Capítulo 20

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—A "Antares" _Haesen sonrió.

—¿Antares? —Pregunté con el seño fruncido.

—Es una escuela como Kligooth nena —Explicó mi tío.

—¿Y qué haremos allá?

—A intercambiar información nena —Dijo mi tío.

—¿Intercambiar información? —Volví a preguntar.

—Sí, ya sabes. Ellos nos dirán lo que saben sobre el asunto de Jerém y nosotros lo que sabemos —Haesen explicó con simpleza.

No dije nada más, realmente yo desconocía casi todo sobre este asunto. No debería ir, yo no soy pieza útil para este asunto tan complicado, y para ser sincera, yo lo estaba tomando con mucha calma e inmadurez.

Ya había pasado media hora y yo dormitaba en el asiento de atrás. Sentía cada curva que daba mi tío, más que yo, lo sentía mi estomago. Empecé a sentir esas sensaciones de nauseas.

—¿Te sientes mal? —Abrí los ojos para encontrarme con los ojos azules de mi tío por el retrovisor.

Pasé mi mano por mi cara. Suspiré.

—Me siento mareada —Admití.

—¿Segura que sólo es eso? Te vez muy pálida —Dijo Haesen preocupado.

—Sí, solo es eso —Le sonreí —¿Ya casi llegamos?

—Faltan cerca de veinte minutos... ¿Crees aguantar? —Preguntó mi tío.

—Sí, creo que sí —Me recosté en el asiento usando mi mochila como almohada.

Coloqué mi mano fría cubriendo mis ojos y parte de mi frente para así sentirme un poco mejor, pero mi malestar no mejoró ni un poco.

Escuché un gran portón de rejas algo oxidadas abrirse, y el auto entrar. Hasta que el auto se apagó, quité mi mano y salí. Como era de esperarse de parte de mis nauseas, sentí que la cabeza se me iba del cuello por unos segundos.

—¿Estas bien? Tu semblante no mejoró nada, hasta yo creo que empeoró —Haesen puso su palma en mi hombro y sus ojos demostraban preocupación.

—Estoy bien —Suspiré —Me mareé en el auto, es todo.

—¿Segura? No quiero que te quedes sin aire como la otra vez —En realidad sí se asustó cuando vio mi cuadro asmático.

—Sí, segura —Sonreí para tranquilizarlo.

El lugar de "Antares" era igual un palacio-instituto. Este tenía su estilo más gótico y solo con unos toques victorianos, todo lo contrario a Kligooth que era totalmente el estilo victoriano en su apogeo.

Seguí a mi tío y a Haesen. Entraron por una puerta al costado del gran complejo de castillo. La pequeña puerta era de una cocina muy rústica, todo hecho de madera, incluso algunos cubiertos lo eran.

—Iré a la oficina de Alexy —Sin decir más, salió mi tío.

Algo pasaba y no me lo querían decir, ese comportamiento no era de él. Había cosas que me ocultaban y esa situación de ignorancia me estaba estresando bastante.

Me recargué en el marco de la puerta, mi estomago aún tenía su guerra interna y parecía que iba a durar mucho.

—Ten —Haesen me extendió el inhalador —Lo saqué de tu mochila.

Lo cogí y le sonreí.

—No te preocupes por mí —Le hablé bajito y amable.

—¿Qué dices? Claro que me preocupo por mi tortuguita —Sonrió.

Eternos: Juego De SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora