmigo. Dame tiempo estoy seguro de que acabaré conquistándote. – Resoplo.

- Disculpa, es sólo que hoy no estoy de humor.

- Puedes contármelo, a lo mejor podría ayudarte.

- ¿Tienes un reloj mágico para viajar hasta julio? – Encima le hago reír. ¡Perfecto!

Llegamos a su casa, la verdad que el otro día estaba tan nerviosa que no me fije en lo realmente espectacular que era. Tiene una piscina infinity en medio del jardín, rodeado de palmeras, una cascada. Una casa principal y varias mas pequeñas. 

 ¿Dónde vivís Vittoria y tú? 

- Yo en la principal y Vittoria en esa de ahí. A mi hermana la quiero pero la convivencia con ella es complicada

POR TODAS ESAS RAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora