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INTRUSA
Narra Adrien:
Pasado mañana es el comienzo del torneo, estoy sentado en el sofá de la sala y escucho a mi madre repetirme con alegría, que ansia ver cómo después de ganar un torneo, dedique el triunfo a mí prometida.
El abuelo está descansando, mi papá lee algo en el periódico y mamá sigue con una sonrisa en la cara, soñando despierta.-También puedo perder en ese torneo -le recuerdo.
-Estoy segura ganarás -mira a papá y comienza a hablarle, proponiendo que hable con el rey, lo convenza de hacer un matrimonio doble.
-Es el príncipe, no creo que le parezca su boda sea compartida -opino sin esperar que mi padre responda-; y de serlo, una boda lleva tiempo de ser arreglada.
Mamá sonríe de boca cerrada.
-Hijo, tuvimos dieciocho años de pensar, imaginar todo. Las invitaciones ya están preparadas para enviarlas. El vestido de novia será comprado y tu papá ha ido con el florista, ya tenemos todo, sólo falta poner fecha.
-No importa cuándo escojan la fecha, sí terminaré casándome ya esta semana y recién conocí hoy a Bridgette.
Sonrió con más ganas.
-¿Y qué te pareció Bridgette?
Papá dejó de leer el periódico, atento a mis palabras.
-Es.... linda pero enojona.
No comenté más, hace días que planee lo que está hecho ya. Esperé paciente la hora de la cena, la hora de dormir y cuando la casa se quedó a oscuras, en silencio, inhalé profundo mirando el paisaje nocturno a través de mi ventana. Sin pensar más, agarré una maleta y salí de la habitación, sin olvidar dejar una carta en la mesa de mi escritorio cerca de la vela apagada.
Mañana ellos despertarán y leerán la carta, habré decepcionado el abuelo y me quitarán el apellido tanto como la herencia, no perteneceré más a los Agreste, pero eso no importa porque ya estaré lejos en ese momento.
Hoy sale un barco en destino a París, Francia y pienso ir para allá.
Salgo sigiloso y con cuidado, en menos de diez minutos ya he salido de casa y camino por las desoladas calles del reino, caminando al puerto, a ese mar que casi nunca frecuento.
En el camino no pienso que es incorrecto lo que estoy haciendo, porque lo creo correcto. Esta boda no la queremos yo y Bridgette. Va a estar muy agradecida después de saber que el hombre con el que ha sido comprometida, se ha ido.
Recuerdo en la forma que estaba en la hora del té, sumergida en su propio mundo, incluso parecía más pálida y a pesar de tratar en pocos momentos demostrar que estaba de acuerdo, su mirada decía lo contrario y la comisura de sus labios también, le dibujaban una sonrisa levemente triste.
Por mi parte, siento que es muy pronto casarme, me gusta vivir como lo hago, sin compromisos y es mejor ya marcharme a esperar que meses pasen y realizar un trámite de divorcio.
Dejo de pensar tanto, presto atención y ya estoy caminando en la arena, me detengo y miro el mar a la luz de la noche, las olas brillan en la luz de la luna y la luna se refleja tan hermoso en las aguas.
Hay pocas personas, ninguna noble, encuentro a mujeres de clase baja caminando descalzas en la arena, los cabellos sueltos y sin maquillaje, son hermosas.
Dos voltean y me miran de pies a cabeza, una de ellas se pone algo tímida y aparta rápidamente la mirada de mí.
Sigo mi camino y a lo lejos veo los famosos piratas de los que tanto hablan. Mientras el barco a dónde iré sigue en el puerto, otros caminan para allá con las maletas en manos; hombres solos, hombres mayores y pocas familias.
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EL MANANTIAL DEL OCASO (en proceso)
Fanfiction.... Marinette Es una joven cuya apariencia es muy similar a Bridgette, a excepción del color extraño de su cabello; celeste. Unos la señalan. Otros creen es un bonito cabello. Hija de padres pertenecientes a la clase baja; Sabine Cheng; partera y T...