Capítulo 25: Un brillo en tus ojos

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Capítulo 25: Un brillo en tus ojos


El pobre ángel caído repudia con todo su ser la actitud de Adam. Pues al terminar su examen fue interceptado por su supuesto padre para ser llevado contra su voluntad por unos asuntos familiares. A Alastor solamente le quedó despedirse y asistir a su siguiente clase mientras que Adam jalaba a su niño adulto fuera de la universidad.

¡Quita tus sucias manos de mi! -ordenó Lucifer.

¿Así te diriges a tu padre? -preguntó Adam con sarcasmo.

¿Qué es lo que quieres? -preguntó Lucifer.

¿Por qué no has recuperado el reloj? -preguntó Adam.

¿Quieres que le corte el brazo? - Lucifer estaba molesto.

Emm, seria una buena opción -contestó Adam.

Ash -Lucifer comenzaba a retirarse.

Espera -dijo Adam jalando nuevamente el brazo de Lucifer.

¿Qué es lo que...? -preguntaba Lucifer pero paró al sentir un papel en sus manos- ¿Y esto?

La dirección de nuestro apartamento, querido hijo -dijo Adam sonriendo.

Parale con la broma, al menos cuando estemos solos -ordenó Lucifer.

Tsk, no eres divertido -dijo Adam.

Bien, ¿Qué harás tú?, ¿Fingiras tener un trabajo? -preguntó Lucifer.

A diferencia de ti, que parece que duraras mucho tiempo en recuperar el reloj, yo estare al tanto del puto cielo e infierno -contestó Adam.

¿Eh? -preguntó Lucifer.

Ya sabes, para que no se interpongan en tu ligue con tu próximo-pecador-esposo y así -dijo Adam.

¿Qué me estás ocultando? -preguntó Lucifer con las manos en su cadera.

Adam suspira- Sera puede que esté aquí.

¿Qué? -Lucifer gruño.

Si, puede estar en el cielo o tal vez... se haya ocultado...aquí -por cada pausa, Adam disminuye su voz.

Genial -dijo sarcásticamente Lucifer.

Estaré al tanto, no podrá ocultarse tanto tiempo -dijo Adam.

Como sea, si la encuentro, la matare, no me importa el cielo ya -contesto Lucifer.

Bueno ya, ya vete a estudiar o lo que sea, pero Lucifer... -comenzaba a decir Adam con un poco de nervios- Tu eres quien le tiene que quitar el reloj a Alastor, si Sera lo descubre entonces...

Entonces nada, no dejaré que ella se acerque a Alastor -dijo Lucifer empezando a retirarse.


Lucifer espera a Alastor en la salida, pues por nada quería tomar otra clase. Cuando el castaño sale es recibido por Lucifer con dos cafés en mano.

Uno es frappe de chocolate con chispas y otro es un latte de caramelo -anuncio Lucifer.

Me llevo el frappe -comentó Alastor sonriendo.

Durante su trayecto a la siguiente endemoniada clase, Lucifer sólo tenía oídos y ojos para Alastor. Lo sabía, sabía que tenía que quitarle el reloj. Uno, porque quería arreglar el lío que ocasionó un ángel estupido y otro por seguridad del humano, sin embargo, estando junto a él, todo lo demás se le olvidaba.

Una semana ya había terminado y Lucifer ya había entendido por qué los humanos se suicidaban, pues los estudios y los trabajos no eran nada bonitos.

Dos semanas habían pasado y estos dos individuos se la pasaban en la universidad, en los pequeños locales de comida y en la casa de Alastor para quedarse a estudiar.

En la tercera semana, Adam terminó de decorar el maldito apartamento, pues se inspiraba mucho en revistas y cambiaba muy a menudo, pero esta vez, había terminado su obra maestra. Cuando Lucifer finalmente invitó al castaño, pensó que tendría que patear a su compañero de viaje, sin embargo, el apartamento no estaba tan mal.

Guau, tu apartamento es genial -comentó Alastor.

El apartamento de los dos ex-ángeles estaba en el último piso de un lujoso edificio, la gama de colores era gris y blanco, se componía de una sala con alfombra, una cocina, tres habitaciones con cama y otros muebles y un estudio, repleto de adornos, pinturas y plantas.

Bien, ehh ¿Quieres cocinar o pedir algo? -preguntó Lucifer.

No hay examen esta semana, así que, ¿A ti te apetece cocinar? -preguntó Alastor.

Por supuesto -Lucifer se acercó al castaño para darle un beso en la mejilla, pero rápidamente él se apartó.

Ah, lo siento -comentó Lucifer y comenzó a dirigirse a la cocina.

No yo... Lu... -menciono Alastor.

¿Mm? -preguntó Lucifer.

¿Qué es lo que somos? -Alastor se acercó a Lucifer- Es decir, somos amigos desde hace solo un mes, pero tú y yo ahh, con todo lo que ha pasado y a todos los lugares que hemos ido y, bueno yo pensaba que tal vez tú y yo... -Alastor se estaba poniendo nervioso.

Lucifer sonrió tiernamente, hace que busca algo en sus bolsillos y con su magia crea una pequeña caja. Se arrodilla en su cocina con una pequeña caja en mano.

Ahhhh, ¿Lu ? -preguntó Alastor dando un paso hacia atrás.

Alastor, ¿Te gustaría convertirte en mi novio? -preguntó Lucifer, con una cajita en mano, que al abrirla se encontraba un collar con una media manzana como dije.

Alastor estaba atónito, sus ojos brillaron como si se tratase de estrellas del anochecer, algo que le encantaba al chico rubio.

Si, claro, por supuesto, si, la respuesta es sí -Alastor cayó y abrazo a Lucifer.

Lucifer abraza al castaño y después trata de besarlo pero Alastor se alejó un poco.

Yo... lo siento, yo... -trataba de decir Alastor.

Lucifer sonríe- No te preocupes, no tengo prisa, lo importante en una relación -Lucifer posa una mano en el rostro del castaño-... es que ambos se sientan cómodos y yo voy a esperarte todo el tiempo que necesites.

Gracias, Lu -expresó Alastor.

Destinados al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora