Capítulo 29:
De vuelta al ruedoEl vuelo de regreso a los Países Bajos fue silencioso, cargado con la calma que sigue a una tormenta emocional. Max mantenía su mano sobre la de Emilia, sin decir nada, pero ambos sabían que algo había cambiado. La visita a Mónaco había cerrado una puerta que había permanecido abierta durante meses, dejando una sensación de paz, aunque aún teñida de tristeza. Sabían que los próximos días serían difíciles, pero ahora tenían la certeza de que podían afrontarlos juntos.
Cuando aterrizaron, la frescura del aire neerlandés los recibió, un contraste palpable con el calor sofocante de Mónaco. Emilia miró por la ventana del auto mientras se dirigían a la casa de Max. La familiaridad del paisaje la tranquilizaba, como si el simple hecho de estar allí le diera un ancla a la cual aferrarse.
Max aparcó el coche en el amplio camino frente a la casa. Emilia suspiró mientras él la ayudaba a bajar. Había una ligera brisa que jugueteaba con los mechones sueltos de su cabello, y el sol de la tarde bañaba la escena con un resplandor suave y dorado.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Max, rompiendo el silencio.
Emilia lo miró a los ojos y esbozó una pequeña sonrisa, aunque cargada de una tristeza que aún no había desaparecido por completo.
—Cansada —admitió—. Pero creo que lo necesitaba. Me siento… en paz, de alguna manera.
Max asintió, como si entendiera perfectamente lo que quería decir. Había sido un proceso doloroso, pero necesario. Y ahora, ambos sentían que podían mirar hacia el futuro con algo más que incertidumbre.
—Vienen días ocupados —dijo Max con suavidad—. El Gran Premio está cerca, y todo el mundo va a estar aquí. ¿Estás lista para eso?
Emilia respiró hondo. El Gran Premio de los Países Bajos, la carrera que Max había esperado durante tanto tiempo, se acercaba. Sabía lo importante que era para él, y cómo, de alguna manera, la velocidad y la competencia eran su forma de seguir conectando con el espíritu de Marco. No podía evitar sentirse un poco ansiosa, pero también sabía que Max la necesitaba más que nunca.
—No sé si estoy lista, pero voy a estar ahí —respondió, con un brillo de determinación en sus ojos—. Esto también es parte de ti, y quiero estar contigo para enfrentar lo que venga.
Max sonrió, esa sonrisa suave que siempre reservaba para los momentos en que las palabras no eran suficientes. Se inclinó hacia ella y la besó en la frente, un gesto que era más un consuelo que una muestra de pasión.
—No sé qué haría sin ti —susurró Max, con sinceridad en cada palabra.
—Ni yo sin ti —respondió Emilia con la misma sinceridad. —Te amo, Max.
—Yo te amo mucho más, cariño.
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Renacer En La Velocidad | Max Verstappen
Fiksi Penggemar-★ En un mundo donde el amor y la pérdida se entrelazan, una cantante regresa a la pista de carreras que marcó su vida. Después de tres meses de duelo por su novio, un piloto que perdió la vida en un trágico accidente, enfrenta sus recuerdos en un t...