Empecé a buscar otro libro que me convenciera más.
—Señorita Alicia, que gusto volver a verla —Nicolas saludó.
—Hola Nicolas. Recuerda que me puedes decir Aly —Fingí sorpresa de verlo.
—Aly ¿Te encuentras bien? Tu semblante se ve muy pálido.
—Sí, me encuentro muy bien —Traté de hacer una sonrisa.
—¿Estás buscando que leer? —Vio el libro en mis manos.
—Sí, de hecho voy a leer este, mientras mi tío y Haesen vuelven.
—Haesen —Susurró para sí. Guardó silencio. Miré el libro incómoda.
—Aly, no tenía idea de cuando te volvería a ver —Volvió a sonreír.
—Yo tampoco sabía que iba a venir hoy.
—Qué mejor oportunidad se me presentó —Sonrió, tenía una sonrisa preciosa, sus ojos brillaban y su cara se iluminaba.
—¿Para qué, Nicolas? —Sonreí nerviosa.
—¿Quieres ir de nuevo a mí estudio?
—Sí claro.
Nicolas sostuvo mi mano en su brazo. Vestía muy elegante, traje, corbata, camisa y demás, su diseño era bellamente confeccionando en un estilo victoriano. Su traje café le sentaba muy bien a su postura, tenía los rasgos muy suaves y amables. Nicolas podría pasar como una mujer en el rostro, era muy atractivo, su cabellera larga no le quedaba nada mal. Sospechaba que Nicolas tampoco tenía los años que aparentaba, su manera de vestir y hablar, era muy propia, dichas maneras que se usaban hace doscientos años. Era una persona muy amable y gentil, aunque no me quito de la cabeza la primera vez que lo vi.
Llegamos a su estudio y de nuevo sacó de su reloj de bolsillo con la llave de bronce.
Su estudio estaba templado, tenía la chimenea con fuego calentando todo el lugar.
Me dejó pasar primero y cerró la puerta.
Yo seguía con el libro entre los brazos.
Nicolas me tomó de la mano e hizo que me sentara en una silla de madera.—Ahora cierra los ojos —Me dijo. Dudé y lo miré con el ceño fruncido.
—Por favor, ciérralos, es parte de la sorpresa —Me sonrió amable.
Cerré los ojos y lo sentí alejarse. Escuchaba sus pasos en el suelo de madera. Sentí su proximidad y apreté más los ojos para evitar abrirlos antes que él me dijera, sentía mis labios curvase en una sonrisa.
—¿Lista? —Me preguntó y asentí —Ábrelos.
Abrí los ojos y Nicolas me tendía unos libro sujetos a un listón. Reconocí la portada del primero. "Romeo y Julieta" Eran de edición especial. Me los tendió y los tomé, los otros dos libros eran de "Hamlet" y "Macbeth" eran los tres de los relatos famosos de William Shakespeare.
—¿Te gustan? —Me preguntó.
—Sí, son muy bellos —Dije maravillada.
—Es la sorpresa Aly, son tuyos —Me dijo con una voz muy suave.
Lo miré en seguida, yo no podía aceptar un regalo de ese tipo, se notaba que los libros eran carísimos, aunque eran muy antiguos, estaban perfectamente conservados y nada maltratados.
—Nicolas, yo no...
—La otra vez que viniste, te quedaste asombrada con los libros, así que vi estos y pensé en comprarlos para tí. —Me explicó interrumpiéndome.
—Nicolas, yo no puedo aceptarlos —Lo miré, su sonrisa desapareció al terminar de decir la última sílaba.
—¿Por qué no Aly? —Me miró suplicante.
ESTÁS LEYENDO
Eternos: Juego De Sombras
FantasyLa sangre es lo que nos define, lo que nos separa y lo que nos une. Si la cabeza domina cuerpos y el corazón domina mentes ¿Quién es más peligroso entonces? No juegues con lo que no entiendes. Primera regla de los normales. Si vas a quemarte, asegúr...