EL MANANTIAL DEL OCASO (en proceso)

LIV

Marinette

—¡Hey! ¡Hey alto!

Eché un vistazo atrás sin dejar de correr, un guardia estaba gritándome. Volví a mirar al frente sin dejar de correr.

—¡Pare, detengase!

Corrí a un más, pasé entre nobles qué miraron raro y doblé la esquina.

—¡Alguien detengala! —gritó el guardia.

Corrí desesperante, tan rápido lo más que podían mis piernas.

Maldije. Alguien me vió, sospechó o Adrien contó todo.

Pasé cerca de árboles y volví a echar un vistazo atrás, pude escuchar que alguien venía corriendo. Maldición. Maldición.

Volví a mirar al frente, dentro de los árboles hubo el relincho de un caballo y enseguida alguien me agarró del brazo, metiéndome dentro de los árboles y arbustos. Terminé tropezando y cayendo.

Iba a mirar quién me metió ahí pero me quedé muy quieta viendo entre los arbustos cómo pasó el guardia corriendo. Traté de no hacer ruido con mi respiración agitada.

No aparté la vista del guardia y de la gran espada que cuelga en su cinturón. Tan grande y filosa. Después lo perdí de vista.

Voltee a mí lado y miré a mi hermano.

Me llevé una mano al pecho con todo lo sucedido casi sentí se me salió. Traté de tomar aire antes de hablarle y tranquilizarme.

—Te respondo tus dudas hermana...

Uno; sí estaba entrenando pero fuí un rebelde como tú y me salí, quería hablar con uno de los tuyos.

Dos; pude ver qué él guardia salió del palacio y te iba siguiendo, tuve que darme prisa y dejar el caballo aquí para casi dar una maniobra mágica y bajar justo antes de que pasarás por aquí y jalarte. Sino lo hago te raptan.

Dejó de hablar y se acercó a mí, miró mi descuidada imagen.

—¿Alguien del palacio descubrió quién eres?

Por todas las cosas que pasaron. No respondí y terminé llorando. Mi hermano se preocupó por mí.

Se inclinó y me abrazó.

—¿Qué te ha hecho ése idiota? —preguntó—; te dije que ése hombre no es de fiar.

—Fue peor a lo que dijiste —mencioné, hiperventilando—; pero yo también soy peor.

—¿Qué te hizo? Dímelo —levanté la cara y me limpió las lágrimas—; ¿qué te hizo hermanita? no tengas miedo, puedes confiar en mí.... nunca dejaría que un idiota te lastime.

—Se enteró, lo sabe todo. Sabe que eres mi hermano y soy Marinette, al principio se vió roto, lo más normal pues según me quería pero me asusté por lo siguiente....

—Hermana, respira profundo, cuéntamelo... ¿qué sucedió? ¡¿ése imbécil qué trató de hacerte?!....

—Me amenazó....dijo que no puede dejarme libre, primero creyó que podía meterme en la cama con Leonardo.

—¿Leonardo? ¿quién es Leonardo?—me miró confundido—; ay espera como sí que si me suena el nombre....mmm no. No me suena.

—Ah esa es otra historia muy larga. Le di el anillo y dije que podía buscar otra mujer, digna y perfecta para él. La mujer tan perfecta cómo él quiera.... dijo que no podía dejarme, no hasta saber sí....

—¿Podías tener un bebé de él?

Asentí, él pudo completar la oración.

—Dijo que al nacer lo apartaria de mí. Dijo que lo haría ¿¡cómo puede pensar algo así?! —chillé y aparté molesta las lágrimas de mis mejillas—; Adrien... yo... creo lo corrompi.