Capítulo 5

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Me quedé observando a Haesen, en ese momento sonó un trueno debido a la tormenta que hacía afuera. Solté un gritito.

-Guarda silencio o Adeline puede escuchar -Haesen se volteó a verme, yo iba detrás de él en la escalera y no me movía. Haesen me miraba más que divertido -Tranquila no vamos a hacer nada malo... Bueno quitando la parte donde nos robamos las galletas -Me guiñó un ojo.

-Yo no dije eso -Ahora yo le sonreí. Quiero quitarle importancia al hecho que voy a estar en el cuarto de Haesen sola con él.

-No, pero lo pensaste. Tal vez contemos relatos de miedo -Seguía divertido conmigo.

-Esta bien, vamos.

Seguimos subiendo la escalera y caminamos todo el pasillo, se parecía mucho al pasillo donde yo me hospedaba, hasta la última puerta estaba su habitación.

-¿Puedes abrir? tengo las manos ocupadas -Giré la perilla y abrí la puerta -Adelante señorita Alicia, sientase como en su cuatro -Haesen imitó a Eduardo en su acento de español. Yo me reí.

Entramos y Haesen puso la charola de plata en un pequeño escritorio que tenía. Su habitación era de las mismas dimensiones que la mía, y casi con las mismas cosas, a excepción del escritorio, y todo de madera igual que los muebles de mi habitación.

Haesen sirvió el té y me entregó una taza, le agradecí con una sonrisa.

-Bien, dijimos que íbamos a contar historias de miedo - Haesen rompió el silencio.

-Empieza tú, mis historias no son muchas y no son muy buenas - Haesen asintió y terminó una galleta.

Haesen me contó una historia horrible de una niña que se ahoga en un pantano y su alma lleva a la perdición a todos los exploradores que intentan cruzar el pantano.
Hubo un apagón repentino y eso me asustó, genial justo en el momento donde la historia de Haesen logró ponerme los pelos de punta.

-Qué oportuno ¿no? Espera aquí iré a conseguir velas - No quería que me dejara sola.

-No te vallas -traté de evitarlo - y si Adeline te ve o viene para acá.

-Tranquila, a esta hora ya todos están durmiendo y no van a notar el apagón - No lo vi, pero pude sentir su sonrisa de burla -No me digas que tienes miedo Aly -No dije nada -Cálmate, no tardo nada.

Y sin decir más se fue. Bien Alicia cálmate, es sólo una historia que no es verdad. Me repetía esto cada dos minutos, pero Haesen se estaba tardando mucho, ya pasaron casi diez minutos. Decidí ir a buscarlo, pero en cuanto abrí la puerta sonó un gran trueno del cielo y Haesen estaba justo atrás de la puerta y de un salto lo abracé del susto; Haesen primero abrió los brazos y luego los cerró correspondiendo mi abrazo.

-Tranquila, ya estoy aquí - Pensé que se iba a burlar de mi, pero no fue así, tal vez vio que sí me asusté en serio -Aunque si querías que te abrazara me lo hubieras pedido.

-¿Por qué tardaste tanto? -Ignoré su último comentario.

-Lo siento, la cocina esta muy lejos y no veía nada, fue difícil encontrar las velas en lo oscuro.

Haesen encendió las velas.

-Bien, te toca a tí contar un relato de terror -Haesen de nuevo rompió en silencio.

-Ya no quiero hablar de eso ¿Podemos hablar de otra cosa? -De verdad estaba asustada.

-De acuerdo ¿De qué quieres hablar?

-No sé, cuéntame de tí, de tu vida -Si quería descubrir los secretos de Haesen, que mejor que me los cuente el mismo Haesen.

-Bien ¿Qué quieres saber de mí? -Una pregunta interesante.

Eternos: Juego De SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora