Eternos: Juego De Sombras

Capítulo 26

—Te ruego que no lo tomes en serio Aly —Nicolas tomó de mis manos —Tu compañía es muy placentera para mí.

Nicolas lograba enternecerme con sus palabras lindas y miradas cálidas.

—No le presto mucha atención —Le Sonreí. Traté de sonar lo más convincente posible, porque la realidad era que las palabras de Haesen sí me habían afectado demasiado.

—Te ayudaré a guardar los caballos —Le dije cambiando el tema.

—No Aly, Alexy te espera, será mejor que no lo hagas esperar.

—Gracias —Susurré.

—A tí, en serio hoy me lo pasé muy bien —Me sonrió. Sólo pude acentir y me fui.

Caminaba a paso lento, de vuelta a instituto. El aire frío pegaba en mis mejillas y desprendía algunos cabellos de mi coleta en el pelo. Pensaba en las palabras de Haesen, hoy en la mañana estaba bien, incluso me dijo lo importante que era para él, que yo le ayudara a Andru a salvar su alma ¿Por qué se portó de esa manera? Maldito bipolar. Se enoja y se estresa, y se desquita conmigo.

Suspiré, quería irme a mí casa, aún tenía sueño. Tallé mis manos en mis ojos para llegar un poco más consciente a la oficina de Alexy. Me detuve un momento y tapé mi cara entre mis manos, mis manos frías me ayudaban a despertar un poco más.

—Nena —Escuché a mi tío llamarme.

—Hola —Murmuré.

Se acercó a mí, estábamos a mitad del camino al instituto, sólo nos rodeaba todo el pasto del inmenso espacio de Antares.

—Ven aquí —Me abrazó.

Me cargó y escondí mi cara entre el hueco de su cuello.

—Tienes sueño ¿Verdad? —Me dijo y empezó a caminar. Asentí entre su cuello.

—Quiero irme a casa —Le dije. Olía el aroma de su colonia. Olía mejor con el frío.

—Pronto nos iremos. Dormiremos aquí ¿Está bien?

—¿Por qué? —Me despegué de su cuello.

—Porque es muy tarde, tu y yo estamos cansados y está muy oscuro para conducir en medio del bosque —Llegó a la puerta buscada —Ahora, abre la puerta que tengo las manos ocupadas.

—Ya bajame —Me reí.

Me bajó y abrió la puerta.

Entramos. La oficina de Alexy no era muy diferente a la de Dominic, sólo cambiaban la decoración y las cosas personales. Lyrio estaba sentada en un pequeño taburete cerca del escritorio enorme. En él estaba el cofre que desmontó Alexy de su caballo.

—Ya estamos todos —Dijo Alexy, en cuanto se cerró la puerta.

—¿Qué pasó? —Mi tío preguntó.

—Nada, no hemos hecho nada aún —Alexy respondió.

—Ya veo —Mi tío contestó cortante.

—Señorita Alicia ¿Pordría sacar su gema por favor? —Alexy me habló.

—¿Mi gema?

—Sí, tengo entendido que usted posee un collar de jade Linn.

Saqué el collar de mi pecho. Miré a Lyrio, ella también tenía uno muy parecido pero en color amarillo.

—Veremos cuál de los dos abre este cofre —Mi tío explicó.

Asentí y me acerqué al cofre. Era de madera, con runas viquingas talladas en él. Estaba la endidura en la forma de la gema. Lo coloqué y presioné ligeramente. No pasó nada.