EL MANANTIAL DEL OCASO (en proceso)

XL

Narra Marinette

El sol ilumina con intensidad, el día es caluroso.

Estoy con Adonis cerca del bosque, él está muy cerca de mí, hablando conmigo igual a un confidente; en susurros, prestando atención a nuestro alrededor para que nadie nos observe.

Veo sus ojos, sintiendo inseguridad.

—¿También tuviste visiones del futuro? — pregunto, mi voz suena agitada y cansada.

—No todos somos iguales, eres una de pocas, seguramente —mete la mano dentro del bolsillo de su pantalón y me mira, le observo sin comprender—; tu hermano envía esto —dice, sacando una hoja  doblada.

—¿Ah?

Adonis no sabe tengo un hermano, no que yo recuerde, me entrega esa hoja doblada en un cuadrado y me lo esconde en la palma de mi mano para que nadie pueda verlo. Después mira a ambos lados, asegurando nadie nos haya visto.

—Pitufo, no tendría por qué decirte esto pero , lo haré de todos modos -se toma una pausa antes de continuar-, la bruja Aized, en la otra vida alterna mencionó no tuvieras hijos, está vez no apareció y no está de más decírtelo.

—¿Por qué? —pregunto confundida.

—Supongo si no apareció aquí , no tiene mucho sentido pero igual quise informarte, aunque dudo no estés esperando ya un hijo de Adrien, siendo eres su esposa.

Siento mis mejillas calientes cuando dice eso.

No espero ningún hijo de Adrien.

En ese momento, no sé por qué pero con lo que he visto de Adrien, me imagino, ¿cómo sería él siendo padre?... ¿cómo se miraría cargando un pequeño bebé en sus brazos?

Niego rápidamente, en un momento pareci muy ilusa.

Adonis se aleja y me deja aquí, también me retiro, entro al bosque porque ahí es más fresco.

Las hojas, ramas; crujen y los rayos del sol se filtran entre las hojas verdes de los árboles, todo luce tan espectacular, tan maravilloso, tan vivo y no siento mucha calor aquí.

Me alerto al escuchar pasos de alguien, no muy lejos pero lo suficiente cerca.

Veo a todas partes, decido esconderme y antes de hacerlo, veo una especie de espejo, es borroso, refleja la naturaleza, curiosa me acerco. A la distancia en eso que parecía espejo, puedo ver a una joven de cabello celeste, el mismo color que mi cabello, eso me sorprende, la muchacha me observa sorprendida, también, abro la boca porque creo es idéntica a mí.

Ella se acerca, su cabello es igual de largo que el mío pero en ondas, lo trae amarrado en media coleta, su rostro tiene una herida por el pómulo, su mirada es dura pero puedo ver algo de nostalgia.

Se detiene a pasos cerca de mí, las dos frente a frente, creía es idéntica pero no, porque es más alta que yo, su pecho es más pequeño.

Mira confundida mi presencia , se acerca más y me observa como sí fuera algo diferente, raro pero a la vez llamativo de mirar.

No aparta la mirada y yo tampoco lo hago, al estar frente a frente, estira una mano y toca el espejo, mira asombrada.

La miro con detalle a la cara, tiene ojeras, su cabello está desaliñado, no había prestado atención a sus ropas, no trae un vestido costoso, sino prendas totalmente de color negro y también trae un arco y flecha colgando en la espalda. Su calzado son botas que no debería usar una mujer, parecen de hombre, no luce como una dama.

Ella no lo duda y al momento de sacar una mano a través de eso que parece un espejo, sale completamente al mismo tiempo y yo retrocedo.

Mira a mí alrededor y levanta la mirada observando los rayos del sol, después baja la mirada y me mira de pies a cabeza.