Capítulo 21: La búsqueda

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Capítulo 21: La búsqueda


Maravillado e ilusionado estaba Lucifer, salió de la cafetería lo más rápido que pudo y comenzó a correr, sin saber a donde, solo fue llevado por un impulso indescriptible, Adam por otro lado, estaba tratando de alcanzar su ritmo para detenerlo.

Lucifer, detente, por el amor de... -decía Adam.

¿Por el amor de quién? ¿De aquel que me castigó una eternidad y me dejó pudrirme en el infierno? Inventate otra frase -dijo Lucifer sin detenerse.

¿Al menos sabes donde buscar? -preguntó Adam.

Ya te lo dije, tiene poder divino y... -decía Lucifer.

Ambos sabemos que no estás buscando el reloj -dijo Adam.

Lucifer se detuvo.

¿Ya me vas a escuchar? -preguntó Adam.

Lucifer tenía los ojos cerrados.

¿Otra vez me vas a ignorar? -preguntó Adam.

Es por aquí -dijo emocionado Lucifer y comenzó a correr otra vez.

Mierda, maldito ángel desterrado -dijo Adam enojado y siguiendo a Lucifer a saber donde.


Ambos corrieron sin que les importara las miradas de las personas que se encontraban a su paso, atravesaban calles llenas de locales de varios tamaños y colores, repleto de personas con grandes estilos de moda, perros de todas las razas muy bien cuidadas y flores decorando toda la ciudad. Cuando Lucifer y Adam se detuvieron, se encontraban en un patio universitario, plagado de estudiantes de varias edades.

Que bien, mocosos -dijo Adam.

Lucifer calma su agitada respiración y comienza a caminar.

Si, tu vete, yo iré por otro café, o mejor un vodka -dijo Adam, tomando una dirección opuesta a la del rey.

Lucifer caminaba por el patio de la universidad, la cual estaba cubierta de pasto y algún que otro camino empedrado. Había estudiantes y maestros y uno que otro niño jugando; pues no solo era un patio escolar, sino un parque abierto para el público. Los hombres vestían de traje y las mujeres traían puesto falda o vestido, casi todos tenían libros en sus manos, o sino, un café y un cigarrillo. Lucifer sonrió, una de las cosas que le encantaba de su pareja, era que venía de esta época, era fascinante la moda y el ambiente con el que se vivía, era excepcional. Varias personas se le quedaban mirando, algunos chicos tenían una mirada celosa, mientras que algunas chicas susurraban con otras, Lucifer alcanzaba a oírles decir lo guapo que estaba. El rey del infierno rodó los ojos y siguió sonriendo, pues no importaba los halagos o los celos que estaba recibiendo, solo se enfocaría en una persona, que aun no encontraba.

Estaba muy atento a sus alrededores, volteaba discretamente a ver a las personas, caminando sobre los camino empedrados, descansando sobre el pasto, leyendo bajo un árbol, tomando un café o un cigarrillo en un banco, platicando con otros, pajaros cantando, ardillas escalando y uno que otro mapache robando comida a los estudiantes. Era maravilloso el ambiente universitario de esa época.

¡Cuidado! -gritó una voz masculina.

Con un ágil movimiento Lucifer se volteó y agarró con una mano una pelota de fútbol americano. Había gritos de asombro y de halagos, un chico se acercó al rey del infierno y tomó de vuelta su pelota.

Lo siento -dijo el chico.

Lucifer sonrió- No tienes mucha fuerza.

¿Qué? -preguntó molesto el chico.

Quisiste golpearme, pero no tienes la fuerza ni la condición necesaria -comentó Lucifer.

Un comentario en el volumen adecuado, solo provocó risas y burlas de los presentes. El chico parecía enojado, tal vez estaba a punto de comenzar una pelea infantil con el rubio, sin embargo, fue interrumpido por uno de sus amigos.

Frank, mira, mira -dijo un chico, dándole palmadas en la espalda al otro.

¿Qué quieres? -preguntó Frank.

Mira - el chico señaló algo.

Lucifer no tenía tiempo, así que dejó a los dos chicos solos y empezó a caminar en el lado opuesto a lo que sus miradas se estaban dirigiendo.

¿Quieres hacerlo? -preguntó el chico.

Por supuesto -dijo Frank maliciosamente, estiró su brazo y lanzó nuevamente la pelota gritando- ¡Cuidado Alastor!

...

Lucifer reaccionó, ¿Acaso ese chico dijo: Alastor? El rey volteo y efectivamente vio un chico alto y flaco, moreno y castaño... y lo sintió, sintió un papito en su corazón, ese era su Alastor.

¡BAM!
La pelota le dio de lleno al pobre chico alto. Mientras Lucifer se acercaba, algo en su interior se encendía: Uno. Tenía tantas ganas de abrazar a su chico, pero no podía hacerlo, porque sabía que Alastor no lo recordaría y dos. Quería matar media escuela, pues no paraban de reírse y burlarse de su humano.

¿Estás bien? -preguntó Lucifer tendiendole una mano.

Solo déjame -respondió Alastor rechazando la ayuda.

Lucifer toma la pelota y Alastor quien trataba de levantarse vuelve a caer al suelo y se cubre con ambos brazos. Pero el rubio no lo ataco, observo como ese tal Frank y su amigo comenzaban a acercarse a ellos pidiendo disculpas falsas, alzó su brazo y con una fuerza muy medida lanza la pelota hacia el humano culpable, directo hacia su rostro.

¡Aggghhh! -Frank gritó de dolor cuando recibió un pelotazo en su mero rostro, haciéndole sangrar.

¡Frank! -llamó su amigo.

A su alrededor había personas impactadas y algunos asustados. Algunos se acercaron para atender a su compañero, otros decidieron alejarse. Alastor miraba con asombro como uno de sus abusadores fue golpeado y derribado y mira al chico rubio que solo levanto sus hombros.

¿Qué? Le enseñe como tirar correctamente -Lucifer nuevamente extiende su mano- Mi nombre es Lu... -guardó silencio.

Alastor acepta su mano con un poco de timidez- Alastor -susurro el chico castaño.

Un gusto, Alastor -Lucifer sonrió.

Destinados al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora