capitulo 19

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El auto de mi tío parecía un kareoke sabatino. Íbamos cantando cualquier canción que sintonizaban en la radio. Hoy era un buen día. La mañana fresca aunque un poco gris. La verdad no quería ir a la escuela pero mi tío insistió y no me iba a dejar faltar.

Bajé del auto y cerré la puerta.

Seguí caminado por el estacionamiento de la escuela. Vi a Julian recargado en su motocicleta, encendiendo un cigarrillo sin una pizca de discreción. Estaba estrictamente prohibido consumir alguna droga dentro de las instalaciones de la escuela.
Caminé hasta él. Me miraba firme, inhaló de su cigarrillo y lo degustó.
Una vez que estuve en frente de él, soltó el humo antes inhalado en mi cara. Maldito.

-Buenos días tornadito -Sonrió cínicamente.

-Quiero hablar contigo -Le dije fría.

-Te escucho -Se plantó firme.

-¿Sobre qué hablaron ayer por la noche en el despacho? -Tenía una vaga esperanza que él me dijera.

-Tornadito, ese lado entrometido de tí no lo conocía -Me dijo con la sonrisa de idiota estampada en su cara -Pero por más que te lo quiera decir no puedo. Lo siento, ahora vete.

Maldito. Además de llamarme entrometida, se burlaba de mi necesidad de saber las cosas.

-Hablo de lo que le dijiste a Haesen... -Le volteé el asunto -¿Qué le dijiste?

-Así que Wilawooth no se aguantó -Más que decírmelo a mí, lo dijo para sí mismo. -Mejor dime tú a mí ¿Qué te dijo Wilawooth?

-Mencionó algo, de lo bien que la pasamos los jueves -Trataba de verlo a los ojos, pero era casi imposible.

Julian sonrió de lado e inclinó un poco la cabeza hacia abajo para vernos cara a cara.

-¿Dije alguna mentira? O me vas a decir que cuando boxeamos no te diviertes mucho.

-No, no me divierto -Mentí.

Julian soltó una carcajada.

-Que mala eres para mentir Alicia Brown.

-No miento -Espeté.

-Mientes al decir que no mientes -Tocó la punta de mi nariz -Claro que lo disfrutas, disfrutar la idea de golpearme con todas tus fuerzas -Sonrió -Como la noche en Kligooth.

Mis mejillas comenzaron a arder. Esa noche le di un golpazo por arrogante y más que eso, porque me besó a la fuerza.
¿Qué debo decir ahora? Él tenía razón, me divertía mucho boxeando con él, y más por la idea de golpearlo, cosa que casi nunca pasaba, era un rato en dónde se comportaba y dejaba de lado toda su arrogancia y su carácter pesado.

-¿Tienes otra cosa que decirme? -Me volvió a soplar su humo en la cara.

-Deja de hacer eso -Le di una leve palmada en su estómago, muy bien trabajado.

Rió entre dientes.

-¡Henderson! -Gritó el Capitán Robson.

-Capitán -Saludó Julian -¿Gusta uno? -Le extendió la cajetilla de cigarrillos.

-Julian, ya habíamos hablado de esto -Lo reprendió con voz suave y amable -Además el angelito de Aly esta enfrente tuyo.

-Última vez capitán, lo prometo -Julian tiró el cigarrillo y lo pisó.

-Chicos ya deben irse a su salón de clases -El capitán nos dijo.

-Sí -Dije muy bajito.

El capitán se fue y Julian y yo nos dirigimos a nuestra clase. Nos tocaba en el mismo salón.

Eternos: Juego De SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora