Capítulo 10:
Tormenta en el Alma▄▀▄▀▄▀▄★▀▄▀▄▀▄▀
La mañana del Gran Premio de España amaneció con un cielo gris y amenazante. Las nubes oscuras se cernían sobre la ciudad, como un presagio de lo que vendría. Emilia, desde la ventana del hotel en el que se quedaba junto a los demás pilotos y sus familias, observaba las gotas de lluvia que comenzaban a caer. El icónico circuito se veía aún más intimidante bajo el clima impredecible. Las curvas cerradas, los muros a centímetros de los autos, la velocidad… todo aquello que había amado junto a Marco, ahora la asustaba profundamente.
No había dormido bien durante el viaje. Las conversaciones con Max, aunque siempre reconfortantes, habían removido sentimientos que había tratado de enterrar. Ahora, al ver ya la pista, los recuerdos la inundaban con más fuerza que nunca. Recordó la última vez que había estado en España con Marco. Él estaba lleno de emoción, su mirada ardía con esa pasión inconfundible que solo los pilotos verdaderos llevan dentro. Había sido su sueño ganar en ese circuito, pero ese sueño había sido cortado de manera trágica y brutal.
Max había salido temprano esa mañana. Estaba completamente enfocado en la carrera. Emilia lo admiraba por esa capacidad de concentración, por poder canalizar sus emociones y transformarlas en pura habilidad detrás del volante. Pero ella no podía dejar de sentirse atrapada en un ciclo de dolor, entre el pasado y el presente, entre Marco y Max, entre la vida que había perdido y la nueva que intentaba construir.
Justo cuando estaba a punto de perderse de nuevo en esos pensamientos, su teléfono vibró. Era un mensaje de Max.
"No te preocupes por la lluvia. Será una carrera interesante. Quiero verte. Te necesito ahí. Nos vemos luego."
El mensaje corto y directo de Max tenía un efecto reconfortante, pero también le generaba ansiedad. Sabía que tenía que estar allí, no solo por él, sino por ella misma. Era hora de enfrentar el dolor. Tomó aire profundamente y decidió ir.
El paddock estaba lleno de actividad. Los equipos corrían de un lado a otro, ajustando los últimos detalles. La tensión en el aire era palpable, no solo por la amenaza de la lluvia, sino por la importancia de esta carrera en particular. El Gran Premio de España no era solo una carrera más. Para Max, era importante ganar ese día. Por ella.
Cuando Emilia llegó al box de Red Bull se encontró con Checo Pérez. La incomodidad volvió a invadirla. Desde su llegada al equipo, no había tenido la oportunidad de hablar con él cara a cara. Checo la vio y sonrió con amabilidad, pero esa amabilidad solo sirvió para hacer crecer el nudo en su estómago. A sus ojos, él seguía siendo "el reemplazo de Marco", una herida abierta que aún no había podido cicatrizar.
—Emilia, ¿cómo estás? —preguntó Checo, acercándose.
Emilia intentó sonreír, pero solo logró esbozar una mueca.
—Bien… creo —respondió ella, sin poder ocultar la tensión en su voz.
Checo asintió, entendiendo el trasfondo de la situación. Había oído muchas historias sobre Marco, sobre su relación con Emilia, sobre la tragedia y sobre lo que la chica significaba en aquel lugar. Pero Checo era un profesional, y aunque respetaba la memoria de su predecesor, sabía que tenía que enfocarse en su propio camino.
—Sé que todo esto debe ser difícil para ti —dijo él suavemente—. Quiero que sepas que no estoy aquí para reemplazar a nadie. Marco fue un gran piloto y siempre lo respetaré. Solo estoy tratando de hacer mi trabajo lo mejor que puedo.
Las palabras de Checo eran genuinas, y Emilia lo sabía. Pero la mezcla de emociones dentro de ella era demasiado intensa para procesarla tan rápido. La ira, la tristeza, la culpa, todo se agitaba como una tormenta en su interior.
—Lo sé… —murmuró, mirando a los autos que se preparaban para la carrera—. Pero es difícil.
Checo asintió una vez más, sin presionarla. Luego, con una sonrisa comprensiva, se alejó para unirse a su equipo. Emilia se quedó sola por un momento, intentando calmar el torbellino en su mente. Fue entonces cuando sintió una mano firme en su hombro. Era Max.
—¿Estás bien? —le preguntó, mirándola con preocupación.
Emilia asintió, aunque sus ojos aún reflejaban el conflicto interno que no podía resolver.
—Sí… solo que todo esto… estar aquí, verlo a él, reemplazando a Marco… no puedo evitar sentir que todo está pasando demasiado rápido.
Max suspiró y la tomó de las manos, atrayéndola hacia él.
—Emi, lo que sientes es completamente normal. Nadie espera que te adaptes de inmediato. Pero quiero que recuerdes algo. Esto no se trata de reemplazos. Nadie puede ocupar el lugar de Marco, ni en la pista, ni en tu corazón, y lo sabes. Lo que Checo está haciendo, lo que todos estamos haciendo, es seguir adelante de la única manera que sabemos. Pero seguir adelante no significa olvidar.
Emilia lo miró a los ojos, sintiendo que sus palabras, aunque duras, eran lo que necesitaba escuchar. No podía aferrarse al pasado para siempre, por más doloroso que fuera. Max, más que nadie, entendía lo que ella estaba viviendo. Él también había perdido a su amigo, y sin embargo, había encontrado la fuerza para seguir corriendo.
—No quiero sentir que lo estoy traicionando —susurró Emilia, con lágrimas en los ojos.
Max la abrazó con fuerza, dejándole sentir que, aunque el dolor persistía, no estaba sola en esto.
—No lo estás traicionando —le susurró al oído—. Estás honrando su memoria. Marco querría verte feliz. Y sé que no será fácil, pero estaremos juntos en esto. Siempre.
Las lágrimas comenzaron a fluir de los ojos de Emilia, pero esta vez no eran solo de tristeza, sino de liberación. Se permitió sentir algo más que el peso de la pérdida. Sintió el amor de Max, la fuerza de su apoyo, y por un momento, el miedo y la culpa comenzaron a disiparse.
—Gracias —dijo, su voz entrecortada por la emoción. — De verdad agradezco que estés conmigo.
—Siempre —respondió Max, acariciando su rostro antes de darle un suave beso en la frente—. Ahora, ven. Hay una carrera que ver.
Con las emociones aún a flor de piel, Emilia tomó la mano de Max y lo siguió hasta la zona VIP, en donde podría disfrutar de la carrera. Sabía que este sería otro día difícil, pero con él a su lado, sintió que podía enfrentarlo.
Sophie estaría compartiendo la carrera junto a ella, así que no se sentiría sola. Porque las personas, desde el accidente, solo la veían con pena. Eso no le gustaba para nada. Sophie la entendía, y estaba dispuesta a reavivar la amistad que llevaban anteriormente.
La tormenta sobre España había comenzado, pero Emilia supo que, a partir de ese momento, podría empezar a encontrar su paz en medio del caos.
▄▀▄▀▄▀▄★▀▄▀▄▀▄▀
ESTÁS LEYENDO
Renacer En La Velocidad | Max Verstappen
Fanfic-★ En un mundo donde el amor y la pérdida se entrelazan, una cantante regresa a la pista de carreras que marcó su vida. Después de tres meses de duelo por su novio, un piloto que perdió la vida en un trágico accidente, enfrenta sus recuerdos en un t...