Capítulo 41: Tonto

47 10 1
                                    


Capítulo 41: Tonto


Tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tonto, tontisimo, tonto, tonto ¡Maldito tonto de mierda!

¡Ya te escuchamos! -le gritó Miguel a Adam.


Miguel, Adam, Lute, Charlie, Vaggie, Husk, Angel, Cherrie, Niffty, Asmodeo, Beelzebub, Mammon, Stolas, Satanás, Belfegor y Leviatán se encontraban en una junta dentro del palacio, se ubicaron en la sala de estar, pero ninguno estaba sentado, todos, absolutamente todos estaban nerviosos, en pie, algunos en brazos cruzados y otros con una mano en su cabeza.

Esto no, no puede estar pasando, pero si el mundo es mejor, para ambos lados, ¿Por Qué él...? Él... papá... -decía Charlie quien no dejaba de caminar de un lado a otro.

Lo dije: ¡Tonto! -habló Adam.

¿Pero esto es legal? -hablo Ángel- Es decir, ¿Quien esta atras de todo esto?

Husk voltea a ver a Miguel, el único recargado a una pared, sus puños estaban sangrando, pues desde que se llevaron a su hermano no había dejado de apretar sus manos.

Fue el congreso celestial -mencionó Miguel con el bastón de Luci en mano.

¿Y acaso ustedes, sus hermanos, no pueden hacer algo? -preguntó Cherrie.

Miguel suspiro pesadamente- Después de su caída, ninguno de nosotros nos volvimos a relacionar, no se donde están los demás y aunque lo supiera... -Miguel callo, al final de cuentas fue un cobarde y jamás reveló la verdad, siempre culparon a Luci de todo, lo odiaron, despreciaron y lo abandonaron, aunque supiera la ubicación de sus hermanos, e incluso confesara la verdad, sabía que ellos no ayudarían, estaban demasiado estancados en su odio.

Son inútiles -finalizó Lute.

Ghh -se quejó en silencio Miguel.

¿Entonces qué haremos? -preguntó Stolas.

¿Cómo, qué, qué haremos? -preguntó Belfegor.

¿Qué podemos hacer? -preguntó Leviatán.

Partirles su madre -dijo Satanás.

No esperes, ¿Cómo llegaremos? -preguntó Beelzebub.

¿Podemos nosotros llegar al cielo? -preguntó Mammon.


Todos hablaban, todos tenían preguntas, todos se alteraban con las respuestas. ¿Qué vamos a hacer? ¿Se puede hacer algo? Ya te dije, pelear. Nos van a matar. Es el cielo, no el infierno. Ellos también tienen armas. ¿Ya olvidaron las masacres de años pasados? Estarán más preparados. Tiene razón. ¡No! Nosotros también pudimos... Pero hay mucha gente poderosa. ¿Iniciaremos otra guerra? ¿No podríamos hacer una junta con ellos? Bahh. Como si fueran a escuchar. Bueno, ¿Tienes alguna idea? ¿Por qué aceptó en primer lugar? ¿Por qué no peleó, se defendió o nos espero? Para protegernos... como siempre. Siempre cargando... ghhh, con todo... siempre solo... ¡No! Esta vez no. ¿Y qué planeas hacer? No podemos hacer nada

¡BASTAAA! -gritó Charlie.

Todos voltearon a ver a la princesa del infierno.

¡¿Qué mierda pasa con todos ustedes?! -gritó Charlie- ¿No se supone que mi padre los salvó de la muerte, los ayudó, les dio una vida por la cual seguir adelante? ¡Son unos cobardes!

¿Charlie? -preguntó Vaggie confundida.

Charlie se encaminó hacia Miguel- Sin mi padre aquí, yo soy la futura reina del infierno. ¡Y te ordeno que me hagas un portal al cielo justo ahora!

Miguel observó a Charlie seriamente -Charlie

¡No me importa! -gritó Charlie, estaba muy decidida, aunque se notaba un ligero temblor en todo su cuerpo.

¿Ah? -preguntó Miguel.

Se lo que me vas a decir, en eso eres igual que él: Que es muy peligroso. Que él no lo hubiera querido. Que lo está haciendo para protegernos. ¡Una mierda con eso!

Charlie -dijo emocionado Angel.

¡O me haces el portal al cielo o te largas! -gritó Charlie- Aunque me gustaría que me hicieras el portal, por favor -y su tono de voz volvió a la normalidad.


Miguel sonrió, volvió a ver a los demás y vio algo que jamás había visto en el cielo; esperanza. Al cielo no le faltaba eso, todos tenían que ser sumisos y obedientes para continuar en ese lugar, tenían que derretir sus cerebros y caer de rodillas ante sus supremos, no obstante, estos pecados, pecadores y diablillos estaban ahí, frente suyo, aguardando el momento en el que el abriera un portal y lanzarse hacia la muerte misma por su rey, por su amigo. Uno podría decir que el infierno era un lugar oscuro y terrible, en donde cualquier individuo se mataría para obtener poder y riquezas, sin embargo estos individuos, supuestamente malos y seres imperdonables estaban dispuestos a sacrificarlo todo por su hermanito.

Claro, mi princesa -dijo Miguel sonriendo.

Charlie sonrió, pues no solo su tío había accedido a su petición, sino que le llamó princesa indicando que ella definitivamente no sería la futura reina del infierno.

¿Están listos? -preguntó el archangel.


Miguel alza su mano y abre un portal, antes de entrar una rafaga de viento hace que tanto él como Charlie retrocedan, Charlie estaba a punto de caer pero su tío la sostuvo con un brazo. Del portal sale Sera y se cierra la puerta.

¿De verdad creen que voy a permitir que intervengan en su ejecución? -preguntó Sera.

¿CoN quIéN tE cReéS quE te eSTÁs meTieNDo? -preguntó Miguel de manera tétrica.

Sera le sonríe y de inmediato Miguel ataca, pero sin hacerle ningún rasguño, solo la atraviesa, solo es una ilusión.

Oh querido, no eres muy inteligente ¿cierto? No solo me adueñe del reloj, sino de esta preciosidad -dijo Sera mostrando un cetro, el cual también era parte de la ilusión.

¿Qué es eso? -preguntó Charlie.

Un centro para crear o cerrar portales a cualquier planeta o dimensión, ghhh -se quejó Miguel. 

Destinados al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora