XXI

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ུ ི¿Poción?

ADRIEN

Estoy con Bridgette , ella ha terminado de comer su brownie, sonrío mirándola hacer a un lado la carne deshebrada.

Es mi esposa, ¿qué más puedo pedir?

Es bellísima, me encanta su cabello celeste.

Siento que alguien rompe mis pensamientos y me trae de vuelta, es Luka quien me tocó del hombro.

-¿Qué ocurre? , ¿no ves que aún estoy comiendo? -le digo.

-Es necesario que hablemos Adrien -dice serio y Bridgette alcanza a escucharnos. Nos mira y yo sonrío.

-Su alteza, ¿necesita qué le ayudemos en algo? -dice mirando a Luka, él niega.

-En un momento regreso -digo y me pongo de pie, yendo junto a Luka lejos de los invitados y acercándonos a una mesa repleta con bandejas y torres de bocadillos-. Debe ser muy importante para interrumpir, ¿qué es?

Luka miró a los invitados y agarró una copa llena de vino tinto que traía un sirviente en una bandeja de plata.

-Todos van a las Cataratas del Niagara, es un viaje muy largo y pronto las fiestas del reino van a retomarse, como mi fiel y mejor caballero, te necesito aquí Adrien -dio un sorbo sin mirarme-; presiento que las cosas empeoren y ...

-Sé a dónde vas con esto.

-Disfruta tu luna de miel pero te necesito que llegues en los días festivos, necesitamos tener más vigilado al reino. La fiesta comenzará dentro de dos semanas y te quiero aquí de regreso para entonces.

-Dalo por hecho -digo sin mucha emoción, porque recién me casé y ya me está diciendo indirectamente pueda haber una batalla.

Él da un trago más y asiente.

-Feliz matrimonio para ambos -no digo nada y él se marcha.

Me molesta, las batallas de caballero no importan cuando eres soltero, cambia mucho ahora que estoy casado.

Se supone los valientes caballeros no debemos de temer, sin embargo sí le temo y siendo un caballero de buen nivel, a veces puedo pensar que tengo los ojos de Dios en mí, porque he derramado la sangre de los enemigos, no me enorgullece, mucho menos el pensar que algo pueda ocurrirme y dejar a Bridgette sola.

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Marinette

Hago las cuentas, normalmente sangro cuando sale la luna, no hay luna y es cierto que soy irregular. Estoy enfadada, no luzco ya contenta por seguir en la comida de mi boda y lo qué quiero es irme, alejarme del sonido y tumbarme en la cama, porque incluso el vestido me incómoda y el peinado igual.

Veo a la calle y abro más los ojos después de ver a una señora parecida a mí....

Madre

¡Mi verdadera madre!

Una sonrisa aparece en mi rostro , me levanto y rápido me dirijo a la entrada del jardín, su vestido luce como el de la clase media, trae un gran sombrero decorado con plumas y es algo extravagante a la vista.

Ella aún no me ha visto y se detiene cuando al parecer ha visto mi vestido. Trae un pequeño cesto de panes, levanta la cara y me permite ver su rostro; hay pequeñas arrugas que aparecen a los costados de sus ojos en cuanto sonríe.

Quiero gritarle "mamá" pero puedo ser escuchada. Sonrío muy feliz por verla, ella está bien y está aquí, eso llena de felicidad a mi pequeño corazón.

-Estás hermosa -comenta y de inmediato le doy un abrazo, por ahora Adrien está algo pensativo en la mesa de los bocadillos así que me siento menos vigilada-; hay algo que quiero darte -dice en un susurro, me separo y la veo que saca un pequeño pañuelo de seda, parece normal , atado con un listón rosa , lo veo más por unos segundos y no es tan normal, trae algo escondido-. Supongo Adelaide se encargó ya de decirte lo qué hace una mujer casada con su esposo en la noche de bodas.

-Sí... -toma mi mano y me entrega el pañuelo cerrando después mí mano, siento una botella pequeña, veo a mi madre en confusión por lo que me ha dado, sin preguntar ella lo dice.

-Tu hermano me ha dicho que no te sientes nada atraída a Adrien, bebe esto y enseguida sentirás algo por él, no es muy duradero su efecto pero ayudará a que sientas deseo y no pases tan tortuosa la noche de bodas.

-¿Qué? -esperaba oír al menos lo que dijo mi hermano.

«Sí intenta tocarte sin que lo desees, dale una patada»

Pero también me hizo pensar otra cosa.

-¿Quién te dio esto?

-La bruja de la costa, es muy buena con sus pócimas -sonrió-; me ha alegrado verte, toma, esto es un obsequio de tu padre y yo -dijo dándome el pequeño cesto lleno de panes.

Recordé la actitud de Adrien.

-¿Le diste alguna clase de poción similar a Adrien para que llegará a sentirse atraído a mi?

Estiró sus labios en una encantadora sonrisa.

-¿Qué más da sí lo hice o no?... no es importante, felicidades cariño, que seas muy feliz en tu matrimonio.

No esperó otro comentario de mí y se fue.

Escondí bien el pañuelo y me di la vuelta con el cesto, ahora no sólo tenía los pensamientos en Adonis sobre mi verdad, sino también en las palabras de mi mamá.

¿Y si fue capaz de darle una poción de amor en un pan y por eso Adrien pareció enamorarse tan rápido de mí?

EL MANANTIAL DEL OCASO (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora