-★ En un mundo donde el amor y la pérdida se entrelazan, una cantante regresa a la pista de carreras que marcó su vida. Después de tres meses de duelo por su novio, un piloto que perdió la vida en un trágico accidente, enfrenta sus recuerdos en un t...
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Capítulo 22: Renacer entre las Ruinas
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El aire fresco de la mañana entraba suavemente por la ventana abierta de la habitación, mezclándose con la brisa salada del mar Mediterráneo. Mónaco despertaba lentamente, pero para Max y Emilia, el mundo parecía haberse detenido en el silencio íntimo de esa habitación.
Después de semanas llenas de tensión, peleas y dudas, la tormenta emocional que había golpeado su relación parecía haber dado paso a una extraña calma. No fue fácil, pero poco a poco, entre conversaciones profundas y lágrimas compartidas, Max y Emilia comenzaron a encontrarse de nuevo, más vulnerables, pero también más dispuestos a sanar.
Esa mañana, Max observaba a Emilia dormir. Su cuerpo estaba envuelto en las sábanas blancas, su rostro relajado, lejos del estrés que había marcado sus días. Él la miraba con una mezcla de ternura y admiración, sabiendo que la intensidad de lo que habían pasado los había cambiado para siempre. Lentamente, se inclinó y acarició suavemente su cabello, intentando no despertarla.
Pero Emilia se movió ligeramente, abriendo los ojos con una sonrisa somnolienta.
-Buenos días -murmuró, su voz suave y cargada de tranquilidad.
Max sonrió, inclinándose para besarla en la frente.
-Buenos días -respondió, su tono lleno de una calidez que no había sentido en mucho tiempo.
Emilia se acomodó más cerca de él, apoyando su cabeza en el pecho de Max. El calor de su piel, el ritmo constante de su respiración, todo en ese momento se sentía correcto. Había sido un camino complicado, lleno de sombras del pasado, pero ahora, entrelazados en esa cama, parecía que finalmente estaban en el mismo lugar emocional.
-Estaba pensando... -empezó Max, su voz suave pero firme-. En todo lo que ha pasado entre nosotros, y cómo hemos llegado hasta aquí. A veces siento que fue casi imposible, pero estoy feliz de que estemos juntos, Em. A pesar de todo.
Emilia lo miró, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y agradecimiento.
-Yo también estoy feliz, Max -dijo, acariciando suavemente su brazo-. Nunca pensé que podría encontrar esta paz después de todo. Pero estar contigo... siento que puedo volver a respirar, a vivir de nuevo. Y eso me asusta, pero también me hace sentir increíblemente afortunada.
Max suspiró, tomando su mano y entrelazando sus dedos con los de ella.
-Sé que no ha sido fácil para ninguno de los dos -admitió-. Todo lo de Marco, Checo, el equipo... ha sido una montaña rusa. Pero estoy decidido a que esto funcione. No quiero seguir viviendo en el pasado, y no quiero perderte. Nunca.
Hubo un silencio entre ellos, pero no era incómodo. Era uno lleno de comprensión, un espacio donde ambos se sentían seguros para ser completamente honestos. El mundo exterior, con sus expectativas, presiones y recuerdos dolorosos, no importaba en ese momento.