Habían pasado dos meses desde aquel día en que Claudia y Jesús decidieron compartir con el mundo la noticia de su bebé. Ahora, con seis meses y medio de embarazo, Claudia se sentía cada vez más conectada con el pequeño que crecía dentro de ella. Sentada en su oficina, se acariciaba la panza que ahora era más visible, mientras hablaba en voz baja con su hijo.
“Ya falta menos para que nos veamos”, susurraba, con una sonrisa serena. “Eres muy inquieto hoy, ¿qué te pasa, pequeño? ¿Estás emocionado también?”. Sentía cómo el bebé no dejaba de moverse, una sensación que la llenaba de alegría, a pesar de que algunas veces interrumpía su concentración.
Decidida a avanzar un poco en su trabajo, Claudia se enfocó en su computadora durante un par de horas. Sin embargo, el cansancio la alcanzó pronto. Decidió que era momento de descansar un rato en el cómodo sillón de su oficina, pero justo cuando se disponía a relajarse, la puerta se abrió lentamente.
Era Dafne, su asistente encargada de los videos y contenidos en redes sociales. Entró con una sonrisa y un brillo de emoción en los ojos.
“Claudia, ¿cómo estás?”, preguntó, acercándose con un aire entusiasta.
“Muy bien, Dafne”, respondió Claudia, acomodándose en el sillón. “¿Todo bien con los videos?”
“Sí, todo perfecto. De hecho, te quería comentar algo”, dijo Dafne mientras se sentaba frente a ella. “La gente ha estado preguntando mucho sobre el bebé en los comentarios. Cosas como qué sientes, si ya tienen nombre, cómo han sido estos meses… Pensaba que podríamos hacer un pequeño 'tag de preguntas'. Podríamos grabar algo corto, como un video casual, respondiendo algunas de esas preguntas”.
Claudia sonrió. Le encantaba la idea de conectar con la gente que la seguía, especialmente en esta etapa tan especial de su vida.
“Me parece una gran idea. Podemos hacerlo ahora mismo, si tienes tiempo”, dijo, acomodándose para la grabación.
Dafne asintió rápidamente y sacó su cámara, ajustándola sobre un pequeño trípode que siempre llevaba consigo. Después de un par de pruebas de luz y sonido, comenzaron.
“Vamos con la primera pregunta”, dijo Dafne. “¿Qué es lo que más te ha sorprendido de tu embarazo hasta ahora?”
Claudia sonrió y respondió con naturalidad: “Lo que más me ha sorprendido es lo mucho que siento al bebé. Es muy activo, se mueve todo el tiempo, y a veces parece que me quiere decir algo desde adentro”.
Dafne rió y pasó a la siguiente pregunta. “¿Ya tienen un nombre en mente?”
Claudia se llevó una mano a la panza. “Estamos pensando en algunos, pero aún no lo hemos decidido. Quiero que cuando lo conozcamos, el nombre simplemente encaje”.
Así siguieron, pregunta tras pregunta, cada una más corta que la anterior, mientras el ambiente se mantenía relajado y agradable. Hablar sobre el bebé y su experiencia como madre primeriza se sintió natural y especial para Claudia. Después de unos quince minutos, Dafne terminó con la última pregunta.
“Eso sería todo. Ahora solo queda editarlo”, dijo Dafne mientras apagaba la cámara. “Voy por mi computadora para empezar a trabajar en el video”.
Claudia asintió, sintiéndose un poco más ligera después de la conversación. Mientras Dafne salía de la oficina, el bebé volvió a moverse intensamente, como si respondiera a la energía que acababan de compartir.
“Vaya, estás lleno de energía hoy”, murmuró Claudia, acariciando su pancita. Sacó su teléfono y decidió grabar un pequeño video para capturar el momento. “Vamos a hacer nuestro propio video”, le dijo a su bebé en tono juguetón, mientras la cámara enfocaba su vientre moviéndose con los pequeños pataditas que él daba.
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En otro universo: Claudia y Jesús
RandomPequeñas historias de Claudia y Jesús. El amor siempre vive entre ellos dos.