LVIII

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Marinette

Los escuché hablar.

—Hijo, en todas las relaciones hay diferencias... lo importante es saber respetar y que estas no dañen a su relación.

Adrien no respondió, supongo lo pensó, esperé a que se fuera, parecía que no iba irse.

Comencé a desesperarme un poco, no había otra salida en el baño, no podía escapar por la ventana porque estamos hablando de que son dos plantas y la escalera se quedó en dirección a la habitación donde estaba no aquí.

No podía llegar tarde a la ceremonia.

Me agarré el cabello, frustrada a punto de darme ansiedad por pensar llegaría tarde y no sé las consecuencias que eso tendría.

Para mi sorpresa, oi que Adrien le dijo algo a su mamá para que se fuera, escuché pasos, parece que sí, me esperé un momento, no pude escuchar más, no sabía sí salió o no, escuché pasos hacia esta dirección , alguien viene, me asusté, retrocedi y rápido iba a buscar dónde esconderme.

—Ella se fue —murmuró Adrien, ví hacía la puerta.

Me acerqué y él abrió. Lo miré por unos segundos.

—Tengo que irme.

—No por la escalera —dijo—, puedo ayudarte a salir por la puerta de atrás.

Asentí.

Él me ayudó a salir sin que me viera su familia, no es bueno que me vean, harían mil preguntas que no sé cómo responder y lo que menos quiero es llegar tarde a la ceremonia.

Sin que nadie nos viera , salimos de la habitación yendo hacía la puerta del jardín de atrás, ya cuando salimos al jardín , me fuí hacia la oscuridad y Adrien me siguió.

—Gracias por ayudarme —dije.

—¿Aún piensas ir a esa ceremonia? —preguntó.

—Te prometo que sí veo algo raro me alejaré.

—No me convence mucho....

—Luego nos vemos —contesté y me escabulli.

Me puse los tacones y fui rápido a donde dejé Milán.

*----- ♡•*🌊----- ♡•*🌊

Bajé del caballo y lo dejé cerca de un árbol donde está el pozo de agua y ya de aquí queda cerca el Manantial.

Es visible sólo por la luz de la luna, fuí precavida, observé que no estuvieran cerca caballeros o guardias de la realeza.

Parecía que sólo yo estaba ahí, me acordé de la poción, supuse que esta cosa me daba invisibilidad. Y sí así era y Adrien llegaba a venir, pensaría que le mentí de nuevo.

Pensé en dejarle una señal pero eso podría delatarme a mí y los otros.

Dejé de pensar en ideas y me fuí rápidamente detrás de un arbusto al oír galopes de un caballo. Ahí me mantuve, oculta, podría ser mi hermano o uno de los que andan cuidando.

Me sorprendió y me llené de felicidad al reconocerlo.

Sonreí, salí de ahí y Adrien me encontró con la mirada.

—Estás aquí —dije sin poder creerlo.

—¿Creíste qué te dejaría venir sola?... es riesgoso.

Él se bajó del caballo y también lo amarró de las riendas en un tronco de árbol.

Miró el lugar y luego volvió a verme.

EL MANANTIAL DEL OCASO (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora