Capítulo 7

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Haesen se giró de nuevo a la posición en que estaba, y eso me obligó a pararme junto a él y mirar el reflejo de la luna en el agua. No decíamos nada, las palabras se guardaban, y sólo se pensaban para cuando uno de los dos quisiera hablar primero.

-Oí que tu tío viene mañana -Haesen empezó. Ni siquiera me miraba, seguía viendo el reflejo.

-Sí, viene mañana por mí -Lo imité en no verlo.

-¿Te vas a ir? -Se giró rápido a verme a los ojos. De nuevo su cara no expresaba nada. ¿Le alegrará que me valla?, ¿Le dará lo mismo? O ¿Querrá que me quede?

-Sí, supongo -Me encogí de hombros. Quise restarle importancia -Pero tal vez venga a visitarlos un par de veces.

-Ven, vamos a caminar -Esbozó una sonrisa -Me gusta este bosque de noche.

No sabía si era buena idea ir con él, no quería hablar de nada.
Se río y me extendió su mano.

-No te asesinaré a la luz de la luna, lo prometo -Me guiñó un ojo.

Tomé su mano con timidez. Su mano era fuerte, larga y estaba fría. Le quité mi mano por inercia.

-Estás helado -Le dije como excusa, no quería que camináramos tomados de las manos.

-Sí, hace frío. ¿Vamos?

Nos adentramos al bosque. La niebla azul con tonalidades negras lo hacía un bosque de película de terror con un toque de magia.

El bosque estaba húmedo y frío. Me resbalé en el lodo y Haesen me tomó por el brazo con fuerza.
-Ten cuidado -Me dijo con su risita burlona.

-Oye me lastimas mi brazo -Quise reírme con él, pero la risa no me salió.

Seguíamos caminando, bueno yo iba jugando y saltando en cada charco y piedra grande. Me subí a una piedra y salté, caí en una rama larga que lanzó lodo a Haesen y la risa que no me salió hace un rato, me salió al ver su cara salpicada de lodo.

-Señorita Alicia no sabe lo que acaba de hacer -Dijo limpiándose la cara con sus dedos largos.

Pensé que estaría molesto pero todo lo contrario, se río conmigo.
Se me quitó la risa cuando Haesen se agachó y empezó a formar una bola de lodo.

-Ni se te ocurra Haesen -Lo apunté con mi dedo divertida.
Pero el maldito sí me lanzó la bola de lodo al pecho. En vez de enojarme me reí e imité su acción de hacer una bola de lodo y se la lanzé.

Haesen y yo estábamos jugando en el lodo, ya estábamos completamente empapados y sucios, el frío lo ignoraba con la risa. Parecía que estábamos en combate, corríamos y nos escondíamos entre los árboles, me estaba divirtiendo mucho. Páramos hasta que resbalé y caí intentando lanzarle a Haesen una bola de lodo. Me reía en el piso y Haesen fue corriendo hacia mí y el tonto también se resbaló y cayó junto a mí, el ataque de risa de ambos era lo único que se escuchaba en el bosque. Esto arregló toda la tensión de la mañana.

-Arriba -Me dijo parándose y tomándome de los hombros para levantarme -Ya quiero escuchar lo que Adeline me va a decir por llevarte así. ¡Haesen! ¿Cómo se te ocurre? -Hizo una voz aguda tratando de imitar a Adeline. Me reí de su imitación fallida.

-Bueno yo le puedo decir que yo empecé.

-No te va a creer por que tú estás más sucia y mojada que yo -Dijo como si hubiera ganado.

-Tu no ganaste, si es lo que pretendes decir.

-Está más que claro que esto no era una competencia. Pero si lo hubiese sido, yo gané por supuesto -Haesen también era muy propio, casi como Eduardo y apenas lo había notado.

Eternos: Juego De SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora