Capítulo 22

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Andru me sonrió y fue la primera vez que lo vi con una sonrisa sincera.

-Tengo que explicarte. Tenemos que ir a la biblioteca.

Hice una mueca.

-Vamos Brown, sé que te gustan los libros.

Andru se levantó y se secó las lágrimas.

La motocicleta de Andru era muy moderna y bonita. Llegamos a la biblioteca en cinco minutos.

El casco de Andru mantuvo mi cabello un poco quieto.
Trataba de peinarlo con los dedos pero Andru me jaló del brazo.

En la biblioteca Andru le pidió unos libros a la bibliotecaria y nos sentamos en lo más profundo y solitario de la biblioteca.

-Alicia esto es muy importante, tanto que hasta estuve investigando sobre el tema.

Asentí y comenzó a abrir los libros.

-Cuando van a arrancarte el alma, es como si te arrancaran un miembro de tí, al rojo vivo. Alicia ¿Puedes imaginarte lo doloroso que es?

Me mostró imágenes horribles, eran grecorromanas, mostrando escenas de cómo te arrancan el alma.

-Lo que planeo hacer es un cambio justo ¿Entiendes de lo que hablo? -Me hablaba como si fuera una niña pequeña.

-Tu alma a cambio de algo... -Titubié insegura.

-Chica lista -Sonrió.

-¿Qué planeas dar a cambio de tu alma?

-Estos -Abrió otro libro en una página. La imagen era de unos Tótem tallados en madera -Son testigos, Aly. Por lo que he investigado son muy poderosos y valiosos, con ellos puedes hacer casi cualquier cosa sin consultarlo a los Descendientes.

-Andru... Esto es muy peligroso, ni siquiera lo entiendes bien y no creo que sea buena idea meterse con los Descendientes -Di mi punto de vista apenas en un susurro.

-No necesito entenderlo Aly, sólo sé que esto es tan valioso como un alma, y que yo haré cualquier cosa por conservar la mía.

Suspiré resignada a que prosiguiera.

-Estoy seguro que hay dos en el teatro antiguo del centro de la ciudad, sólo tenemos que ir y sacarlos, Aly -Me hablaba eufórico.

-¿Si sólo hay que hacer eso entonces por qué quieres mi ayuda?

-Porque para abrir el cofre donde están estos dos... Necesito un código permisivo. -Dio un suspiro nervioso -Y ese código esta en tus venas...

-¿Qué? -Solté un pequeño grito alterado.

¿Qué tanto sabía Andru sobre mí? Andru podía pasar por un chico tonto y presuntuoso, pero no era idiota, sabía lo que hacía, y sabía recopilar información y usarla a su favor, no por nada era el hijo del diputado más influyente de la ciudad.

-Vamos Aly, sólo es una pequeña gota de tu sangre -Se hincó en frente de mí -Llevo alcohol y gasas y la daga estará desinfectada y esterilizada, lo prometo -Me tomó de las manos acariciando mis nudillos.

-¿Daga? Esperas que acepte que me cortes con una daga y uses mi ADN a tu favor... Andru ¿Qué mosca te picó?

Vi a andru tensarse en frente de mí y una sensación de miedo me invadió ¿Miedo de qué? Aún no había aceptado nada para sentir miedo. Luego el nerviosismo recorrió mi columna vertebral, me sentía empapada en sudor, pero mi cuerpo estaba tan frío y seco que era imposible que estuviera transpirando una gota de sudor.
A mí cerebro llegó la que información que exigía saber por qué me sentía de esa forma. Todas esas emociones eran de Andru; era mi sexto sentido que me decía como se sentía la otra persona cerca de mí. Andru habló de eso en su explicación.
Andru estaba aterrado a la idea que yo dijera que no.
Odié esa sensación, no me gustó que Andru compartiera sus emociones conmigo. Terminó esa sensación y me di cuenta que mi respiración era irregular y pesada, la mirada de Andru era suplicante.

Eternos: Juego De SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora