XXVI

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Sospechas

𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮 𝗠𝗮𝗿𝗶𝗻𝗲𝘁𝘁𝗲

Pasaron tres días, Adrien fue a la plaza del pueblo por algo de fruta, me quedé sola en la cabaña y muchas dudas tengo.
• En un principio no he estado muy de acuerdo con el matrimonio y estuve, sigo algo nerviosa por el tema de la culminación en el matrimonio, Adrien no me ha tocado y dormimos en habitaciones separadas, exacto, tampoco he recibido un beso y yo ni me ánimo, pero hay un pero en todo esto; Adrien se porta bien conmigo, me respeta, de ser otro tipo diferente ya hubiera querido tocarme , es… lo admito, un buen hombre y me da un poco de temor e inseguridad pensar él se porte de esta manera a causa de mi verdadera madre; Sabine Cheng… lo pienso porque ella me dio una pócima en el día de la boda, diciéndome;
«bebe esto y sentirás amor y deseo en Adrien»

Era para pasarla bien en la noche de bodas.

Lo sabría, yendo al lugar de las brujas en la costa y no sólo ése es mi temor, también, porque hay algo que no me han dicho, ése hombre Adonis en el baile de mi boda, dijo saber mi rareza, sólo logró dejarme confusa, debería decirle a Adrien pero sigo pensando sí él está o no bajo el efecto de una poción.

En este día los cólicos siguen, el dolor es  más leve y ayuda mucho los tés que me he bebido.

Aprovecho a ir a las costas del reino y descubrir la verdad de Adrien, agarro la capucha y termino de verme en el espejo, no me reconocerían , la gorra de la capucha logra ocultar bien mi cara.

Son las once de la mañana, salgo de la cabaña y me escabullo en el interior del bosque , no tiene mucho que se fue Adrien, estoy segura regresaré pronto antes que él.
A la mitad del camino me encuentro a Alix, creyendo no me había visto fijamente a la cara, lo hizo, no podía huir cobardemente.

—¡Mari… es decir Brid… ¿qué haces aquí? , ¿no deberías estar en tu viaje a las cataratas del Niágara? Todos los nobles van ahí, dudo tú seas la excepción

Suspiré.

—No fui , le pedí a Adrien no ir porque me sentía mal. Pero él hizo creer a la familia que nos fuimos —conté y añadí también hacía dónde voy.

Alix mencionó, son delirios míos, Adrien no está bajo ningún efecto de poción y de verdad me ama.

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Alix esperó afuera, le tiene miedo a las brujas, dice que yendo a esos sitios no siempre ocurren cosas buenas.

Hay una casa común, igual que cualquier otra en la costa, esa última casa cerca del bosque , es la casa de las brujas, anteriormente vivía allí una bruja de nombre Lila pero ahora sólo su nombre es como un soplido al viento.
Otros mencionan pueda tratarse de la misma Lila, hija del granjero , sino estoy confundida. Y que quizá, deseó dejar su pasado como bruja para ser sólo una señorita normal más en la sociedad, convirtiéndose en una hermosa chica y no sé sí sea verdad.

Cuando estoy frente a la puerta de la casa, golpeo con suavidad, escucho una voz firme y algo vieja, me dice que pase. Agarro el pomo de la puerta y esta se abre, hay poca luz, se ha nublado y ahí dentro es muy oscuro.

Cierro la puerta y se acerca una mujer de unos sesenta años, no está encorvada , ni hay una verruga en su naríz como siempre la describen los malos cuentos, se ve bien para tener esa edad, soy la que supone debe tener esa edad por las arrugas y su cabello blanco.

EL MANANTIAL DEL OCASO (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora